
PESAJ
Esta celebración que tiene una duración de una semana, se atenúa en los días intermedios, porque los judíos respetuosamente recuerdan la pérdida en vidas que tuvieron sus enemigos y el costo que tuvo para ellos la obtención de la libertad de nuestro pueblo. En el ámbito doméstico, de importancia central en esta festividad, la escrupulosa limpieza remite a los antiguos y actuales rituales de purificación y todo se prepara para una celebración donde los antiguos perseguidos se sentarán a una mesa bien provista y adornada, donde los anfitriones no solo serán como los reyes de su hogar, también compartirán con aquellos que carecen de medios para celebrar o de familia con quien compartir. El trajín hogareño y la preparación de las comidas es una de las maneras en que se recrea cada año esta festividad celebración que culmina en la mesa donde toda la familia y los amigos se sientan a compartir el seder, donde los alimentos y los brindis expresan simbólicamente el riguroso orden del relato histórico y la festividad. La historiadora Perrine Simon-Nahum sostiene que “. . . Esta ausencia de mediador en la enseñanza del judaísmo, una parte de la cual es asumida por la mujer, es una de sus fuerzas. Se permanece vinculado a las tradiciones no tanto por su significación religiosa como por su simbolismo personal. Cuando se reconstituye el mundo de la infancia, a través de sus olores y gustos, la memoria individual reencuentra el rito. En la mesa el judío aprende su “diferencia” y la historia de su pueblo.
Cada plato, cada sabor, es un elemento de la memoria. Memoria de lo sagrado, memoria del pasado. La mesa es el lugar pedagógico de una religión de la narración. Las fiestas recuerdan acontecimientos que han ido jalonando la historia del pueblo judío y los platos los representan…”.
Nos han parecido algunas de las mejores palabras que hallamos para la celebración de Pesaj.
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Miedo a la democracia
Occidente permanece ocioso mientras sus cimientos son hechos pedazos.
por Caroline B. Glick
Occidente permanece ocioso mientras sus cimientos son hechos pedazos. El pasado viernes, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas asestaba un golpe mortal a la libertad de expresión. En una votación 32 a 0, el Consejo ordenaba a su "experto en libertad de expresión" que informase al Consejo de todos los casos en los que los individuos "abusan" de su derecho a la libertad de expresión realizando expresiones de prejuicios religiosos o raciales.
La medida fue propuesta por los abanderados de la libertad que son Egipto y Pakistán. Fue apoyada por todos los países árabes, musulmanes y africanos -- ejemplos de libertad por separado y todos juntos. Los estados europeos se abstuvieron.
Estados Unidos, que no es miembro del Consejos de Derechos Humanos, intentaba contrarrestar la medida. En un discurso ante el Consejo, el embajador norteamericano ante la ONU en Ginebra, Warren Tichenor, advertía que el propósito de la resolución es socavar la libertad de expresión, porque "impone restricciones a los individuos en lugar de enfatizar el deber y la responsabilidad de los gobiernos de garantizar, respaldar, promover y proteger los derechos humanos".
Al pretender criminalizar el libre discurso, la resolución viola abiertamente la Declaración Universal de los Derechos Humanos de Naciones Unidas. El Artículo 19 de este documento afirma explícitamente: "Todo el mundo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye la libertad a ostentar opiniones sin interferencia y buscar, recibir y trasladar información e ideas a través de cualquier canal y al margen de las fronteras".
La decisión de los europeos de abstenerse en lugar de oponerse a la medida parece, a primera vista, bastante sorprendente. Teniendo en cuenta que los estados miembros de la Unión Europea se encuentran entre los defensores más enfáticos de Naciones Unidas, habría sido normal en su caso haberse opuesto a una resolución que socava el documento fundacional de Naciones Unidas, y en la práctica, uno de los pilares más básicos de la civilización occidental.
Pero una vez más, tal tener en cuenta las posturas de la Unión Europea en los últimos años en contra de la libertad de expresión, en realidad no hay nada de lo que sorprenderse. La cesión actual por parte de la Unión Europea a la baja calaña intelectual se encuentra por supuesto en su respuesta a la difusión en Internet de la película del parlamentario holandés Geert Wilders, Fitna.
