JUICIO FOFANA


Reflexiones sobre la crueldad antisemita
Por Guy Senbel para Guysen International News

Esta semana, desearíamos dialogar con nuestros lectores sobre el juicio de Yussuf Fofana, acusado del secuestro y el asesinato de Ilan Halimi, el 13 de febrero de 2006, y juzgado por el tribunal de menores desde el pasado 29 de abril. Llevado ante la justicia por haber asesinado a un hombre porque era judío, Yussuf Fofana hizo vivir a Ilan Halimi venticuatro días de infierno, venticuatro días de secuestro, venticuatro noches de malos tratos, para luego matarlo.
El acusado, un francés originario de Costa de Marfil que reivindicaba su pertenencia Islámica, comparece al lado de otros veintiseis presuntos miembros de la “banda de los bárbaros”. Reconoce el secuestro, pero niega el asesinato.Es un juicio a puerta cerrada, así decidido por los jueces, en contra del pedido de la familia de la víctima y las principales organizaciones judías que recuerdan que “es la ley del silencio lo que mató a Ilan”, temiendo que el juicio no tenga la repercusión esperada… Un hombre murió, en Francia, porque era judío.Las puertas cerradas están reservadas para juicios sensibles. El de Yussuf Fofana lo es indudablemente: el temor de provocar motines en los suburbios, la preocupación razonable de no despertar un antisemitismo en ebullición en ciudades pobres donde existen inquietantes resentimientos. Pero la justificación de este juicio a puerta cerrada, momentáneamente, es de carácter técnico: algunos acusados eran menores en el momento de los hechos… Cerrado al público, el juicio no tiene menos repercusión, y posee una cobertura mediática de nivel gracias a las declaraciones del acusado, que suscitan la indignación y atraen a los medios de comunicación.Un hecho rarísimo, el ministerio fiscal aceptó la petición de la familia de Ilan Halimi que exigía retirar de los quioscos la revista “Choc” que publicaba en su primera página a un arrodillado Ilan Halimi, pistola en la sien, la cara cubierta por papel celo plateado, las muñecas atadas, un diario colocado sobre su pecho. Se adivina su cara destrozada, su nariz inflada por los golpes, sangre. Atentado a la dignidad humana, la justicia entendió que para la familia de la víctima, esta fotografía es especialmente intolerable. A pesar de que la prensa occidental sigue el asunto con interés y no duda en presentar el juicio Fofana como el de la “crueldad antisemita”, describiendo con detalle las escenas que se asemejan al secuestro de Daniel Pearl, los periodistas franceses a veces dudan en afirmar claramente el carácter antisemita del asesinato, como si este crimen pudiera no ser un crimen antisemita. La presencia de Jacques Chirac en la ceremonia religiosa organizada en memoria de Ilan Halimi en 2006 había señalado el reconocimiento por Francia que el crimen había sido cometido porque Ilan era judío. El desarrollo del juicio pone un coto a la distinción operada e instigada entre un simple delito y el crimen antisemita. Fofana quiso poner de manifiesto, en primer lugar, que era un crápula. Durante el segundo día del juicio, había amenazado de muerte a los jurados y al Presidente del tribunal. El miércoles 20 de mayo, el acusado desafió a una de sus abogadas, convencido de que tenía un nombre de consonancia judía. El jefe de la “banda de los bárbaros” la despidió porque podría ser judía… Es durante el juicio que el acusado muestra lo que alimenta su odio y justifica sus actos, la búsqueda permanente de un “enemigo interior”, expresión que por otra parte empleó para calificar a su “abogada judía” durante una audiencia realizada este lunes 18 de mayo. El antisemitismo de Yussuf Fofana, aquél que se personifica ahora por haber elegido la violencia y el crimen, no es un antisemitismo nuevo. Conviene preguntarse sobre la posible filiación con la ideología islamista. Reanimados por las declaraciones de un humorista pasado de moda o por Irán, que pidió la destrucción de Israel, los prejuicios antisemitas de Yussuf Fofana se inscriben en el imaginario antisemita antiguo. Nocivos, objetos de depredaciones, Fofana se inventó una nueva legitimidad, la que consiste en desposeer a los judíos de sus bienes. Para lograrlo todo está permitido, como pedir el rescate, incluidos los actos salvajes que consisten en torturar a un hombre durante 24 días. El crimen cometido contra Ilan Halimi se parece al cometido contra los judíos en Polonia en nombre de los asesinatos rituales inventados durante la Shoá. Ilan Halimi fue asesinado en 2006 del mismo modo que se quemaban a los judíos en Francia en la época de Saint-Louis, como aquellos que los nazis mataban en Ucrania o en otros lugares en el este de Europa. No, el juicio Fofana no es un juicio sobre delitos, es el juicio de los prejuicios que matan, aquellos que son necesarios para combatir en la vida diaria. Según una encuesta llevada a cabo por SOS-Racisme, y publicado en el mes de marzo 2009, el 38% de las personas interrogadas considera que “los judíos tienen una influencia particular en las finanzas y los medios de comunicación”…Esta noche, pensamos nuevamente en Guilad Shalit, ciudadano francés y soldado de Tzahal, rehén del Hamás en Gaza desde hace 1063 días.