DEL PRESIDENTE DE O.S.A. MUNDIAL


El plan de desconexión de Abraham Burg
Zeev Bielski *

Justamente en estos días, en que Israel relame sus heridas, Abraham Burg elige darle la espalda y ensombrecer su imagen.
La entrevista publicada en el suplemento del diario Haaretz, acompañó mi pesar en estos últimos días. El dolor por una personalidad considerada como la gran promesa del futuro del Estado de Israel. El hombre que creció y se educó en este país, en el marco de una familia judía y sionista, que fuera uno de los líderes de la joven generación en Israel y que desempeñó una serie de funciones centrales en el mundo judío y en el Estado de Israel.
Muchos conocen personalmente a Abraham Burg, que ejerció los cargos de Presidente de la Organización Sionista y de la Agencia Judía y Presidente de la Knesset. La entrevista fue una seguidilla de nocivas e irritantes expresiones. Basta con recordar la comparación entre Israel y la Alemania anterior a la ascensión de los nazis, su recomendación de que tratemos de obtener un pasaporte extranjero, o su nefasto aforismo: "Definir al Estado de Israel como un Estado judío es el principio del fín". Lamentablemente, no se trata de un melancólico estado de ánimo, o de una expresión circunstancial, ya que Abraham Burg sostiene que perseveró en su libro, del cual surgen dichos citados, durante tres cándidos años.
En días en que el Estado de Israel relame sus heridas luego de la Segunda Guerra del Líbano, en momentos en que los misiles Kassam continúan causando el pánico en Sderot y en las poblaciones aledañas a Gaza; justamente en estos días, Abraham Burg elige romper con Israel y con su israelismo. Darles la espalda. Enturbiar las características vitales del Estado como revelación de la añoranza y centro nacional y espiritual del pueblo judío desde sus comienzos.
Burg decide mostrar sólo sus carencias.
Nuestro Israel es muy distinto. Durante sus 59 años de independencia, como hogar nacional judío, Israel ha conseguido lo que numerosas naciones del mundo no han podido lograr. De una población judía de 600 mil personas antes de la Guerra de Liberación, se ha convertido en el hogar de casi la mitad del pueblo judío, de los cuales muchos son supervivientes del Holocausto que han sobrevivido a los infernales campamentos de exterminio nazis.
Un camino pletórico de desafíos
Pues sí, innumerables realizaciones y enormes desafíos aún tenemos por delante; materializar los sueños de paz y ofrecer a los habitantes del Estado de Israel una vida de sosiego y seguridad; solidificar el estado de derecho, fortalecer los fundamentos de la sociedad israelí como sociedad igualitaria, abierta y democrática, fomentar el común denominador entre todos los sectores de la población del país, y en su contexto, entre los religiosos y los que no lo son, entre los veteranos y los nuevos inmigrantes, entre el centro del país y la periferia; intensificar nuestro compromiso con el legado judío y los valores sionistas sobre los que se basa nuestra existencia aquí; desarrollar las zonas de preferencia nacional y posibilitar a los jóvenes en la Galilea o en el Negev, como asimismo en todos los lugares del país, demostrar sus capacidades y encontrar el lugar apropiado como líderes del mañana del Estado.
Todo eso está aún por delante. Pero miremos hacia atrás con el orgullo de lo que ya se ha logrado. Existe lugar para las críticas y las modificaciones por lo que aún queda por hacer con perspectivas hacia el futuro; pero no destruyendo lo existente y negando sus raíces, como lamentablemente eligió hacerlo Abraham Burg.
Además del ciclo de vida individual de cada uno, existe para nosotros el ciclo de vida judía y sionista, nacional y social. Este es el círculo con el cual nosotros, dirigentes en Israel y en la diáspora, como asimismo todos aquellos que trabajan en la Agencia Judía y en la Organización Sionista Mundial estamos comprometidos, entregados, y somos sus embajadores permanentes.
El Jafetz Jaim, en su libro "Prescripciones sobre la observancia con respecto a las calumnias e infundios", se refiere a la maledicencia y a la fuerza de su trascendencia. Lamento que las palabras de Abraham Burg, de las cuales los enemigos de Israel sabrán hacer buen uso, no se ajustan a las prescripciones del libro.
Nosotros continuaremos mancomunados en pro de un Estado de Israel positivo y cualitativo, en pro de un mundo judío mejor, fortaleciendo el contacto permanente entre nosotros y los judíos de la diáspora.
* Zeev Bielski es Presidente de la Organización Sionista Mundial.
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il