
El Papa llega a Israel; denuncia el "repugnante" antisemitismo y suplica el entendimiento palestino-israelí
MARTA LAGO (Tel Aviv)
Bendicto XVI, peregrino de paz en Tierra Santa, ha dedicado sus primeras palabras en Israel a denunciar el repugnante antisemitismo que aún se registra en muchas partes del mundo, ha suplicado esfuerzos de paz entre israelies y palestinos y ha pedido a los cristianos de la región su ayuda y testimonio para que cesen las hostilidades en esta tierra.
Comienza así el Santo Padre la siguiente etapa de su intensa peregrinación en Tierra Santa (7-15 mayo), tras su despedida esta mañana de Ammán (Jordania).
En los principales puntos israelíes del viaje apostólico, grandes carteles apuntan un lema de la presencia del Papa: 'En espíritu de unidad y paz'.
Recibido en el aeropuerto por el presidente del Estado de Israel, Shimon Peres, y por el Primer Ministro, Benjamin Netanyahu, en su discurso el Santo Padre ha recalcado el perfil de esta tierra, 'considerada santa por millones de creyentes de todo el mundo', y ha agradecido la posibilidad de su itinerario, como un peregrino más entre todos los cristianos que han recorrido los santos lugares durante la historia. 'Vengo para orar en los santos lugares de manera especial por la paz, paz aquí, en Tierra Santa, y paz en todo el mundo'.
'El justo orden de las relaciones sociales presupone y exige el respeto por la libertad y la dignidad de todo ser humano, que cristianos, musumanes y judíos creen igualmente creado por un Dios amoroso y destinado a la vida eterna', señaló el Papa.Y es que es clave la 'dimensión religiosa de la persona humana'. 'Si se niega o se margina -reflexionó- se pone en peligro el fundamento mismo de una correcta compresión de los derechos humanos inalienables'.
Una tragedia: así calificó Benedicto XVI el hecho de que el pueblo judío haya experimentado 'las terribles consecuencias de ideologías que niegan la dignidad fundamental de toda persona humana'.
'Es justo y conveniente que durante mi permanencia en Israel tenga la oportunidad de honrar la memoria de seis millones de judios víctimas de la Shoah -confirmó-, y de rogar para que la humanidad jamás vuelva a ser testigo de un crimen de tal magnitud'.
A continuación, el Santo Padre hizo una denuncia: 'Desafortunadamente el antisemitismo sigue levantando su repugnante cabeza en muchas partes del mundo'. 'Esto es totalmente inaceptable -advirtió-. Se debe realizar todo esfuerzo para combatir el antisemitismo allí donde se suscite, y para promover el respeto y la estima por los miembros de todo pueblo, raza, lengua y nación en todo el mundo'.
Las tres grandes religiones monoteístas comparten una especial veneración por la Ciudad Santa de Jerusalén. La 'ferviente esperanza' del Papa -expresada ante las autoridades israelíes- es que 'todos los peregrinos de los santos lugares puedan acceder a ellos libremente y sin restriciones'.
Como Jerusalén significa asimismo 'Ciudad de la Paz', Benedicto XVI hizo además un llamamiento a israelíes y palestinos, de cuyas negociaciones está pendiente la esperanza de innumerables habitantes de toda la región medioriental.
´Suplico a cuantos tienen responsabilidad que exploren toda vía posible para la búsqueda de una solución justa a las enormes dificultades -expresó el Papa-, de forma que ambos pueblos puedan vivir en paz en una patria que sea la suya, dentro de confines seguros e internacionalmente reconocidos'.
Y a las comunidades cristianas de Tierra Santa, les encomienda una tarea primordial: 'A través de vuestro tesmonio fiel de Aquél que predicó el perdón y la reconciliación, a través de vuestro compromiso por defender la sacralidad de toda vida humana, podréis dar una contribución especial para que cesen las hostilidades que durante tanto tiempo han afligido a esta tierra'.
