
Rompiendo el cordón umbilical
por Eduardo Hadjes Navarro
Es indiscutible que nuestro aliado y protector, Estados Unidos, es una gran potencia. El único que nos respalda ante las infames acusaciones en nuestra contra y dependemos de su respaldo para enfrentar los desafíos militares que nos acosan. La pregunta que me surge en este momento es si eso le da derecho a decidir que debe hacer o no hacer el Estado de Israel. Es posible que la actitud complaciente de los últimos Primeros Ministros, posiblemente motivados por la necesidad o las circunstancias del momento, haya llevado a Barack Obama a pensar que tiene pleno derecho a dar órdenes a Netanyahu y éste, sin discusión, debe acatarlas. Felizmente, desde mi punto de vista, la cosa está cambiando.
Vemos con dolor y asombro, como Barack Obama al tratar de remozar drásticamente la cara de su país ante el resto de las naciones, no duda en relacionarse con sus antiguos enemigos. Esto, en principio estaría bien si para ello no estuviera descuidando su propia seguridad y de paso, la de Israel..
Está efectuando ofrecimientos impensados en los tiempos de Bush, a Cuba, Venezuela, Irán y Corea del Norte. Con la primera, vemos que los Castro, por el momento se dejan querer. Venezuela, enormemente disminuidas sus reservas monetarias, debido a la caída del valor del petróleo, coquetea cual colegiala de 15 años.
Más complicado es lo relacionado con las dos últimas. Corea del Norte, confundiendo estos arrullos con debilidad, ha reanudado sus pruebas nucleares y los lanzamientos de cohetes intercontinentales y se da el lujo de amenazar a Corea del Sur con una intervención militar, si trata de interferir en sus decisiones armamentistas, gastando en dichos programas miles de millones de dólares, mientras su pueblo se muere de hambre, dependiendo de la ayuda, tanto de Corea del Sur como de
Estados Unidos, para salvarse de la catástrofe alimenticia.
En cuanto a Irán, aparentemente Mahmud Ahmadinejad cree ver en las vacilaciones de Obama, una carta en blanco para terminar sus preparativos y lograr lo más pronto posible, la producción de armas nucleares, viendo de esta manera, coronado su sueño largamente añorado de transformarse en una potencia nuclear, lo que le daría definitivamente un liderazgo indiscutido entre las demás naciones musulmanas de la zona y, principalmente, poder intentar su sueño de destruir a Israel.
Para esto último, podría hacerlo directamente o, lo más probable, proporcionando los medios necesarios a alguno de sus movimientos vasallos, léase Hamás o Hizbollá. ¿Se imaginan uno de estos grupos terroristas con armas nucleares?
A mediados de Mayo, el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu estuvo en Washington y recibió la orden perentoria de su anfitrión, el Presidente Obama, que debe abstenerse de actuar por su cuenta, tratando de detener a Irán en sus afanes nucleares. Se comprometió a garantizarle a Israel su integridad y seguridad. ¿Cree alguien que sacaría mucho Israel con dichas promesas si mañana Ahmadinejad cuenta con una bomba atómica en su arsenal? ¿Se arriesgaría Obama a iniciar una guerra nuclear por defender a Israel, tomando en cuenta que Rusia y China se oponen a grandes sanciones contra Irán, siendo éste fuente de grandes negocios, tanto petroleros como de energía nuclear para ambos? ¿Ganaría mucho Israel con recibir palabras de consuelo y lamentaciones, después de sufrir un ataque nuclear por parte de Irán y, los miles o millones de muertos, producto de tal ataque, recuperarían la vida, luego de declaraciones de USA y la ONU, deplorando lo ocurrido?
Tenemos la triste experiencia del silencio ominoso del mundo occidental y los campos nazis de exterminio.
Es penoso que la buena voluntad y los fervientes deseos de Obama de pasar a la historia como el gran pacificador, no le permitan ver el peligro al que está llevando a la gran potencia del Norte y al mundo entero.
