EL RINCON DE MOSHE YANAI


Reticencia comprensible
¿Qué es lo que pasa realmente en Gaza? ¿Cuáles serían las razones que tanto Israel como el Hamás nada quieren saber, por el momento, de un cese de fuego?


Las Naciones Unidas han dictado un cese de fuego en el presente conflicto. Israel y Gaza lo han rechazado. Los dirigentes del Hamás porque no se avienen a reconocer que han sufrido un rudo golpe, que las condiciones del alto al fuego las confirmarían. Israel porque en base a la experiencia del pasado ya está harto de que, en el conflicto con los árabes, gane guerras y siempre salga con las de perder en el ámbito político. Esta vez Jerusalén desea que al cesar las hostilidades ocurra precisamente esto; que se deje de atacar a Israel. Que el sur del país pueda tener una vida normal. Que no ocurra una vez más la pesadilla de estos últimos años.
En este aspecto vale señalar que la abrumadora mayoría de la población de Israel ha apoyado, y sigue apoyando la ofensiva contra Gaza. Conocidas figuras de la izquierda israelí como Amos Oz y A.B. Yehoshúa lo han manifestado. El embajador israelí en Madrid bien dijo que se estimaba en alrededor de un 75-80 por ciento. El diplomático restó el 20% de la población árabe israelí, que no puede proceder de otro modo que oponerse a las hostilidades. Así es que quedaría un margen muy reducido de judíos israelíes que no aceptan lo que es casi un consenso. Además de esas cifras, se ha visto bien claro la determinación de los reservistas llamados a filas. No es fácil dejar la casa, la familia y el trabajo para ir a luchar; pero todos comprenden que las circunstancias lo exigen y la motivación es muy alta. Se nota en los rostros de esos hombres.

Ahora bien, veamos en qué medida esa negativa afecta a los dos contrincantes. Los dirigentes de ese movimiento terrorista consideran que su presente táctica de atrincherarse estaría frenando el ataque israelí. Las tropas de este país no luchan contra un ejército regular, que se comporte como lo dictan las normas de la Convención de Ginebra. Se las tienen que ver con un grupo terrorista que aunque exige de los israelíes tales normas, no tiene él por qué aceptarlas. Así es que no tiene reparo en escudarse tras los civiles, para dificultar el operativo de limpieza que es de hecho lo que quieren hacer los israelíes. La táctica de crear trampas explosivas en casas de civiles, que hacer peligrar la vida de sus habitantes, bien lo confirma. Hemos visto documentales en los que se ve a palestinos armados, llevar consigo por la fuerza a niños que resistían a ello.
Efectivamente, no existe aquí intención alguna de ocupar la zona de Gaza. Nada más lejos de la realidad. Su propósito es limpiar el terreno de los misiles que amenazan a su población civil, y que constituyen la primera fase de una futura ofensiva con el propósito explícito de aniquilar a su enemigo. Es decir, no se trata meramente de hacer desaparecer al Estado de Israel, sino pasar a cuchillo al mayor número posible de israelíes. No es una aseveración hecha a la ligera; se basa en declaraciones explícitas de voceros de esa organización, que como fue el caso de la Alemania nazi, consideran que se ha de exterminar a todos los judíos.
Ahora bien, el cese de fuego impone ciertas condiciones. La más importante es la de velar para que la gente del Hamás no se pueda rearmarse, como ha sido el caso en los tres años desde que Israel desmanteló los asentamientos en la zona y desocupó la llamada línea Filadelfi. Para quien se haya olvidado, se trata del punto más estratégico de esa región: es a través de esta franja lindante con Egipto que los enemigos de Israel reciben su armamento y todo el equipamiento militar que precisan. Antes de la desconexión del 2005 poseían apenas unas decenas de cohetes Kassam caseros con un alcance de contados kilómetros; ahora, disponiendo de nuevos misiles iraníes que llegaron por esa vía, ya llegan a un alcance de 40 Km., y se estarían preparando para poder contar con otros modelos más sofisticados a fin de amenazar a Tel Aviv y sus aledaños.
Israel comprende y siente la necesidad de poner término a las hostilidades. La impresión que deja la guerra es muy penosa. Las imágenes que transmite la TV son horrorosas; confieso que también nos impresiona. Pero nosotros vemos la otra cara de la moneda: las imágenes de aquellos israelíes que ya viven años bajo el fuego del Hamás. Claro que hay pocas víctimas, pero las hay. Y lo que no se ve en el televisor es la tensión que caracteriza la vida de más de medio millón de personas que viven bajo el fuego terrorista desde Gaza.
El autor de estas líneas puede rendir testimonio fehaciente de lo que es vivir en esas condiciones: lo pasó durante los terribles bombardeos en su Barcelona natal en 1937, luego cuando los aviones egipcios bombardearon Tel Aviv en 1948, más tarde cuando participó en la Guerra de los Seis Días en 1967, y una vez más, en 1991, al ser Israel el blanco de los misiles iraquíes. Avezado de tantos sucesos, puede afirmar que en esas situaciones ninguna persona
puede mantener una vida normal. Es necesaria una firme entereza para no verse traumatizado; y la lamentable verdad es que son muchos los habitantes de esa zona que han sufrido, sufren y seguirán sufriendo las consecuencias anímicas de esos ataques.
Voy a ir más lejos y trazar la diferencia a ambos lados de la línea divisoria. En la parte israelí se hace lo imposible para minimizar tales consecuencias, haciendo lo indecible para proteger a la población israelí. Por ejemplo, todas las escuelas de Shderot cuentan con zonas blindadas a prueba de misiles. Muchas viviendas poseen la llamada “habitación acorazada” en la que refugiarse en un momento de peligro. Los afectados son esmeradamente tratados por personal especializado.
Los responsables del otro lado hacen caso omiso de las consecuencias de sus actos para su propia población: no solamente muchos de ellos estarán traumatizados por los ataques israelíes de esas últimas dos semanas, sino que también sufren las consecuencias físicas de ellos porque los terroristas nada hacen para protegerlos. Todo por el contrario, como ya se dijo, se escudan tras la población civil. Para ellos el fin justifica todos los medios, aunque éstos afecten tan severamente a su propia gente. Lamento decirlo, pero eso lo puede hacer únicamente la hez de la sociedad.
Moshé Yanai


NOTA AL MARGEN
No puedo menos que expresar mi agradecimiento por la amplia repercusión que ha tenido mi artículo “Un llamado a la conciencia mundial” que publiqué hace unos días. Esta es una muestra del interés y, en gran medida, del apoyo que tanto nos fortifica a quienes tratamos de presentar y comentar la realidad. Es también un honor para este sitio que publica mis artículos, los que frecuentemente ven luz en otros blogs. Gracias a todos. Vuestro amigo,
Moshé