Que la presencia continua de los cristianos en Israel y en los Territorios Palestinos 'dé mucho fruto en la promoción de la paz y del respeto recíproco entre cuantos viven en las tierras de la Biblia', concluyó.
Comienza así el Santo Padre la siguiente etapa de su intensa peregrinación en Tierra Santa (7-15 mayo), tras su despedida esta mañana de Ammán (Jordania).
En los principales puntos israelíes del viaje apostólico, grandes carteles apuntan un lema de la presencia del Papa: 'En espíritu de unidad y paz'.
Recibido en el aeropuerto por el presidente del Estado de Israel, Shimon Peres, y por el Primer Ministro, Benjamin Netanyahu, en su discurso el Santo Padre ha recalcado el perfil de esta tierra, 'considerada santa por millones de creyentes de todo el mundo', y ha agradecido la posibilidad de su itinerario, como un peregrino más entre todos los cristianos que han recorrido los santos lugares durante la historia. 'Vengo para orar en los santos lugares de manera especial por la paz, paz aquí, en Tierra Santa, y paz en todo el mundo'.
'El justo orden de las relaciones sociales presupone y exige el respeto por la libertad y la dignidad de todo ser humano, que cristianos, musumanes y judíos creen igualmente creado por un Dios amoroso y destinado a la vida eterna', señaló el Papa.Y es que es clave la 'dimensión religiosa de la persona humana'. 'Si se niega o se margina -reflexionó- se pone en peligro el fundamento mismo de una correcta compresión de los derechos humanos inalienables'.
Una tragedia: así calificó Benedicto XVI el hecho de que el pueblo judío haya experimentado 'las terribles consecuencias de ideologías que niegan la dignidad fundamental de toda persona humana'.
'Es justo y conveniente que durante mi permanencia en Israel tenga la oportunidad de honrar la memoria de seis millones de judios víctimas de la Shoah -confirmó-, y de rogar para que la humanidad jamás vuelva a ser testigo de un crimen de tal magnitud'.
A continuación, el Santo Padre hizo una denuncia: 'Desafortunadamente el antisemitismo sigue levantando su repugnante cabeza en muchas partes del mundo'. 'Esto es totalmente inaceptable -advirtió-. Se debe realizar todo esfuerzo para combatir el antisemitismo allí donde se suscite, y para promover el respeto y la estima por los miembros de todo pueblo, raza, lengua y nación en todo el mundo'.
Las tres grandes religiones monoteístas comparten una especial veneración por la Ciudad Santa de Jerusalén. La 'ferviente esperanza' del Papa -expresada ante las autoridades israelíes- es que 'todos los peregrinos de los santos lugares puedan acceder a ellos libremente y sin restriciones'.
Como Jerusalén significa asimismo 'Ciudad de la Paz', Benedicto XVI hizo además un llamamiento a israelíes y palestinos, de cuyas negociaciones está pendiente la esperanza de innumerables habitantes de toda la región medioriental.
´Suplico a cuantos tienen responsabilidad que exploren toda vía posible para la búsqueda de una solución justa a las enormes dificultades -expresó el Papa-, de forma que ambos pueblos puedan vivir en paz en una patria que sea la suya, dentro de confines seguros e internacionalmente reconocidos'.
Y a las comunidades cristianas de Tierra Santa, les encomienda una tarea primordial: 'A través de vuestro tesmonio fiel de Aquél que predicó el perdón y la reconciliación, a través de vuestro compromiso por defender la sacralidad de toda vida humana, podréis dar una contribución especial para que cesen las hostilidades que durante tanto tiempo han afligido a esta tierra'.
Que la presencia continua de los cristianos en Israel y en los Territorios Palestinos 'dé mucho fruto en la promoción de la paz y del respeto recíproco entre cuantos viven en las tierras de la Biblia', concluyó.
[Cope.es_Marta Lago]