
Abbás apura su mandato en medio de un mar de críticas
• La ofensiva militar israelí pone en una situación delicada al presidente de la ANP
• El dirigente critica los excesos en Gaza pero sin dinamitar un proceso de paz
R. M. F.JERUSALÉN
El Periodico de Cataluña
• La ofensiva militar israelí pone en una situación delicada al presidente de la ANP
• El dirigente critica los excesos en Gaza pero sin dinamitar un proceso de paz
R. M. F.JERUSALÉN
El Periodico de Cataluña
La ofensiva israelí en Gaza ha puesto al presidente palestino, Mahmud Abbás, en una posición imposible. Ha tenido que responder a la indignación de su pueblo condenando los excesos israelís en Gaza, pero, al mismo tiempo, se ha visto obligado a hacerlo con la cautela necesaria para mantener abiertas las opciones de resucitar el proceso de paz. El encaje de bolillos, complicado por su rivalidad con Hamás, le ha salido mal y su mandato está en entredicho. No solo por su impopularidad, sino porque hoy acaban los cuatro años de su presidencia.Dicen quienes lo conocen que, a sus 73 años, el escudero y sucesor de Yasir Arafat al frente de Al Fatá y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) está cansado y desmoralizado, con ganas de irse a casa. Pero, de momento, no lo hará. Para mantenerse unos meses más en el poder, Abbás se ha acogido a una enmienda de la ley electoral palestina que establece que las elecciones presidenciales y parlamentarias deben celebrarse juntas. Para estas últimas, ganadas con solvencia por Hamás en enero de 2006, queda aún un año.Ante la batalla por el poder en la que siguen inmersos Al Fatá, que gobierna en Cisjordania, y Hamás, en Gaza, los islamistas habían amenazado con no reconocer la legitimidad de Abbás una vez se agotaran sus cuatro años de mandato. Pero la tragedia de Gaza podría haber cambiado las cosas. Uno de sus portavoces dijo ayer que, de momento, no van a cuestionar su mandato.La guerra en la franja también ha cerrado las opciones a una de las cartas que barajaba la ANP para zanjar el cisma político y territorial palestino: la convocatoria en primavera de comicios presidenciales y legislativos. "La idea era convencer a Hamás para que participara, pero con la tensión que se ha creado lo veo muy difícil", declara a este diario, Diana Buttu, antigua portavoz de la OLP.
GESTIÓN NEFASTA
Se pregunte a quien se pregunte, la gestión presidencial de la crisis de Gaza ha sido desastrosa, especialmente al principio. Como hizo Egipto o Arabia Saudí, Abbás culpó a Hamás de provocar la ofensiva israelí. "Hablamos con Hamás y les dijimos que, por favor, no pusieran fin a la tregua, para de ese modo haber podido evitar lo ocurrido", dijo Abbás durante una conferencia de prensa en El Cairo.Más tarde sus fuerzas de seguridad reprimieron algunas de las protestas contra la guerra en Cisjordania. Impidieron que los manifestantes se acercaran a tirar piedras a los soldados israelís y arrestaron a aquellos que portaban banderas de Hamás. "Se hizo para evitar que los israelís dispararan, pero a todos les pareció que la policía estaba allí solo para proteger a los soldados", explica Munder Amira, uno de los líderes de Al Fatá en Belén.
ENMENDAR EL ERROR
Abbás trató de enmendar sus errores suspendiendo las negociaciones con Israel y calificando de "criminales" los bombardeos hebreos, pero el daño ya estaba hecho. "Su gestión ha sido terrible, principalmente porque no ha logrado unir a los palestinos ni tender puentes con las facciones de Gaza", afirma Buttu.El único anverso para él positivo de esta crisis es que podría darle la oportunidad de regresar a Gaza retomando el control de la frontera con Egipto. Pero tiene que hacerlo con cuidado para evitar que la calle piense que ha jugado con la guerra para recuperar parte de su poder en la franja. "No volveremos a Gaza por el resultado de esta guerra, sino solo tras un acuerdo con todas las facciones palestinas", dijo ayer Mohamed Dahlán, el hombre que dirigió el combate perdido de Al Fatá contra Hamás en junio del 2007.