ELECCIONES EN U.S.A. y DESTRUIR A ISRAEL

John McCain y Barack Obama enfrentados por Hamas
A seis meses de las elecciones presidenciales estadounidenses, los aspirantes demócrata y republicano mantuvieron una disputa por las últimas declaraciones del portavoz de Hamas, quien afirmó que “ama” a Obama. Por su parte, uno de los asesores del demócrata en asuntos de Medio Oriente renunció, luego de que informes lo acusaran de tener contactos con la organización terrorista islámica.Los aspirantes a la presidencia de los Estados Unidos, John McCain y Barack Obama siguen enfrentados por los últimos comentarios del vocero de Hamas, en los que expresó su apoyo al candidato demócrata.Ahmed Yusuf dijo que Hamas “ama” a Obama y que espera que gane las próximas elecciones presidenciales de noviembre.El vocero de Hamas -según citó la prensa israelí- agregó que Obama es un “gran hombre”, similar a John Kennedy y que “puede cambiar los Estados Unidos y liderar el mundo sin arrogancia”.La campaña de McCain intentó obtener provecho de los comentarios y en una carta a potenciales donantes escribió: “Necesitamos un cambio en Estados Unidos, pero no el tipo de cambio que obtiene palabras amables de Hamas”.El candidato republicano, en cada una de sus apariciones públicas, enfatizó en que será la “peor pesadilla para Hamas”.Sin embargo, Obama respondió a los ataques de McCain y en una entrevista con la cadena CNN dijo que las palabras del candidato republicano fueron “denigrantes y decepcionantes”.
El senador por Illinois acusó a su rival McCain de querer “difamarlo” y señaló que su política sobre Hamas no iba a ser diferente a la del candidato republicano.En tanto, uno de los asesores en temas de Medio Oriente de Obama renunció este viernes por la noche luego de que algunos informes aseguraron que habría tenido repetidos contactos con miembros de Hamas e incluso se habría entrevistado con ellos.Rob Malley, que integró el Consejo de Seguridad Nacional del presidente Bill Clinton, se defendió argumentando que todas sus visitas a los miembros de Hamas fueron coordinadas por el Departamento de Estado, y que el gobierno siempre recibió sus informes luego de estos encuentros.Desde la campaña del precandidato demócrata se le bajó el tono a la renuncia y se aseguró que Malley, al igual que otros cientos de expertos, solo “proveía consejos informales a la campaña”.
[ AJN - Noti-Israel]
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HAY QUE ANIQUILAR AL ESTADO DE ISRAEL
Por Guido Féliz:

“Pero hay algo más y más significativo que haría del soñar despierto con la aniquilación definitiva de Israel un signo claro de insania, o por lo menos de gran ignorancia. Me refiero a esta promesa divina en la cual el Pueblo del pacto ha cifrado todas sus esperanzas de sobrevivencia, el que contra ti conspirare, delante de ti caerá.[Ninguna arma forjada contra ti prosperará]”.
No soy psicólogo ni psiquiatra…¡y así Dios me salve! Pero no creo que estaría muy lejos de la verdad si dijere que el soñar despierto con la “destrucción definitiva” de Israel sería claro signo de demencia, o por lo menos de que momentáneamente se ha traspapelado el juicio en el proceso.
Lo cierto es que en nuestros días se ha hecho lugar común que de cuando en cuando salga un ayatolah o un beduino de la Arabia Feliz amenazando con “borrar a Israel del mapa” como si se tratara de aplastar a la “hormiguita titiritaña que sube y baja por una caña”.
Hace poco, en efecto, que el demonio o pequeño genio del mal conocido como Mahmud Ahmadinejad, presidente títere de los clérigos musulmanes que mandan en Irán desde que con la bendición del presidente James S. Carter (Jimmy El Bueno con pase para Bobo) se hiciera saltar del trono al sha Mohamed Reza Pahlevi, anunció desde Teherán, capital iraní, que ya había comenzado “la cuenta regresiva para el aniquilamiento” de Israel.
“En el futuro cercano asistiremos al aniquilamiento del régimen sionista”, dijo Ahmadinejad, aduciendo, desde luego, que así será “si Alah lo quiere”.