Israel, como país independiente y, teniendo ahora de Primer Ministro a Benjamín Netanyahu, deberá estar atento a su seguridad y a los acontecimientos, para actuar acorde a su supremo deber de mantener la seguridad e integridad del Estado de Israel.
Hemos visto en la visita efectuada a Washington, como supo resistir las presiones de Obama en cuanto a la creación del Estado palestino.
Es increíble como los grandes estadistas mundiales (Obama, el Papa, los dirigentes de la Unión Europea, etc) urgen a Israel a crear pronto el Estado Palestino. A ninguno de ellos, salvo el primero, le escuchamos hablar algo sobre la seguridad de Israel, el ser reconocido por los palestinos o el término de los actos terroristas y las proclamas palestinas de destruir a Israel.
Sorprende en primer lugar, que deba ser Israel el que lo cree. Lógico, ellos saben que los palestinos no están ni capacitados ni preparados para ello. Dejando a un lado, sólo por breves segundos, la implicancia que esto tiene, me pregunto ¿con quien debería conversar Israel y sus autoridades? ¿Con el Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas? ¿Con Hamás y sus dirigentes ansiosos de sangre judía? Y de estos, ¿Con los residentes en Gaza o los refugiados en Beirut?
Sabemos que el primero manda relativamente en Cisjordania y el segundo férreamente en Gaza. Cual de las dos fuerzas es la legítima representante del futuro Estado Palestino? ¿Sabías tú que Mikhaimar Abusada, un destacado politólogo de la Universidad Al-Azhar de Gaza ya está manifestando que "quizá vamos rumbo a una solución de Tres Estados: Israel, Cisjordania y la franja de Gaza" (Espero que las huestes de Hamás no lo asesinen por estar reconociendo implícitamente la existencia de Israel)
Las órdenes de Obama a Netanyahu han sido múltiples y, luego de unos días, las ratificó en forma de promesas formales, efectuadas al Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, en su visita a la Casa Blanca. Le ha prometido a éste, la pronta creación del Estado Palestino, con parte de Jerusalem como capital. La inmediata suspensión de incremento de los asentamientos judíos en Cisjordania y el desmantelamiento de los ya existentes. Incluso, desconociendo los acuerdos de Bush con Ariel Sharon, le ha indicado a Netanyahu que deberá desmantelar los 120 asentamientos ya aceptados por el saliente mandatario. El Primer Ministro, cortando el cordón umbilical, ha declarado enfáticamente que los asentamientos legales deberán seguir incrementándose acorde al crecimiento natural de su población. Recordemos que en estos poblados ya viven poco más de 280.000 judíos y las actuales autoridades israelíes tienen muy claro que cuando se le entregó a la Autoridad Nacional Palestina, la franja de Gaza, el sacrificio de enviar al ejército a desalojar a los colonos residentes en las colonias existentes en dichos territorios, resultaron carentes de sentido, desde el punto de vista de la seguridad de Israel y la tranquilidad de su población civil, ya que el resultado practico fue un aumento desmesurado de los ataques con cohetes, en contra de las ciudades y poblados israelíes cercanos. Si en Gaza resultó ser un rotundo fracaso el desalojo unilateral, no veo la razón de ser de tener que cometer por segunda vez, el mismo error.
Al poco tiempo del retiro de Israel de la Franja de Gaza, se pelearon los distintos factores palestinos, imponiéndose sangrientamente el movimiento terrorista Hamás, el cual desplazó no sólo del poder a Al Fatá, sino que asesinó a cuanto integrante de dicho movimiento logró capturar, antes que huyeran a Cisjordania.
