PUBLICADO EN "EL HERALDO" DE MIAMI


La enigmática paz en el Medio Oriente
By JAIME S. DROMI


El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, vino a Estados Unidos, visitó la Casa Blanca, se encontró con el presidente Obama y se fue. Podemos pensar lo que queramos sobre lo que hablaron, pero hay un axioma que nadie puede cambiar: ¿Es que alguno de mis lectores probó bailar el tango solo? No, eso es ridículo, cómo puede bailar tango uno solo, ¡no tiene sentido alguno! La paz tampoco puede conseguirse con sólo Israel quererla: hay que tener con quien compartirla.
Todo el mundo comprende que Obama quiere que haya paz, todos saben que Israel es un país pequeño con un total de unos 5 millones de judíos viviendo en medio de un océano donde hay 500 millones de árabes, y todos saben que los judíos quieren paz y que los árabes, históricamente, buscan guerra. Por supuesto, ni todos los judíos son pacíficos ni todos los árabes quieren guerra, pero la voluntad de la mayoría de ambos bandos es conocida y entendida.
El grupo étnico que hoy se llama ''pueblo árabe palestino'' no existía hasta 1964. Nació en ese entonces como un medio adicional de presión sobre Israel y el mundo por parte de la Liga Arabe, que comprende 22 países. El objetivo de su fundación era la destrucción del estado de Israel, que resurgió en su tierra ancestral en 1948, después de dos mil años de exilio obligado en el que fue víctima de persecuciones y matanzas continuas que culminaron con la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, en el que asesinaron a 6 millones de judíos, entre ellos un millón y medio de niños.
La estrategia de los palestinos era presentarse como un pobre pueblo que quiere volver a su tierra después de que en 1967, durante la Guerra de los Seis Días, los judíos ocuparon su terruño. Pero eso no era verdad. Entre 1948 y 1967 --19 años-- Jordania ocupaba la Cisjordania y parte de Jerusalén, Siria estaba en las alturas del Golán y Egipto ocupaba toda la Franja de Gaza y no existía ningún ''pobre pueblo palestino''. ¿Por qué durante todo ese tiempo no pidieron tener un Estado independiente? Porque los árabes eran solamente eso: árabes de los países vecinos, de Siria, de Egipto, de Irak, de Jordania y de otros países, ¡no olvidemos que hay 22 países árabes!
De los países árabes expulsaron a los judíos que vivieron allí durante todo el exilio y unos 900 mil de ellos vinieron a establecerse en el estado de Israel, donde fueron recibidos como hermanos. Medio millón de árabes que vivían en Israel y que, invitados por los ejércitos árabes a despejar el terreno para atacar a los judíos, se fueron parte a Gaza, parte a Jordania, parte al Líbano y parte a Siria, pero no se les permitió establecerse en esos países. Y, a fin de presionar a las Naciones Unidas y a Israel, hasta hoy día desde have 61 años viven como parias, en campos de concentración llamados de refugiados, sin trabajar, sin organizarse, sin medios, con la comida, la ropa y material de construcción provisto por la ONU y pagado con nuestro dinero y, aparte, centenares de miles de millones de dólares y euros fluyendo hacia ellos, pero terminando su camino en los bolsillos de sus líderes corruptos. Lo hemos visto en la herencia que dejó Arafat, de más de 6,000 millones de dólares.
Estos árabes, educados en la ideología islamofascista, se dedican a ayudar en la composición de las bandas terroristas que andan por el mundo sembrando dolor, sangre y lágrimas no sólo de los demás, sino causando desastres a sus propias familias, ya que antes o después, cuando los castigan, ellos no tienen escrúpulos en utilizar a sus familiares como escudos humanos.
El pueblo palestino ha demostrado bien claramente sus intenciones cuando Israel desalojó a 9,000 judíos establecidos en la Franja de Gaza durante 40 años y les entregó todo a los árabes, pero ellos lo destruyeron todo, usando la tierra, ahora ''palestina'', para bombardear a los judíos que viven en las ciudades y pueblos aledaños. Y es eso lo que se espera si los israelíes les dan más tierras.
Los líderes de Israel deben estar locos si es que aceptan que semejante situación se repita en otras partes. Israel, antes de aceptar salir de Cisjordania, debe cerciorarse de que Hamas no llegue a tomar el poder, que todo el área quede desmilitarizada, que todos los árabes reconozcan al Estado judío y que la ONU sea responsable de cuidar las fronteras y mantener la paz entre los árabes palestinos y el Estado judío. Es sólo así como podría llegarse a una paz sostenible y perdurable.
Quiera Dios promulgar la paz en Israel y a todos los pueblos del Medio Oriente para que la civilización continúe desarrollándose y los palestinos puedan ayudar en la
creación de medios de vida para su propio progreso, viviendo en una democracia sin sangre ni humillación, pero con paz y amistad. ¡Amén!