
“Explotar para ganar”: los atentados suicidas según Robert A. Pape
Por Raphaelle Elkrief para Guysen International News
El profesor y politólogo Robert A. Pape, en una entrevista en el diario Turco “Today' s Zaman” desarrolla la tesis, propuesta en sus anteriores obras, de la correlación entre atentados suicidas y ocupación militar. A su modo de ver el estereotipo del joven terrorista debe reconsiderarse a favor de una imagen más ordinaria de éste. Una tesis apoyada con ejemplos especialmente tendenciosos y a menudo erróneos.
Los terroristas de los atentados suicidas no son jóvenes no informados, y que se dejan fácilmente influenciar por marginales inspirados por el entusiasmo religioso, o conducidos por la pobreza y la enajenación. Eso es, al menos, la tesis que desarrolla Robert A. Pape de la Universidad de Chicago. Este politólogo americano, conocido por sus trabajos geopolíticos sobre la seguridad internacional, considera que los atentados terroristas resultan de un deseo de autodeterminación, que viene de personas integradas e informadas, ante un ocupación militar. En una entrevista otorgada a Today' s Zaman explica que el “estereotipo” del terrorista debe ser revisado.Según el autor, estos terroristas son personas “políticamente activas, y muy bien informadas. Son gente que tendría que tener una vida normal si no les molestara la presencia de fuerzas extranjeras en su territorio”. Los terroristas suicidas no son pues “fanáticos religiosos drogados, sujetos a enfermedades mentales de todas las clases”, sino gente normal. Aventurándose en un paralelo del muy mal gusto, recuerda que nos cuesta reconocer que la gente capaz de lo peor durante la Shoá era a menudo gente normal. Su estudio pondría de manifiesto que “un 99% de los ataques suicidas en el mundo son justificados por la ocupación militar extranjera”. Y afirma: “Las operaciones americanas son la causa del terrorismo en el mundo”. A su modo de ver, la ocupación de la OTAN en Kandahar en 2005 habría conducido al aumento del número de atentados suicidas. En paralelo, la evacuación de Líbano por las fuerzas israelíes habría conducido al Jizballah a cesar los atentados suicidas. Por lo que se refiere a las intenciones de los terroristas, ve “el prestigio, la venganza por los actos cometidos contra sus familias y amigos, y la religión” como motivaciones principales. Pero sin la presencia militar, estos tres elementos no conducirían a los atentados suicidas. Inspirándose en el ejemplo Libanés, considera que antes de 1982 y “la invasión israelí” no se cometió ningún atentado suicida en el Líbano. Para él la analogía queda clara. En el caso palestino en particular: “el crecimiento de los asentamientos es proporcional al crecimiento de la violencia. Si el número de ataques ha disminuido recientemente, es porque el alcance geográfico de los asentamientos disminuyó”. Soluciona también el problema principal del siglo XXI afirmando simplemente que “la única solución es el final de la ocupación”.Quisieramos creer en esta teoría. Sin embargo los recientes acontecimientos, como la retirada israelí en la Franja de Gaza, muestran los límites de esta teoría. La retirada israelí de la Franja de Gaza no sólo no condujo a una disminución de los atentados, sino que además permitió al Hamas encontrar un terreno de acción, y rearmarse progresivamente. En su libro “Bombing to Win”, Robert A. Pape desarrolla los conceptos de “dificultad por castigo”, y “obligado por rechazo”. Toma el ejemplo de las acciones israelíes en el Líbano en 2006. Al intentar debilitar al Hamas, al matar a combatientes del movimiento, al debilitar su apoyo político, al intentar “cortar el sur de la ciudad de la red eléctrica y de las carreteras”, Israel condujo a una reacción violenta durante la cual Nasralah, líder del Jizballah, consiguió reunir a medio millón de chiitas en la Plaza de los Mártires en Beirut. Este profesor americano da clases en una de las más prestigiosas universidades americanas, hace de la presencia militar la causa principal que conduce a los atentados suicidas. Una tesis insidiosa que hace de los israelíes los únicos responsables de su sufrimiento.