La Unión Europea ha llegado a extremos insospechados para atacar a Wilders por atreverse a ejercer su derecho a la libertad de expresión. La Presidencia de la Unión difundía una declaración de condena a la película por "alimentar el odio". El Primer Ministro holandés Jan Peter Balkenende difundía circulares que afirman que la película "no sirve a otro propósito que ofender".
También entonces, el secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-moon atacaba a la película por "ofensivamente anti islámica".
Estas declaraciones acompañan a la pretensión de la Unión Europea de restringir la libertad de expresión tras la publicación en el 2005 de las viñetas de Mahoma en el periódico de Dinamarca Jyllands Posten. También encajan en el contexto de la censura sistemática a los intelectuales anti-jihadistas por todo el continente. Estos intelectuales, como Peter Redeker en Francia o Paul Cliteur en Holanda, son amenazados para ser silenciados por jihadistas europeos. Y los gobiernos de Europa o bien no hacen nada por defender a los pensadores amenazados, o justifican a los chantajistas intelectuales simpatizando con sus enfados.
ES AXIOMÁTICO que la libertad de expresión es el pilar fundamental de la libertad humana y el progreso. Cuando a la gente no se le permite expresarse con libertad, no puede tener lugar ningún debate ni investigación. Se debe exclusivamente a la libertad de debate e investigación que la humanidad haya progresado desde la Edad Media hasta la Era Digital. Este es el motivo de que el primer acto de cualquier futuro tirano consista en hacerse con el control del mercado de ideas.
Pero hoy, las naciones de Europa y en la práctica de gran parte del mundo occidental, o bien permanecen de brazos cruzados y no hacen nada por defender esa libertad, o colaboran con esos estados islámicos que no son libres y que con frecuencia son tiránicos y con los terroristas, censurando el debate y acallando a la disidencia.
Existen dos motivos de que éste sea el caso.
En primer lugar, la izquierda política, que controla sin rival la burocracia de la Unión Europea así como la mayor parte de los centros intelectuales del mundo libre, ha demostrado a través de sus acciones que no guarda ningún compromiso real con los valores democráticos. En lugar de apoyar los valores democráticos, la izquierda adopta cada vez más la palabrería de la democracia de manera cínica, con el objetivo de socavar el libre discurso en la esfera pública en nombre de "la democracia".
Escribiendo acerca del enfado izquierdista contra la película de Wilders en Europa, Henryk Broder, de Der Speigel, observaba que casi sin excepción, los medios europeos han condenado a Wilders como "populista de derechas". Como observa Broder, a primera vista esta afirmación es absurda, dado que Wilders es un progresista radical.
En Fitna, el expresivo legislador demuestra cómo son utilizados los versos del Corán por parte de los jihadistas para justificar los actos más repugnantes de asesinato en masa y odio. Su película superpone versos del Corán que instan al asesinato de los no musulmanes con escenas reales de carnicerías jihadistas. También superpone versos del Corán que fomentan el odio contra los judíos con grabaciones de clérigos islámicos que repiten los versos, y con una niña de 3 años diciendo haber aprendido que los judíos son una mezcla de cerdos y monos en sus clases del Corán. Fitna cierra con un desafío a los musulmanes a purgar estos criminales y odiosos pilares religiosos de su sistema de creencias.
Aunque discutible, pero no necesariamente, incendiaria, la película de Wilders sirve de invitación a Europa y al mundo islámico para celebrar un debate abierto. Su película desafía a la audiencia -- tanto a musulmanes como a no musulmanes -- a pensar y debatir si el islam respeta o no las nociones de libertad humana, y qué se puede hacer para impedir que los jihadistas exploten el Corán para justificar sus actos de asesinato, tiranía y odio.
