
Por Stephen Bronner *
Itongadol.-Pero si el antisemitismo es todavía un odio latente, ¿cómo combatirlo? Según Bronner, para derrocar las falsas ideas sobre los judíos, es necesario admitir que no se encuentran hoy en día en un gueto y que no son una minoría oprimida. "Puede que los sionistas piensen de un modo diferente pero los judíos no viven ya en el miedo, ni en pogromos ni hacinados en campos de concentración", subraya el autor.
El antisemitismo atraviesa un estadio muy diferente en el siglo XXI. "Las barreras que impedían la integración de los judíos han caído y las organizaciones dedicadas a combatir el antisemitismo existen en todas las democracias occidentales", explica Stephen Bronner. Aunque reconoce que "las sinagogas y los cementerios son todavía en ocasiones mancillados y que un estudiante judío puede ser golpeado hoy en día al igual que sucedía en el pasado", el experto en Derechos Humanos recuerda que "estas acciones se tratan como delitos y sus autores son generalmente detenidos y castigados" por lo que es poco probable que "algún partido político con una oportunidad de adquirir poder real emplee hoy en día retórica antisemita". En opinión del profesor, el papel ideológico que el antisemitismo desempeñó en el pasado ha sido ocupado por los prejuicios contra el mundo árabe musulmán.
Pero si el antisemitismo es todavía un odio latente, ¿cómo combatirlo? Según Bronner, para derrocar las falsas ideas sobre los judíos, es necesario admitir que no se encuentran hoy en día en un gueto y que no son una minoría oprimida. "Puede que los sionistas piensen de un modo diferente pero los judíos no viven ya en el miedo, ni en pogromos ni hacinados en campos de concentración", subraya el autor.
Hay otro campo de batalla más: cómo evitar que las críticas contra Israel se traduzcan en agresiones a la comunidad judía. Según autor, quienes utilizan todavía las afirmaciones de los Protocolos de los Sabios de Sión contra Israel sólo contribuyen a incrementar la confusión porque "el panfleto no ayuda a explicar el colonialismo israelí o la limpieza étnica sufrida por los palestinos. Sólo intensifica el odio y dificulta la emergencia de una política inteligente".
Sin embargo, es innegable que la política de Israel es una de las causas que ha contribuido a aumentar los prejuicios contra los seguidores del judaísmo. "La invasión brutal de Gaza no ha ayudado: 1.300 palestinos han sido asesinados, entre ellos, cerca de 200 niños; 22.000 edificios han sido destruidos, los daños ascienden a miles de millones y el millón y medio de ciudadanos de Gaza viven hacinado en lo que es poco más que una minúscula prisión", estima el autor, que reitera, no obstante, que el antisemitismo no es lo mismo que una crítica a la política de Israel, "aunque a la clase dirigente sionista le guste verlo así".
Itongadol.-Pero si el antisemitismo es todavía un odio latente, ¿cómo combatirlo? Según Bronner, para derrocar las falsas ideas sobre los judíos, es necesario admitir que no se encuentran hoy en día en un gueto y que no son una minoría oprimida. "Puede que los sionistas piensen de un modo diferente pero los judíos no viven ya en el miedo, ni en pogromos ni hacinados en campos de concentración", subraya el autor.
El antisemitismo atraviesa un estadio muy diferente en el siglo XXI. "Las barreras que impedían la integración de los judíos han caído y las organizaciones dedicadas a combatir el antisemitismo existen en todas las democracias occidentales", explica Stephen Bronner. Aunque reconoce que "las sinagogas y los cementerios son todavía en ocasiones mancillados y que un estudiante judío puede ser golpeado hoy en día al igual que sucedía en el pasado", el experto en Derechos Humanos recuerda que "estas acciones se tratan como delitos y sus autores son generalmente detenidos y castigados" por lo que es poco probable que "algún partido político con una oportunidad de adquirir poder real emplee hoy en día retórica antisemita". En opinión del profesor, el papel ideológico que el antisemitismo desempeñó en el pasado ha sido ocupado por los prejuicios contra el mundo árabe musulmán.
Pero si el antisemitismo es todavía un odio latente, ¿cómo combatirlo? Según Bronner, para derrocar las falsas ideas sobre los judíos, es necesario admitir que no se encuentran hoy en día en un gueto y que no son una minoría oprimida. "Puede que los sionistas piensen de un modo diferente pero los judíos no viven ya en el miedo, ni en pogromos ni hacinados en campos de concentración", subraya el autor.
Hay otro campo de batalla más: cómo evitar que las críticas contra Israel se traduzcan en agresiones a la comunidad judía. Según autor, quienes utilizan todavía las afirmaciones de los Protocolos de los Sabios de Sión contra Israel sólo contribuyen a incrementar la confusión porque "el panfleto no ayuda a explicar el colonialismo israelí o la limpieza étnica sufrida por los palestinos. Sólo intensifica el odio y dificulta la emergencia de una política inteligente".
Sin embargo, es innegable que la política de Israel es una de las causas que ha contribuido a aumentar los prejuicios contra los seguidores del judaísmo. "La invasión brutal de Gaza no ha ayudado: 1.300 palestinos han sido asesinados, entre ellos, cerca de 200 niños; 22.000 edificios han sido destruidos, los daños ascienden a miles de millones y el millón y medio de ciudadanos de Gaza viven hacinado en lo que es poco más que una minúscula prisión", estima el autor, que reitera, no obstante, que el antisemitismo no es lo mismo que una crítica a la política de Israel, "aunque a la clase dirigente sionista le guste verlo así".
* Filósofo político
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