Ante el escándalo internacional suscitado por las amenazas del presidente iraní, voceros de su gobierno se apresuraron a excusarlas diciendo que Ahmadinejad se había limitado a repetir una de las convicciones del imán Jomeini de que el Estado de Israel estaba condenado a desaparecer.
Pues bien: mientras en Israel ha cundido el descontento porque esa especie de “hermanito fiel”, Jimmy Carter, se abrazara con Naser Shaer, alto dirigente político de la organización terrorista Hamas, el glorioso corresponsal de la Agencia Francesa de Prensa en Teherán, reportaba las declaraciones del general Mohammad Reza Ashtiani, comandante adjunto del ejército iraní, de que Irán “eliminará a Israel de la escena mundial”.
Aparentemente la declaración del general Reza Asthiani vino en respuesta a las que recientemente hiciera Benjamín ben Eliezer, ministro israelí de Infraestructura, en el sentido de que si Irán atacara a Israel éste “desataría una respuesta dura que provocaría la destrucción de la nación iraní”.
Como subrayara en su despacho el corresponsal de la AFP, la advertencia del ministro Eliezer fue “de una virulencia poco habitual”, y eso precisamente es lo de temer. Porque Israel, a diferencia de los líderes de Irán, Siria, Libia y otros países árabes y musulmanes, rara vez habla o amenaza.Hasta el punto que podría decirse que la conminación e intimidación no es parte de la jerga usual en la diplomacia israelí. Israel no conmina ni amenaza, pero actúa resueltamente cuando hay que hacerlo, valga precisar.
Ahora bien: al principio de este comentario juzgué signo de locura el sueño de los dirigentes árabes y musulmanes de “borrar a Israel del mapa”, y creo que el habitual lector de esta columna periodística merece una explicación de que así sea.
Diré, en primer lugar, que aunque desde 1948, fecha de la fundación de la moderna Israel, las amenazas de barrerla de la faz de la tierra se han incrementado hasta el punto de que la gente las oye o las lee prácticamente sin parar mientes en ello, lo cierto es que tales designios no son cosa de hoy ni de ayer ni de antes de ayer.
Note, en efecto, el lector lo que se lee en el Salterio o recopilación de la lírica sagrada hebrea que data de la época del segundo Templo solimitano o de Zorobabel, en tiempos de Ciro, rey de los persas, 536 años antes de Cristo y más de 2.500 de nuestra era:
“Porque he aquí rugen tus enemigos (¡oh Dios!), y los que te aborrecen alzan cabeza. Contra tu pueblo (Israel) han consultado astuta y secretamente, y han entrado en consejo contra tus protegidos. Han dicho: venid, y destruyámoslos para que no sean nación, y no haya más memoria del nombre de Israel” (Sal. 83: 2-4).
Curiosamente, entre los pueblos identificados en el poema como “enemigos de Dios”, y por tanto de Israel (vv. 5-8), figuran los “ismaelitas” y “agarenos”, nombres alusivos a Ismael ben Abraham y su madre, la egipcia Agar, con los que de ordinario y aún hoy se identifica a los pueblos de esa etnia.
Pero hay algo más y más significativo que haría del soñar despierto con la aniquilación definitiva de Israel un signo claro de insania, o por lo menos de gran ignorancia. Me refiero a esta promesa divina en la cual el Pueblo del Pacto ha cifrado toda su esperanza de sobrevivencia: “El que contra ti conspirare, delante de ti caerá.[Ninguna arma forjada contra ti prosperará”]. Y acaso lo que sea más definitivo: “Los enemigos de Judá serán destruidos” (Is. 54: 15, 17; 11: 13).
Y a propósito, ¿dónde están los imperios egipcio, babilonio, medo-persa, griego, romano, otomano, germano, británico, español? Sombras que cubren el camino largo y torcido de la Historia. Nada más. Nada menos.¿E Israel? Pues cada día confirmando contra viento y marea que como dijera el bueno de Mark Twain, “todo muere, menos el judío”.
Guido Féliz es periodista