Como observa Broder, al declarar a Wilders "populista de derechas", la izquierda pretende censurarle tanto a él como a su llamamiento al debate público. El mensaje subyacente de colocarle el sambenito es que Wilders se encuentra de alguna manera al margen de la catadura de la compañía civilizada, y por tanto su mensaje debe ser ignorado por toda la gente en sus cabales. Si usted no quiere verse aislado intelectualmente y condenado al ostracismo social como Wilders, entonces no debe ver su película bajo ningún concepto ni tomarla en serio. Hacerlo sería un acto de "populismo de derechas" – y todo el mundo sabe lo que significa eso.
Al igual que todos los movimientos antidemocráticos, la izquierda política de hoy en día pretende silenciar el debate y de esa manera socavar la democracia, primero, demonizando a cualquiera que no esté de acuerdo con ella, y a continuación aprobando leyes que criminalizan la expresión o que ponen límites al derecho de la gente a decidir cómo quiere vivir.
En la Unión Europea, el Tratado de Lisboa regurgitó en la práctica a la Constitución que fue rechazada por los electores de Francia y Holanda y que estaba destinada a ser rechazada por los británicos, en virtud del tecnicismo burocrático. En Gran Bretaña, el Parlamento ha Laborado durante años por aprobar una ley que criminaliza insultar el islam. También entonces, una de las primeras acciones que tomó el gobierno Brown tras tomar posesión el pasado verano fue prohibir a sus miembros hablar de "terrorismo islámico".
AL IGUAL QUE EN EUROPA, también en Israel la izquierda llega a extremos insospechados por socavar la democracia en nombre de la democracia.
Simplemente en un ejemplo reciente, esta semana el profesor izquierdista de Derecho Mordechai Kremnitzer advertiría al Parlamento de no aprobar ninguna ley que permita someter a referéndum cualquier futura partición de Jerusalén o rendición de los Altos del Golán. En opinión de Kremnitzer, "Si el veredicto de un referéndum está determinado por una mayoría pequeña que incluye electores árabes, entonces un sector determinado cuya opinión no fue aceptada es probable que intente rechazar la legitimidad del referéndum y pueda rechazarlo con violencia".
Este "sector determinado" al que se refiere Kremnitzer, por supuesto, son los judíos, que se oponen a la partición de Jerusalén y la rendición de los Altos del Golán por mayoría aplastante.
El argumento de Kremnitzer es tan ridículo como interesado. Es ridículo porque sabe que en el 2004, los miembros del Likud celebraron un referéndum sobre la retirada proyectada de Gaza y el norte de Samaria por parte del gobierno. El entonces primer ministro Ariel Sharon prometía respetar los resultados de la votación de su partido. Pero cuando el 65% de los miembros del Likud rechazaba su plan, él los ignoró. Y la reacción del público, aunque contundente, fue completamente pacífica.
La única fuerza que utilizó de manera constante la fuerza y la intimidación en los días previos a la retirada de Gaza y el norte de Samaria fue el gobierno. Desplegó a decenas de miles de policías para irrumpir en las protestas e impedir a los manifestantes viajar a las manifestaciones convocadas legalmente, y durante meses encarceló a manifestantes sin juicios. En sus acciones obviamente antidemocráticas y legalmente dudosas, el gobierno fue escrupulosamente defendido por Kremnitzer y sus colegas, que o bien no hicieron nada mientras las libertades civiles de los manifestantes eran pisoteadas, o defendieron con entusiasmo el abandono de los valores democráticos por parte del gobierno declarando "antidemocráticos" a los manifestantes.
En la práctica, en su testimonio del miércoles, Kremnitzer reproducía al pie de la letra ese argumento afirmando que los referéndums "son una receta para perjudicar la democracia".
Al margen de ser teórica y factualmente erróneo, el argumento de Kremnitzer -- al igual que los argumentos de la burocracia de la Unión Europea, que marginó a la ciudadanía europea aprobando el Tratado de Lisboa -- es interesado de manera patente. Al igual que sus colegas de la Unión Europea, es completamente consciente de que su apoyo a una rendición israelí de Jerusalén y los Altos del Golán constituye una opinión marginal. De manera que su preocupación real no es la salud de la democracia israelí, sino el poder de la izquierda política para determinar la política en contra de los intereses y los deseos de la opinión pública.
