
El Ejército israelí advierte a ciudadanos de Gaza de alejarse de terroristas
La Fuerza Aérea israelí diseminó panfletos en la Franja de Gaza para advertir que pretende aumentar los ataques sobre objetivos terroristas y sobre los propios terroristas.
“En el futuro próximo, el Ejército de Defensa de Israel continuará atacando túneles, depósitos de armas, y terroristas con más intensidad en toda la Franja. Para su seguridad y la seguridad de su familia, se le solicita permanecer lejos de los elementos terroristas o sitios donde se guardan armas” dice el panfleto.
Israel avisa a la población de Gaza de que se prepare para una escalada bélica
Una lluvia de panfletos caídos sobre la franja anuncia «una nueva fase en la guerra contra el terror»
LAURA L. CARO PASO DE EREZ (FRONTERA ISRAEL-GAZA)
ABC DE ESPAÑA
Israel estrenó ayer la tercera semana de su guerra de fuego contra Gaza desplegando otra avasalladora ofensiva, la psicológica, encaminada a quebrar la moral de la población palestina tratando de convencerles de la inutilidad de su resistencia. Quince días y 802 muertos después, el Ejército hebreo arrojaba ayer una lluvia de panfletos sobre la franja con la advertencia de «una nueva fase en la guerra contra el terror», al tiempo que la potente maquinaria de comunicación del Gobierno judío redoblaba esfuerzos para difundir la idea de que Hamás se agota víctima del fracaso. Y que los milicianos desertan. «Cientos de ellos han muerto ya en los choques. Algunas compañías y batallones han sido simplemente aniquilados. También hemos visto casos de deserciones y a terroristas muertos de miedo cuando tenían que hacer movimientos arriesgados para enfrentarse en un cara a cara con nuestras tropas», señalaba un oficial desde el anonimato al diario Yedioth Ahronoth.
El fallecimiento el sábado por la mañana del jefe de la división de Hamás encargada del programa de cohetes, Amir Mansi, cuando presuntamente manipulaba una lanzadera en el campo de refugiados de Jabalya, era utilizado también por Israel como signo de que Hamás se está viniendo abajo. «Es la demostración de que han entrado en un serio estado de angustia, un alto mando operativo no se aventuraría en el campo de batalla», interpretaba una fuente militar.
Incidiendo el supuesto de que Hamás busca ya una salida que evite su destrucción, también se apuntaba como síntoma de debilidad que Hamás enviara el viernes a tres elegidos negociadores a escuchar en El Cairo las propuestas mediadoras del jefe de la Inteligencia egipcia, Omar Suleiman. La delegación está compuesta por Heiman Taha, miembro del comando militar de Hamás; Salah Bardaweel, al frente de la facción parlamentaria del partido y Jemal Abu Hashem, que raramente se deja ver en público. Quizás como parte de esa propaganda israelí dirigida a socavar el aguante de los palestinos, ayer se filtraba que los tres recibieron permiso para abandonar Gaza tras comprometerse a aceptar próximamente un alto el fuego incondicional y renunciar a su exigencia de que la frontera de Rafah se abra en adelante. En una segunda ronda de conversaciones en Egipto, a ellos se unirán hoy dos mandatarios de Hamás llegados desde Damasco.
«No luchan contra la población»
Las octavillas escritas en árabe que ayer sembraron las calles vacías amenazaban: «las Fuerzas de Defensa Israelíes intensificarán la operación en la franja de Gaza. No luchan contra la población sino contra Hamás y el terrorismo. Ponte a salvo siguiendo nuestras órdenes». Otro escrito, en la misma línea, prevenía: «residentes de la franja: próximamente el Ejercito de Israel atacará con mayor intensidad los túneles, los arsenales y las actividades terroristas. Para su seguridad y la de su familias, aléjense de los elementos terroristas». En ambos, un número de teléfono invita a delatar ante una oficina creada expresamente en Israel a tal efecto a combatientes, posiciones de lanzaderas, arsenales u otros objetivos de «interés militar». «Llama mucha gente», aseguraba a Efe un operador de la centralita en cuestión.
