MENSAJES DE CARAMBOLA


Barack Obama: El Presidente europeo
Por Fernando Cohen-Sur para Guysen International News


Barack Obama juega a dos bandas. Este jueves 4 de junio, estaba en El Cairo para reconciliar a su país con el mundo musulmán, no dudó en citar el Corán y hablar de la situación "intolerable de los Palestinos". Al día siguiente, viernes 5 de junio, el Presidente americano estaba en compañía de Elie Wiesel en el campo de concentración de Buchenwald para condenar el negacionismo "infundado, ignorante y rencoroso" y reafirmar su apoyo a Israel. Por último, este sábado 6 de junio, en presencia del Presidente Sarkozy, durante las conmemoraciones del desembarque de 1944, se pronunció de nuevo a favor de la creación de un Estado palestino, a favor de llevar el velo islámico así como de la adhesión de Turquía a la Unión Europea. Deseaba mucho esta visita al campo de concentración de Buchenwald en Alemania. "Tengo relación con este campo por una razón personal. Escuché hablar de este lugar desde que era niño", declaró Barack Obama en referencia a su tío abuelo, Charlie Payne, soldado de la 89ª división de infantería y hermano de la abuela que lo educó. Éste participó en la liberación del campo en abril de 1945. Se trata de la primera visita de un Presidente americano en Buchenwald, "campo de exterminio y trabajos forzados" dónde fallecieron 56.000 detenidos. Acompañado por la canciller alemana, Angela Merkel, el Premio Nobel de la paz y escritor americano de lengua francesa, Elie Wiesel, y por Bertrand Herz, Presidente del Comité internacional de los prisioneros de Buchenwald-Dora, ambos supervivientes del campo, Barack Obama se detuvo en el Memorial de las víctimas donde depositó una rosa blanca. El Presidente Obama había llevado poco antes a Elie Wiesel a Buchenwald en su helicóptero. Este último le pidió continuar sus esfuerzos por "la seguridad de Israel". Todo un símbolo, un día después del discurso en El Cairo, en el cual Barack Obama se pronunció a favor de la creación de un Estado palestino y del cese de la "colonización en Cisjordania". Algunos le llegaron a acusar de comparar en sus declaraciones a la Shoá a la situación "intolerable" de los Palestinos. Para una visita "personal" e histórica, las numerosas referencias en Israel dieron a este breve viaje en Alemania un tono político muy particular. Barack Obama explicó frente al Memorial de las víctimas, y no es una casualidad, que los prisioneros del campo "no podían imaginar cómo la nación de Israel surgiría de la Shoá ni los estrechos vínculos y duraderos entre esta nación y la mía (EE.UU)". En una alusión a Mahmud Ahmadinejad, el Presidente americano no fue menos incisivo: Buchenwald "es el último reproche contra tales pensamientos, un recordatorio de nuestro deber de enfrentarnos a los que mienten sobre nuestra historia". El Presidente iraní, quien calificó hace algunos días al Holocausto como "gran fraude", "también debería hacer esta visita (en Buchenwald). No tengo ninguna paciencia con los que niegan la historia", indicó el Presidente americano poco antes en la cadena "NBC". Y después volvió a referirse al aspecto político de su visita. Así, exhortó a los Palestinos a cesar las "declaraciones que incitan al odio" y "a crear un ambiente securitario que permita a Israel sentirse en confianza". Sin cambiar una palabra de su discurso de la víspera, pidió a los Israelíes que cesaran la "colonización", y luego, junto con la canciller alemana, se volvió a pronunciar a favor de la creación de un Estado palestino. Y añadió: "Los Israelíes van a tener que tomar decisiones difíciles". Barack Obama quiso también "agradecer a la Sra. Merkel y a los alemanes porque no es fácil mirar al pasado (como lo hacen) tomando nota y decidir ir contra toda situación comparable". En Dresde, antigua Alemania del Este, el Presidente americano señaló que es después de la última Guerra Mundial que nació "una Europa unificada" así como una "Alemania aliada de Israel". Sábado 6 de junio, el día después