EL SEGUNDO MOTIVO DE QUE LA IZQUIERDA consienta la censura de la expresión es que sus miembros están exactamente igual de preocupados por la amenaza de la supremacía islámica como sus detractores políticos, pero al contrario que sus detractores, la izquierda es demasiado cobarde para hacer algo. La idea quedaba en evidencia, también, tras la difusión de la película de Wilders.
Esta semana, una delegación de líderes religiosos cristianos y musulmanes holandeses viajaba a El Cairo para hablar con líderes islámicos religiosos. Hablando en Radio Netherlands, Bas Plaisier, que encabeza la iglesia protestante holandesa, afirmaba que la misión de la delegación es "limitar las posibles consecuencias" de la película de Wilders. Las consecuencias a las que se refiere, por supuesto, son la perspectiva de disturbios musulmanes violentos y ataques contra los cristianos y los holandeses en todo el mundo.
Radio Netherlands informaba de que Plaisier "ha estado recibiendo informes preocupantes procedentes de ciudadanos holandeses por todo el mundo, incluyendo algunos temerosos de las repercusiones entre los cristianos de Sudán, Oriente Medio e Indonesia".
De manera que el verdadero motivo de que la iglesia protestante holandesa condene la película no es que crea que Wilders se equivoca, porque sus líderes están seguros de que Wilders acierta de lleno. Es simplemente que al contrario que Wilders, que ha puesto en peligro su vida para expresar su opinión, la iglesia protestante holandesa es demasiado cobarde para defenderse, y por eso ellos viajan a El Cairo a rendir pleitesía a los líderes religiosos que a diario supervisan los sermones de odio y supremacía islámica en las mezquitas egipcias. Siguen rindiendo pleitesía a aquellos que han institucionalizado la persecución religiosa de su minoría cristiana Copta por parte de Egipto y su censura a los críticos liberales del régimen de Mubarak y la Hermandad Musulmana.
Y ese es el motivo final. Al zanjar el debate por las buenas - a fuerza de difamar a sus detractores no-izquierdistas y por miedo a los jihadistas y los regímenes que les promueven -- Occidente en conjunto socava no solamente sus propios valores y creencias fundacionales. También socava a los no jihadistas del mundo islámico, que si alguna vez tuvieran oportunidad, trabajarían para promover una forma de islam que no responda al desafío con violencia sino en su lugar con el discurso de la razón y el respeto mutuo a las diferencias de opinión.
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Finalizó el primer Coloquio Internacional
"Sefarad: Geografías y Miradas de la Memoria"
Córdoba, capital de Sefarad
Procedentes de Nueva York, París, Estambul, Rabat, Sevilla y Córdoba, una treintena de expertos han debatido en la Casa de Sefarad sobre el pasado, presente y futuro de la memoria judeo-española- sefardí. Tradiciones gastronómicas compartidas, liturgias que mantienen un hilo de identidad común a miles de kilómetros de distancia; una lengua que en forma de palimpsesto resiste el paso del tiempo; la música sefardí como catalizador que permite una comunicación permanente; una red que poco a poco se va tejiendo con Asociaciones, Centros Culturales, Bibliotecas. Al fin, un espacio y un lugar, Córdoba, que se convierte en el Centro de recuperación de la Memoria Sefardí.
La colaboración de la Casa de Sefarad, junto a la Asociación pour la Permanences du Judaïsme Marocain, y el Centre de Recherches sur les Juifs du Maroc, ha hecho posible la celebracion de estas Jornadas. Durante su desarrollo se ha procedido a la apertura de dos nuevas Salas Expositivas, dedicadas a Maimonides y a la Sinagoga de Córdoba respectivamente. La donación de un "Sefer Torá", por parte de Jacky Kadoch, Presidente de la Comunidad Judia de Marrakech-Essaouira y, participante en el Coloquio, se ha convertido en el elemento central de la nueva Sala de la Sinagoga.