Por Raphaelle Elkrief para Guysen International News
El profesor y politólogo Robert A. Pape, en una entrevista en el diario Turco “Today' s Zaman” desarrolla la tesis, propuesta en sus anteriores obras, de la correlación entre atentados suicidas y ocupación militar. A su modo de ver el estereotipo del joven terrorista debe reconsiderarse a favor de una imagen más ordinaria de éste. Una tesis apoyada con ejemplos especialmente tendenciosos y a menudo erróneos.
Los terroristas de los atentados suicidas no son jóvenes no informados, y que se dejan fácilmente influenciar por marginales inspirados por el entusiasmo religioso, o conducidos por la pobreza y la enajenación. Eso es, al menos, la tesis que desarrolla Robert A. Pape de la Universidad de Chicago. Este politólogo americano, conocido por sus trabajos geopolíticos sobre la seguridad internacional, considera que los atentados terroristas resultan de un deseo de autodeterminación, que viene de personas integradas e informadas, ante un ocupación militar. En una entrevista otorgada a Today' s Zaman explica que el “estereotipo” del terrorista debe ser revisado.Según el autor, estos terroristas son personas “políticamente activas, y muy bien informadas. Son gente que tendría que tener una vida normal si no les molestara la presencia de fuerzas extranjeras en su territorio”. Los terroristas suicidas no son pues “fanáticos religiosos drogados, sujetos a enfermedades mentales de todas las clases”, sino gente normal. Aventurándose en un paralelo del muy mal gusto, recuerda que nos cuesta reconocer que la gente capaz de lo peor durante la Shoá era a menudo gente normal. Su estudio pondría de manifiesto que “un 99% de los ataques suicidas en el mundo son justificados por la ocupación militar extranjera”. Y afirma: “Las operaciones americanas son la causa del terrorismo en el mundo”. A su modo de ver, la ocupación de la OTAN en Kandahar en 2005 habría conducido al aumento del número de atentados suicidas. En paralelo, la evacuación de Líbano por las fuerzas israelíes habría conducido al Jizballah a cesar los atentados suicidas. Por lo que se refiere a las intenciones de los terroristas, ve “el prestigio, la venganza por los actos cometidos contra sus familias y amigos, y la religión” como motivaciones principales. Pero sin la presencia militar, estos tres elementos no conducirían a los atentados suicidas. Inspirándose en el ejemplo Libanés, considera que antes de 1982 y “la invasión israelí” no se cometió ningún atentado suicida en el Líbano. Para él la analogía queda clara. En el caso palestino en particular: “el crecimiento de los asentamientos es proporcional al crecimiento de la violencia. Si el número de ataques ha disminuido recientemente, es porque el alcance geográfico de los asentamientos disminuyó”. Soluciona también el problema principal del siglo XXI afirmando simplemente que “la única solución es el final de la ocupación”.Quisieramos creer en esta teoría. Sin embargo los recientes acontecimientos, como la retirada israelí en la Franja de Gaza, muestran los límites de esta teoría. La retirada israelí de la Franja de Gaza no sólo no condujo a una disminución de los atentados, sino que además permitió al Hamas encontrar un terreno de acción, y rearmarse progresivamente. En su libro “Bombing to Win”, Robert A. Pape desarrolla los conceptos de “dificultad por castigo”, y “obligado por rechazo”. Toma el ejemplo de las acciones israelíes en el Líbano en 2006. Al intentar debilitar al Hamas, al matar a combatientes del movimiento, al debilitar su apoyo político, al intentar “cortar el sur de la ciudad de la red eléctrica y de las carreteras”, Israel condujo a una reacción violenta durante la cual Nasralah, líder del Jizballah, consiguió reunir a medio millón de chiitas en la Plaza de los Mártires en Beirut. Este profesor americano da clases en una de las más prestigiosas universidades americanas, hace de la presencia militar la causa principal que conduce a los atentados suicidas. Una tesis insidiosa que hace de los israelíes los únicos responsables de su sufrimiento.