La advertencia llega cuando se cree que el Ejército se prepara para una «tercera fase de la ofensiva», en la que, a imagen de la operación «Escudo defensivo» de 2002 en Cisjordania, sus tropas penetrarían en la franja más allá de sus actuales posiciones para emprender una búsqueda sin retorno, casa por casa.
Israel estrenó ayer la tercera semana de su guerra de fuego contra Gaza desplegando otra avasalladora ofensiva, la psicológica, encaminada a quebrar la moral de la población palestina tratando de convencerles de la inutilidad de su resistencia. Quince días y 802 muertos después, el Ejército hebreo arrojaba ayer una lluvia de panfletos sobre la franja con la advertencia de «una nueva fase en la guerra contra el terror», al tiempo que la potente maquinaria de comunicación del Gobierno judío redoblaba esfuerzos para difundir la idea de que Hamás se agota víctima del fracaso. Y que los milicianos desertan. «Cientos de ellos han muerto ya en los choques. Algunas compañías y batallones han sido simplemente aniquilados. También hemos visto casos de deserciones y a terroristas muertos de miedo cuando tenían que hacer movimientos arriesgados para enfrentarse en un cara a cara con nuestras tropas», señalaba un oficial desde el anonimato al diario Yedioth Ahronoth.
El fallecimiento el sábado por la mañana del jefe de la división de Hamás encargada del programa de cohetes, Amir Mansi, cuando presuntamente manipulaba una lanzadera en el campo de refugiados de Jabalya, era utilizado también por Israel como signo de que Hamás se está viniendo abajo. «Es la demostración de que han entrado en un serio estado de angustia, un alto mando operativo no se aventuraría en el campo de batalla», interpretaba una fuente militar.
Incidiendo el supuesto de que Hamás busca ya una salida que evite su destrucción, también se apuntaba como síntoma de debilidad que Hamás enviara el viernes a tres elegidos negociadores a escuchar en El Cairo las propuestas mediadoras del jefe de la Inteligencia egipcia, Omar Suleiman. La delegación está compuesta por Heiman Taha, miembro del comando militar de Hamás; Salah Bardaweel, al frente de la facción parlamentaria del partido y Jemal Abu Hashem, que raramente se deja ver en público. Quizás como parte de esa propaganda israelí dirigida a socavar el aguante de los palestinos, ayer se filtraba que los tres recibieron permiso para abandonar Gaza tras comprometerse a aceptar próximamente un alto el fuego incondicional y renunciar a su exigencia de que la frontera de Rafah se abra en adelante. En una segunda ronda de conversaciones en Egipto, a ellos se unirán hoy dos mandatarios de Hamás llegados desde Damasco.
«No luchan contra la población»
Las octavillas escritas en árabe que ayer sembraron las calles vacías amenazaban: «las Fuerzas de Defensa Israelíes intensificarán la operación en la franja de Gaza. No luchan contra la población sino contra Hamás y el terrorismo. Ponte a salvo siguiendo nuestras órdenes». Otro escrito, en la misma línea, prevenía: «residentes de la franja: próximamente el Ejercito de Israel atacará con mayor intensidad los túneles, los arsenales y las actividades terroristas. Para su seguridad y la de su familias, aléjense de los elementos terroristas». En ambos, un número de teléfono invita a delatar ante una oficina creada expresamente en Israel a tal efecto a combatientes, posiciones de lanzaderas, arsenales u otros objetivos de «interés militar». «Llama mucha gente», aseguraba a Efe un operador de la centralita en cuestión.
La advertencia llega cuando se cree que el Ejército se prepara para una «tercera fase de la ofensiva», en la que, a imagen de la operación «Escudo defensivo» de 2002 en Cisjordania, sus tropas penetrarían en la franja más allá de sus actuales posiciones para emprender una búsqueda sin retorno, casa por casa.