En torno al Coloquio, se celebraron diversas actividades culturales, como la presentación en la Filmoteca de Andalucía (entidad colaboradora de este acontecimiento) del film "Nûba d`Or et de Lumière" de la cineasta marroquí Izza Genini, y el Concierto de la cantante de origen tunecino Sandra Bessis. El Coloquio, bajo la presidencia de Rosana de Aza (directora de la Casa de Sefarad), Robert Assaraf (presidente del Centre de Recherches sur les Juifs du Maroc) y Arrik Delouya (presidente de la Association "Permanances du Judaïsme Marocain") ha contado con la participación, entre otros, de investigadores como Karen Sarhon (directora del Centro Cultural de Investigaciones Sefardíes-Otomanas de Estambul), Virginia Luque (investigadora Universidad de Sevilla), Ephrain Riveline (profesor Universidad París 8), Richard Ayoun (profesor Universidad Vincennes-Saint Denis), Florence Tatistcheff-Amzallag (Sephardic World Federation), Hassan Majdi (investigador en el Institut National des Langues et Civilisations Orientales), Amelia Sanchís (profesora Universidad de Córdoba), Mina Elmghari (Comisión Nacional Marroquí de la Unesco-Isesco ), Harry Ifergan (investigador Universidad París 8), Nadiya Ziani (investigadora en el Institut National des Langues et Civilisations Orientales), Jaime Sánchez Casas (investigador Casa de Sefarad) y Sebastián de la Obra (historiador, director de la Biblioteca de la Casa de Sefarad).
Revista Milim
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Wilhelm Frankl
Luego de la creación del Estado alemán, los judíos alcanzaron la condición de ciudadanos y su aporte fue notable en todos los niveles de la sociedad alemana. En la ola de nacionalismo que se expandió de resultas de los acontecimientos que se desataron cuando estalló con la Primera Guerra Mundial, los judíos respondieron con un ferviente patriotismo, al llamado a las armas en pos de la gloria de Alemania.
Así fue como los judíos que no eran militares de carrera también se presentaron como combatientes y voluntarios.*
En estas historias tenemos aquí un relato sobre el piloto Wilhem Frankl.
Piloto de combate - WW I Feldflieger Abteilung 40
Nació el 20 de diciembre de 1893 en Hamburgo, Alemania. Falleció el 8 de abril de 1917, en los campos de Francia – ( Vitry-Sailly)
Era uno de los varios pilotos judíos combatientes que lucharon en la Luftwaffe –Fuerza aérea Alemana durante la Primera Guerra Mundial, se constituyó en el más famoso de su escuadrilla. Durante su carrera, obtuvo 20 victorias impresionantes.
La hazaña más famosa de Frankl implicó derribar cuatro aviones enemigos en un solo día, el 6 de abril de 1917. El primer avión derribado fue a las 2:30 de la mañana, mientras que los tres siguientes ocurrieron durante ese mismo día, las victorias nocturnas eran consideradas excesivamente difíciles y únicas. Como resultado de sus actuaciones le fue concedida la Medalla al Mérito y la Cruz de Hierro comparable a la medalla del honor americana.
Frankl se convirtió en héroe nacional en Alemania.
Murió el 8 de abril de 1917, en su aeroplano, un Albatros D.III, mientras volaba sobre Francia cerca de Vitry-Sailly, apenas dos días después de su jornada exitosa.
Wilhelm Frankl era hijo de un hombre de negocios judío que residía en Hamburgo Después de aprobar con éxito todas las exámenes en la escuela, desarrolló un pronunciado interés por la aviación. Se dirigió a Johannisthal, centro de la preguerra alemán famoso por la aviación y efectuó los cursos de piloto, era un principiante rápido y obtuvo la licencia de piloto, número 490.
Cuando estalló la guerra en 1914, no vaciló en ofrecerse voluntariamente a la aviación militar, debido a su experiencia, lo aceptaron y fue trasladado inmediatamente a la Feldflieger Abteilung 40.
La actitud modesta y complaciente de Frankl, unida a su excelente capacidad de vuelo, le hicieron ganar el afecto de sus superiores.
