
¿Quién es de verdad Benedicto XVI?
Por Raphelle Elkrief para Guysen International News
Condenado por sus recientes declaraciones sobre el preservativo, discutido por sus posiciones conservadoras, controvertido después de la rehabilitación del obispo negacionista Williamson, la imagen mediática del Soberano Pontífice no parece estar en su mejor momento. La visita de Benedicto XVI en suelo israelí es la ocasión de hablar de la personalidad de esta figura compleja.
Nacido el 16 de abril de 1927 en Marklt (Alemania), Benedicto XVI es, antes todo, Joseph Alois Ratzinger. De una familia de agricultores, asiste a la militarización de su país y es, muy brevemente, recrutado en las “Juventudes Hitlerianas”. Al salir de la guerra y después de haber sido movilizado en una unidad de lucha antiaérea, luego desertor, y prisionero en un campo americano, el joven entra en el seminario de Freising para estudiar teología y filosofía. Brillante profesor que pasará por las Universidades de Bonn, Munster o Tubingen, es considerado como un teólogo progresista que participará incluso en el Concilio del Vaticano II como experto.Llamado “Panzerkardinal”- en referencia a su gusto por la autoridad y su pasado en las Juventudes Hitlerianas, toma un cambio de dirección más radical hacia el final de los años 60’. Testigo de las manifestaciones de estudiantes en Europa demuestra el deseo de defender la tradición contra el desorden. En 1981, es nombrado por su antecesor Juan Pablo II como jefe de las Congregaciones para la doctrina de la fe - antes llamada “Inquisición” - que tiene como misión “preservar la ortodoxia y la doctrina católica, precisarla en nuestra época”. Un puesto renombrado por su impopularidad, y en el cual se ha de ser un ardiente partidario del conservadurismo y un enemigo de la modernidad. En 1985, en Mantenimiento de la fe, el cardenal Ratzinger expone su visión del catolicismo y las derivas políticas de algunas corrientes, en particular, los “teóricos de la liberación” que justifican los movimientos revolucionarios con argumentos religiosos, algo que reprocha. Publica e 6 de agosto de 2000 una declaración en la cual afirma la superioridad del catolicismo sobre las otras confesiones: “Si es cierto que los adeptos de otras religiones pueden recibir la gracia divina, no es menos cierto que objetivamente, se encuentran en una situación de grave indigencia con relación a los que, en la Iglesia, tienen la plenitud de los medios” (Artículo 91 De la declaración Dominus lesus). Es objetivo de las críticas de las comunidades protestantes, en particular, que con todo habían comenzado a acercarse a Roma, calificando a las iglesias anglicanas o luteranas de “deficientes”.El 19 de abril de 2005, después de un cónclave de apenas un día es elegido como sucesor de Juan Pablo II. La elección de este hombre de 78 años, primer papa de origen germánico desde 1523 suscita una gran decepción entre los católicos progresistas. Su intransigencia doctrinal tranquiliza sin embargo al ala conservadora de la Iglesia. A su modo de ver, su antecesor Juan Paul II “fue demasiado lejos en el diálogo con las otras religiones”. El cardenal Ratzinger es, en el momento de su elección, muy conocido por sus opiniones conservadoras sobre las costumbres y la fe, especialmente sobre temas como el IVG, la homosexualidad, el celibato de los sacerdotes, el acceso de las mujeres a la función de clérigo o el ecumenismo. Esta actitud le vale apodos como “Benedicto 13 y 3” (muy estrecho). Y los que gritaban “olviden a Joseph, reciban a Benedicto” deben estar contentos con los primeros años del nuevo Papa en el vaticano. Ya que aunque la doctrina católica es garante de tradición, muchos eran los que esperaban del nuevo Papa que abriera la vía de la modernidad. Eso, según algunos, sin contar con Benedicto XVI.No beneficiándose de los mismos activos que su antecesor, el nuevo Papa eligió ser él mismo. Este hombre de estudios no es un hombre de masas, y no parece que la comunicación sea lo suyo, no como su precursor.¿Se puede así explicar los comentarios en el avión hacia Camerún en marzo de 2009? Preguntado sobre el preservativo, el Soberano Pontífice declaró que su distribución no es un medio de lucha contra la epidemia del SIDA, sino que, al contrario, empeora el problema.Los médicos y hombres políticos del mundo entero se apresuraron a calificar la posición de Benedicto XVI como “poco científica, peligrosa, y de falta de todo realismo”.Otro expediente sensible: la Shoá (el Holocausto). Después del asunto de la rehabilitación de Williamson, obispo negacionista, la polémica se reactivó sobre las posiciones de Benedicto XVI sobre el Holocausto. El 28 de mayo de 2006, en Auschwitz, había considerado que al “destruir” al pueblo judío, el III Reich quería “arrancar las raíces en las cuales se basa el cristianismo”. Haciendo hincapié en la responsabilidad de los dirigentes nazis más que sobre la del pueblo, el papa había causado un principio de polémica. El gran rabino de Roma, Ricardo Di Segni, declaró que la visita “fue un momento histórico con un gran discurso de principio a fin, pero problemático en su contenido”. A su modo de ver, “se pone una especie de acento en el problema de la ausencia de D-os y no sobre el silencio del hombre y sobre las responsabilidades”. En su muy reciente visita a Israel el 11 de mayo de 2009, condenó el antisemitismo “que sigue descubriendo su cara repugnante en varias partes del mundo”. Expresó también “su voluntad de honrar la memoria de los seis millones de judíos víctimas de la Shoá y de rogar para que el hombre no sea más testigo de un crimen de tal amplitud”, preocupado de restablecer el desorden relacionado con el asunto Williamson. Insuficientes observaciones, según el rabino Meir Lau, antiguo gran Rabino de Israel. “Juan-Pablo II había hablado de millones de judíos asesinados durante la Shoá. Benedicto XVI no dijo asesinados, dijo matado. No hizo alusión a quien los mató. Juan-Pablo II habló de los nazis, en el discurso de Benedicto XVI, la palabra nazi no existe”, lamentó. En 2005, el cónclave eligió a Benedicto XVI. Joseph Ratzinger es y seguirá siendo jefe de la Iglesia Católica