de su visita en Buchenwald, Barack Obama estaba junto con Nicolas Sarkozy, el Presidente francés, el Príncipe Carlos de Inglaterra, heredero de la corona, Gordon Brown, el Primer Ministro británico y Stephen Harper, el Primer Ministro canadiense, por la conmemoración del "D-Day", el desembarque de los aliados en las playas de Normandía el 6 de junio de 1944. Desde Jimmy Carter es una cita clave y un paso obligado para todos los Presidentes americanos que viajan al menos una vez durante su mandato. Al margen de estas conmemoraciones, la visita de Barack Obama en Francia fue la ocasión para una primera visita bilateral en Francia del Presidente americano con su homólogo francés. Barack Obama se dirigió de nuevo a la "Umma" (la comunidad creyente del Islam). Declaró: "Es necesario mandar un mensaje a los musulmanes del mundo. Deseamos su participación en una comunidad mundial, pacífica, próspera, integrada a nivel económico y que integra a todo el mundo, no solamente a algunos". Reanudando su discurso de El Cairo, Barack Obama no sorprendió a nadie dirigiéndose, no a las naciones de confesión mayoritariamente musulmana o a las naciones de cultura árabe, sino a ese conjunto llamado el "mundo árabe-musulmán". Siguiendo el ejemplo de Bin Laden, Nassralah, Mashaal y otros Ahmadinejad que se dirigen a "Occidente", formado por naciones heteróclitas, cada una con su propia cultura, política y visión del mundo, Barack Hussein Obama se dirige así a un público que todos creen definido, pero que puede resultar más amplio. Nicolas Sarkozy, que desde años hace alarde de una "Francia multicultural", le confesó que había encontrado "notable" su discurso en El Cairo. "Hace mucho tiempo que esperábamos que Estados Unidos, primera potencia del mundo, asumiera todas sus responsabilidades para evitar un choque de culturas entre Occidente y el Este", declaró a su homólogo americano. El Presidente francés incluso fue más lejos substituyendo el "mundo árabe-musulmán", que es un conjunto religioso ethnico, por el "Este", concepto geográfico menos claro. Turquía, aliada de Washington en la región, también fue un tema de este encuentro bilateral franco-americano. "La adhesión de Turquía a la Unión Europea sería importante" explicó Barack Obama, muy a pesar de Nicolas Sarkozy, el cual se volvió a pronunciar contra la adhesión de Ankara a la UE. Barack Obama no tiene miedo de la mezcla de las clases y no teme sembrar la confusión. Conecta así con el velo islámico y pide a los "países occidentales que eviten impedir los musulmanes ejercer su religión como lo desean, por ejemplo dictando lo que una musulmana debería llevar", añadiendo que "en Estados Unidos, no se dice a la gente como pueden vestir o como no". Muy diplomático, Nicolas Sarkozy hizo valer la libertad tanto como la laicidad, concepto muy valorado en Francia y en otros países europeos. Sobre el conflicto israelopalestino Barack Obama declaró: "Debemos superar este callejón sin salida actual". Ya que "hacer progresos significaría que las partes implicadas, no solamente con la ayuda de Estados Unidos o de Francia, sino de los otros Estados árabes, toman medidas constructivas serias hacia una solución de dos Estados". La creación de un Estado palestino habrá sido el objetivo de Barack Obama en El Cairo, en Buchenwald y en Francia, como si el gabinete Netanyahu se opusiera a priori.Por último, deseando quizás corregirse, el Presidente Obama especificó claramente que una Irán nuclearizada sería "extremadamente peligrosa" e implicaría una carrera hacia la nuclearización en toda la región. En El Cairo había declarado, en efecto, que Irán tiene el derecho a la energía nuclear "si cumple sus obligaciones bajo el Tratado de No profileración nuclear (TNP)", lo que implicaría que Irán podría seguir enriqueciendo uranio si se demostraba que sus intenciones no son militares. Esta vez en cambio, es Nicolas Sarkozy quien lo dijo alto y claro: "Si Irán quiere la energía nuclear civil, tiene derecho. La nuclear militar, no".