Revista MIlim
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Del “Gueto” de Roma directo al Vaticano
El Papa prefiere dulces y comidas Kosher
Las especialidades "kosher", elaboradas según las estrictas normas higiénicas y alimenticias del judaísmo en una confitería del barrio judío de Roma, hacen las delicias de Benedicto XVI, que consume sus galletas, pastas y otros productos como la "pizza judía".Los dulces son de la famosa pastelería de Vilma Limentani, en el "ghetto" (como se llama en Roma el barrio judío), que tiene una lista de clientes famosos como el ministro de Asuntos Exteriores, Massimo D'Alema, y el político y empresario Silvio Berlusconi.Giacomo Perugia, uno de los médicos del Papa y cliente habitual del establecimiento, le llevó un día algunos dulces al Pontífice, a quien gustaron tanto que envió a los responsables su felicitación, señala Limentani. Desde entonces, cada vez que el doctor Perugia visita al Obispo de Roma pasa primero por la pastelería y le lleva la "pizza judía" -una masa dulce a base de piñones, fruta escarchada y pasas- y, sobre todo, pastas de almendras y canela, las preferidas del Santo Padre.A juicio de la propietaria, no hay contradicción en el hecho de que el Papa tome productos elaborados según la tradición y las normas judías. "Tenemos el máximo respeto por Benedicto XVI", señaló Limentani, quien explicó que en la pastelería tienen empleados católicos y se declaró "realmente contenta" de que consuma sus especialidades. Limentani destacó que estos productos están adaptados a la alimentación de Benedicto XVI, que el mes que viene cumplirá 81 años, ya que las leyes judías prohíben el uso de grasas animales saturadas.
Mundo Judío Aurora Digital
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Sociedad De Beneficencia Alianza Monte Sinai
Por Hellen Soriano - México
Hablar de historias de inmigración cuando se trata de un grupo de judíos es hablar de algo obvio. No hay quienes no tengamos en nuestra memoria familiar más de una anécdota relacionada a ello. Eso mismo sucede cuando volteamos la mirada hacia lo que hoy en día constituye la Comunidad Monte Sinai en México.
Como todas las comunidades judías de la Diáspora , ésta fue fundada sobre la base de cuatro principios marcados por las leyes de la religión judía: caridad, educación, salud y un lugar de descanso eterno.
Basados en estos principios, los inmigrantes judíos que llegaron a México a finales del siglo XIX y principios del XX se organizaron para crear en este nuevo país una institución social con el propósito de llevar a cabo estos actos básicos de ayuda hacia sus hermanos que continuaban arribando desde diferentes puntos del mundo.
Con el paso de los años, esta primera comunidad judía se dividió en distintos sectores de acuerdo a sus lugares de origen y a la forma en la que estaban acostumbrados a llevar los rezos. Uno de estos sectores es el llamado Sociedad de Beneficencia Alianza Monte Sinai, o, simplemente, Monte Sinai. Sus miembros, en su mayoría, son originarios de Damasco en Siria, aunque hay quienes también llegaron a México a través de Líbano.
Damasco era una ciudad hermosa, con extraordinarios monumentos y jardines en donde los judíos constituían una pequeña minoría. Durante muchas generaciones vivieron al lado de sus vecinos árabes, absorbiendo la cultura que los rodeaba y adoptando de ella tradiciones que desapercibidamente dieron como resultado una mezcla que se volvió parte integral de sus vidas. Esta mezcla de tradiciones árabes y judías viajó con ellos a los lugares del nuevo mundo en los que eventualmente volvieron a establecerse.
El barrio judío era un área bien respetada tanto por musulmanes como por cristianos. Dentro de él, la vida diaria florecía permitiendo el intercambio de mercancía entre vecinos. La influencia árabe se hacía presente en la manera en la cual se vestían, así como en la variedad de platillos árabes que cocinaban.
Este barrio, conocido como el Sham, era similar en muchos aspectos a los shtetls de los judíos polacos. En ambos, la vida diaria que sucedía en su interior incluía el hogar, el mercado, la escuela, la sinagoga, etc. En ambos, la vida religiosa era el centro de todas las acciones, como por ejemplo el cuidado del Shabat, el día más sagrado.
