OPINION DE DOS ESCRITORES


Sin medias tintas frente a la violencia de Hamas
Apenas separados por una frontera, israelíes y palestinos están encerrados en un escenario que se resiste a abandonar la sangre y los acorralamientos. ¿Cómo ven esa realidad dos escritores judíos, uno desde Argentina y otro desde Israel?
Por Marcelo Birmajer


Hay consenso, en los medios periodísticos, respecto a que esta batalla la comenzó Hamas. Lo que se le cuestiona a Israel no es su posición autodefensiva, sino lo proporcionado o no de su respuesta. Dos posiciones hostiles a Israel me sirven como prueba para esta aseveración.El profesor de Derecho Internacional de la Universidad de Princeton, Richard Falk, en un artículo publicado por Clarín el 7 de enero, escribe: "Durante 18 meses, Gaza soportó un penoso bloqueo impuesto por Israel. Una luz de esperanza surgió hace seis meses cuando una tregua concertada por Egipto trajo como resultado un eficaz cese del fuego que redujo las bajas israelíes a cero a pesar de los periódicos disparos de cohetes palestinos". En el mismo párrafo, dos frases se contradicen: "eficaz cese del fuego", y "periódicos disparos de cohetes palestinos". O bien se produjo un eficaz cese del fuego, o bien los terroristas palestinos continuaron disparando cohetes contra la población civil israelí; pero los dos sucesos no pueden coincidir en un mismo espacio de tiempo. El 9 de enero, en un artículo del profesor palestino Rashid Khalidi, publicado en Clarín, leemos: "Levantar el bloqueo, junto con un cese del fuego de cohetes, fue una de las condiciones del cese del fuego de junio. Este acuerdo condujo a una reducción de los cohetes disparados desde Gaza. El cese del fuego se quebró cuando las fuerzas israelíes lanzaron ataques aéreos y terrestres a principios de noviembre". Khalidi nos está diciendo que el acuerdo condujo a "una reducción de los cohetes disparados desde Gaza", no a una eliminación de los mismos. Es decir: siguieron disparando contra la población civil israelí. No obstante, Khalidi continúa: "el cese del fuego se quebró cuando los israelíes lanzaron ataques aéreos y terrestres.".Creo que queda claro que tanto Khalidi como Falk sólo consideran roto el cese del fuego cuando Israel responde. La pregunta es, entonces, si la respuesta israelí es proporcionada o no. Diversas evidencias demuestran que Hamas utiliza a sus civiles como escudos humanos. Desde niños, a los que adoctrina con armas y cinturones kamikaze, hasta sus propias mezquitas, como centros de acumulación de armas. En una noticia publicada por La Nación el 5 de enero se nos informa: 1) que el ejército israelí deberá enfrentar un verdadero ejército de hombres bajo tierra, que cuentan con una eficaz red de túneles; 2) que "los miembros de Hamas recibieron órdenes de cambiar sus uniformes por ropas de civiles y de mantener sus armas ocultas entre la ropa". Esta valiosa información -originalmente publicada por en el Sunday Times- nos permite detenernos en dos datos fundamentales: 1) Hamas intenta deliberadamente confundir a sus combatientes con la población civil; 2) Hamas sí posee la capacidad para proteger a sus civiles, pero sólo brinda esta protección a sus hombres armados, dejando a los civiles a la intemperie (luego de disparar contra los civiles israelíes).Si a esto le sumamos que Hamas se halla subvencionado y protegido por Irán y Siria, y la disparidad demográfica y de territorio entre Israel y el conjunto de sus enemigos, la pregunta por la proporcionalidad requeriría largas discusiones, mientras que necesitamos el alto el fuego ya, y que no se reanuden las hostilidades. Si el grupo terrorista Hamas inició las hostilidades, la posición de los intelectuales, para detener esta batalla, debe ser exigir a Hamas que cese de disparar misiles y que declare que continuará todas sus reclamaciones contra Israel por la vía diplomática. Hace ya más de ocho años que los gobiernos israelíes reconocen la necesidad de la creación de un Estado palestino en Gaza y Cisjordania. Si Hamas hubiera reconocido a Israel, Israel hubiera aceptado el triunfo electoral de Hamas. Este es otro de los absurdos que se han pergeñado: Israel debe aceptar ser destruido si en elecciones libres gana un gobierno vecino cuya plataforma y accionar incluye destruirlo. Por el contrario, un Estado palestino, en paz, como vecino de Israel, sigue siendo la más atinada solución.