DISIDENCIAS EN LA CUMBRE DEL PODER IRANI?


El Alcalde de Teherán Renuncia; Luego Retira la Renuncia
Meir Javedanfar


com/2009/03/31/ghalibaf-resigns-withdraws-resignation/
Algunas veces las noticias toman tiempo para salir de Irán – particularmente cuando se refieren a conflictos internos en los niveles políticos superiores. Pero, eventualmente, choques importantes se filtran. Esta semana emergieron noticias de que Mohammad Bagher Ghalibaf, el alcalde de Teherán y principal adversario de Ahmadinejad en el movimiento Osalgarayn (Principista), renunció a su puesto justo antes del final del anterior año calendario persa – aproximadamente 18 o 19 de marzo.

Algunos días después, fue reinstalado en su puesto luego que su renuncia fuera rechazada por funcionarios importantes, muy probablemente el Líder Supremo de Irán, Ayatollah Khamenei.

La noticia fue primero publicada en Jahan News, con base en Teherán, que está afiliada al Ministerio Iraní de Información y Seguridad, conocido por su acrónimo farsi como VAVAK.

De acuerdo al informe, la razón principal de la renuncia de Ghalibaf fue la terminación del suministro de cemento, materias primas y herramientas requeridas por la Municipalidad de Teherán para su proyecto de subterráneos para la ciudad. Esto sigue a otra decisión controversial del gobierno de dejar de proveer nafta subsidiada para los vehículos de la municipalidad. Esta decisión forzó al organismo a comprar nafta a precios de mercado – seis o siete veces más caro. Estas decisiones provocaron primero la renuncia de un número de importantes directores municipales, seguidas por la del propio alcalde.

El simple hecho que dio un paso tan extremo como renunciar a su puesto es una indicación de la intensidad de la rivalidad entre él y Ahmadinejad. Como alcalde de Teherán, Ghalibaf depende del gobierno nacional y del Ministerio del Interior en particular para suministrarle materiales y bienes subsidiados para proyectos citadinos. No puede simplemente salir y comprarlos él mismo.

De acuerdo con las normas gubernamentales, el Ministerio del Interior debe aprobar cada compra y, en muchos casos, suministrar los bienes así como también los fondos. Como Presidente, Ahmadinejad tiene poder sobre el Ministerio del Interior y otros ministerios que tratan con la municipalidad de Teherán. Con semejante poder, puede hacer la vida tan fácil y tan difícil para Ghalibaf como prefiera.

Desde el 2005, Ahmadinejad decidió hacer lo último.
Numerosos proyectos fueron demorados. Uno notable fue el suministro de autobuses para la municipalidad destinados a esquema de Tránsito Rápido de Autobuses (BRT), El que Ghalibaf ha estado impulsando como una solución a los problemas de tránsito de Teherán desde finales de 2005. No obstante los $600 millones de fondos aprobados, el gobierno rehusó liberarlos para la municipalidad. Recientemente, Ghalibaf contraatacó, removiendo posters en celebración del centésimo aniversario de la industria petrolera, que mostraba a Ahmadinejad parado frente a una refinería.

La percepción que Ahmadinejad tiene de Ghalibaf como una amenaza es completamente correcta. Hay muchos, dentro del movimiento conservador iraní, que están preocupados acerca del daño que Ahmadinejad y sus desastrosas políticas económicas le han causado al movimiento. Visualizan a Ghalibaf y a su apoyo a más moderadas políticas exteriores y económicas como esperanza de redención.

Están también los antecedentes militares de Ghalibaf, mucho más distinguidos que los de Ahmadinejad. Ghalibaf fue un alto comandante en las Guardias Revolucionarias y, a diferencia de Ahmadinejad, ha perdido familiares (su hermano) en la guerra.

La renuncia de Khatami también parece haber elevado la posición de Ghalibaf. Algunos de los partidarios de Khatami apoyan ahora a Mousavi (su reemplazo). De acuerdo con Shraf News de Teherán, más de la mitad de los partidarios de Khatami apoyan ahora a Ghalibaf. Una de las principales razones, se piensa que es porque ven a Ghalibaf como un buen prospecto, debido a sus buenas relaciones con los Guardias Revolucionarios y con el propio Khamenei.

A juzgar por la renuncia de Khatami y la temporaria renuncia de Ghalibaf, el nivel de discordia dentro del gobierno iraní está alcanzando un nuevo nivel, y el Ayatollah Khamenei lo sabe. Esta es la razón por la cual, muy probablemente, Khatami fue aconsejado no ser candidato: porque la animosidad que él crea entre los conservadores habría creado más división y luchas internas.

La renuncia de Ghalibaf habría sido otro vergonzoso golpe, ya que podría haber sido el segundo funcionario importante (después de Larijani) que renuncia por causa de Ahmadinejad – de ahí la exitosa presión sobre él para cambiar su decisión.

Estos desarrollos muestran que la política del Presidente Obama de rehusar negociar con Irán hasta después de las elecciones presidenciales es acertada. Una vez que las elecciones hayan finalizado y se asiente el polvo, Washington estará en una mucho mejor posición para tratar con Teherán. Esperar hasta entonces no será un decisión fácil, especialmente en lo económico. De acuerdo con un reciente estudio del Instituto CATO, los precios del petróleo subirán nuevamente, lo que obligará a los estadounidenses a pagar $3 o $4 por su nafta en los surtidores.
Esto proveerá a la jerarquía política iraní con más levadura en las negociaciones.
De cualquier modo, negociar antes de las elecciones podría reforzar a Ahmadinejad y debilitar al pueblo de Irán, así como también a políticos como Ghalibaf que se oponen al presidente. Esto debe ser evitado.
Se espera que las divisiones políticas y los enemigos internos que Ahmadinejad ha creado podrían realizar una mejor labor en bajarlo que la que USA o Israel nunca podría.

Este artículo apareció originalmente en PJM Media
Traducción para
porisrael.com: José Blumenfeld
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