Sin embargo, la llegada del siglo XX trajo cambios dramáticos en esa región geográfica. Con ellos vino la necesidad de emigrar y buscar nuevos horizontes y más favorables condiciones económicas. Pero en todos los casos había un denominador común: el antisemitismo en sus expresiones más feroces.
Desde los últimos años del siglo XIX un gran movimiento migratorio se había dado en Europa hacia la “Tierra Prometida” de los Estados Unidos. En menos de 50 años, 35 millones de personas habían emigrado al nuevo continente. Para la mayor parte de los emigrantes, “América” era el lugar en el que las calles estaban pavimentadas de oro que podía ser recogido con palas.
Pero la llegada a América no siempre fue fácil. Restricciones y cuotas entraron en vigor y los inmigrantes se vieron obligados a buscar otros destinos. Al final de la Primera Guerra Mundial los judíos que quedaban en Damasco se enfrentaban a la pobreza, enfermedad y falta de empleos. México empezó a aparecer en varias conversaciones y muchos jóvenes se embarcaron a este país a probar su suerte. Esos jóvenes llegaron solos, para mandar por sus familias más adelante.
Pero en México, la revolución en contra de Porfirio Díaz, un dictador que había ocupado el poder por más de 30 años había empezado en 1910 y esos nuevos inmigrantes se vieron obligados a cambiar unos problemas por otros. Además del lenguaje, que desconocían, no tenían dinero y no conocían a nadie ni tenían un lugar en donde pasar la noche. Y les esperaba la presión de juntar suficiente dinero como para traer a sus familias, novias y parientes lo más pronto que les fuera posible.
Pero el sentido de pertenencia y la necesidad de contar con un lugar en donde reunirse los llevaron, a estos primeros inmigrantes, a constituir una asociación. En 1912 se crea oficialmente la Sociedad de Beneficencia Alianza Monte Sinai que daba cobijo a todo judío que llegara a México. Al separarse con los años la gente que llegó de otras partes, los judíos damasqueños siguieron conservando el nombre. Así, la historia de Alianza Monte Sinai corre paralela a la del país que los acogió.
En 1914 se adquirió el terreno para el primer panteón, hecho trascendental para este pequeño grupo. En adelante, los logros que se han ido concretando han sido el resultado del esfuerzo de los miembros, interesados en contar con una sinagoga y todo lo relacionado con el mantenimiento de la vida de acuerdo a los preceptos de la religión (tales como la supervisión del kashrut), un colegio que impartiera educación judía (que inició siendo un modesto Talmud Torá y ahora cuenta con más de 1,000 alumnos), además de nunca dejar de lado la idea de brindar ayuda y apoyo a los hermanos que continuaran llegando
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Fitna: el palo y la zanahoria
La película de Geert Wilders sobre el Corán, Fitna, que tuvo al mundo entero conteniendo su respiración antes de su difusión, salió a la luz hace más de una semana ya
por Robert Spencer
La película de Geert Wilders sobre el Corán, Fitna, que tuvo al mundo entero conteniendo su respiración antes de su difusión, salió a la luz hace más de una semana ya, y la tan anticipada explosión de ira musulmana mundial hasta la fecha no se ha materializado. Esa rabia, sin embargo, está calentando motores: 25.000 personas se manifestaban contra la película en Karachi este domingo, y los manifestantes de Pakistán e Indonesia ya han pedido que Wilders sea ejecutado. Mientras que muchos siguen esperando que esto sea la cresta del enfado musulmán con respecto a la película, hay indicaciones de que estas manifestaciones son en realidad apenas una parte de una estrategia mayor.
La poderosa Organización de la Conferencia Islámica (OIC), de 57 naciones, ha condenado la película "en los términos más fuertes posibles" diciendo que es "un acto deliberado de discriminación contra los musulmanes" diseñado para "provocar malestar e intolerancia". Esta declaración acompaña de manera próxima a la reunión de marzo de la Conferencia en Senegal, donde desarrollaron lo que Associated Press llamó "un plan de batalla" para defender al islam "de los racistas y los viñetistas políticos". La película de Wilders es obviamente exactamente el tipo de cosas que tenían en mente.
En la conferencia de Senegal, Ekmeleddin Ihsanoglu, secretario general de la Conferencia Islámica, declaraba: "Los musulmanes están siendo objeto de una campaña de difamación, denigración, estereotipos, intolerancia y discriminación". Associated Press informaba de que "a los delegados de la Conferencia les ha sido entregado un voluminoso informe de la misma que registra el discurso y las acciones anti islámicas procedentes de todo el mundo. El informe concluye que el Islam está bajo ataque y que tiene que establecerse una defensa". Ihsanoglu afirmaba que "la islamofobia no puede ser tratada solamente a través de actividades culturales, sino a través de una implicación política robusta".
¿Qué tipo de implicación política robusta? Nada menos que restricciones a la libertad de expresión, por supuesto. Abdulaye Wade, presidente de Senegal y presidente de la Conferencia Islámica, declaraba: "yo no creo que libertad de expresión deba significar libertad para blasfemar. No puede haber ninguna libertad sin límite”.
Estas palabras, y "el instrumento legal" de la Organización de la Conferencia Islámica en general, manifiestan el motivo de que los cimientos de una sociedad libre no puedan prosperar allí donde prevalece la ley islámica.
Una vez que usted declara a un colectivo exento del examen crítico o declara que estas personas no deben ser ofendidas bajo ningún concepto, o que si lo son tienen todo el derecho a lapidar, dar latigazos, encarcelar o asesinar al que ofende, entonces usted ha destruido la libertad de expresión. En una sociedad libre, las personas con opiniones diferentes viven juntas en armonía, accediendo a no matarse entre sí si las opiniones del vecino les ofenden. Cuando quiera que la expresión ofensiva sea prohibida, cristaliza el poder del tirano. No menos en este caso, aunque el tirano en cuestión pertenezca a una clase diferente.
Ese es el motivo de que todas las personas libres deban oponerse a la iniciativa legal de la Organización de la Conferencia Islámica. No solamente amenaza los fundamentos de la sociedad occidental, sino que la haría incapaz de analizar, es una tentativa por dejarnos indefensos frente a la amenaza de la yihad.
Pero en Naciones Unidas, los funcionarios parecen impacientes por utilizar Fitna de excusa para decretar leyes que restrinjan la libertad de expresión. El Secretario General de la ONU Ban Ki-moon llamaba a la película "ofensivamente anti islámica" y declaraba que "no hay ninguna justificación para el discurso de odio o la incitación a la violencia. El derecho a la libertad de expresión no está en juego aquí". O tal vez lo esté: la Alto Comisario de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Louise Arbour, invitaba a aquellos enfurecidos por la película a trabajar para limitar el derecho a la libertad de expresión. "Existe un marco legal protector", observaba, "y la resolución de la controversia que generará esta película debería situarse en él". Explicaba que los legisladores "deberían ofrecer firmes medidas protectoras a todas las formas de libertad de expresión, mientras al mismo tiempo implementan las restricciones oportunas, según sea necesario, para proteger los derechos de los demás". Y la semana pasada, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas aprobaba de manera unánime una resolución propuesta por Egipto y Pakistán que pide la vigilancia de los particulares y las informaciones de los medios en busca de comentarios negativos sobre el islam.
¿Pronto será ilegal hablar del uso que hacen los jihadistas islámicos de los textos y las enseñanzas islámicas para justificar la violencia y la supremacía? Si lo es, los únicos que se benefician son los propios jihadistas -- impulsando la agenda jihadista de manera mucho más eficaz de lo que los disturbios pudieron hacerlo nunca. Las manifestaciones por una parte y los llamamientos a limitar la libertad de expresión por la otra coinciden con precisión en una estrategia de palo y zanahoria. El mensaje para Occidente es que el discurso acerca del islam que desagrade al mundo islámico puede conducir a represalias violentas -- pero si Occidente presta atención a la voz de la razón y pone fin a la libertad de expresión y la libre investigación, la violencia desaparecerá. Es un mensaje que demasiados líderes izquierdistas americanos y europeos de mentalidad apaciguadora encontrarán bastante tentador. Y esa podría ser la amenaza más seria de todas a nuestra supervivencia como personas libres.