Abbas recibió granjas agrícolas florecientes, fábricas en plena producción y una infraestructura organizada. Todo eso se perdió ya que los dirigentes palestinos, en su permanente preocupación de mantener a su pueblo en la miseria más absoluta posible, para culpar de ello a los israelíes, se preocuparon de borrar todo signo de bienestar y progreso. Ellos han lucrado desde siempre con la miseria de su pueblo y la ayuda de los organismos internacionales, por lo que no se ve una razón lógica para que esto cambie en un futuro cercano.
Y a propósito de esto, la semana pasada, se produjo un sangriento enfrentamiento entre Al Fatá y Hamás en Kalkilia, ubicado en Cisjordania, con muertos por ambos lados, más algunos civiles, que en éste caso no le preocupan a nadie, ya que en su muerte no intervinieron soldados israelíes. ¿Será éste el inicio de la conquista del poder de Hamás a Cisjordania?
Felizmente, nuestro actual Primer Ministro, Benjamín Netanyahu, tiene clara la respuesta. El sabe que Israel es una nación independiente y él, como autoridad máxima de dicha nación, actuará y resolverá acorde a los intereses del país y sus habitantes, sin importarle que por ello, continúen tildándolo de intransigente extremista de derecha.
*El autor es Presidente de OSI
por Eduardo Hadjes Navarro
Es indiscutible que nuestro aliado y protector, Estados Unidos, es una gran potencia. El único que nos respalda ante las infames acusaciones en nuestra contra y dependemos de su respaldo para enfrentar los desafíos militares que nos acosan. La pregunta que me surge en este momento es si eso le da derecho a decidir que debe hacer o no hacer el Estado de Israel. Es posible que la actitud complaciente de los últimos Primeros Ministros, posiblemente motivados por la necesidad o las circunstancias del momento, haya llevado a Barack Obama a pensar que tiene pleno derecho a dar órdenes a Netanyahu y éste, sin discusión, debe acatarlas. Felizmente, desde mi punto de vista, la cosa está cambiando.
Vemos con dolor y asombro, como Barack Obama al tratar de remozar drásticamente la cara de su país ante el resto de las naciones, no duda en relacionarse con sus antiguos enemigos. Esto, en principio estaría bien si para ello no estuviera descuidando su propia seguridad y de paso, la de Israel..
Está efectuando ofrecimientos impensados en los tiempos de Bush, a Cuba, Venezuela, Irán y Corea del Norte. Con la primera, vemos que los Castro, por el momento se dejan querer. Venezuela, enormemente disminuidas sus reservas monetarias, debido a la caída del valor del petróleo, coquetea cual colegiala de 15 años.
Más complicado es lo relacionado con las dos últimas. Corea del Norte, confundiendo estos arrullos con debilidad, ha reanudado sus pruebas nucleares y los lanzamientos de cohetes intercontinentales y se da el lujo de amenazar a Corea del Sur con una intervención militar, si trata de interferir en sus decisiones armamentistas, gastando en dichos programas miles de millones de dólares, mientras su pueblo se muere de hambre, dependiendo de la ayuda, tanto de Corea del Sur como de
Estados Unidos, para salvarse de la catástrofe alimenticia.
En cuanto a Irán, aparentemente Mahmud Ahmadinejad cree ver en las vacilaciones de Obama, una carta en blanco para terminar sus preparativos y lograr lo más pronto posible, la producción de armas nucleares, viendo de esta manera, coronado su sueño largamente añorado de transformarse en una potencia nuclear, lo que le daría definitivamente un liderazgo indiscutido entre las demás naciones musulmanas de la zona y, principalmente, poder intentar su sueño de destruir a Israel.
Para esto último, podría hacerlo directamente o, lo más probable, proporcionando los medios necesarios a alguno de sus movimientos vasallos, léase Hamás o Hizbollá. ¿Se imaginan uno de estos grupos terroristas con armas nucleares?
A mediados de Mayo, el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu estuvo en Washington y recibió la orden perentoria de su anfitrión, el Presidente Obama, que debe abstenerse de actuar por su cuenta, tratando de detener a Irán en sus afanes nucleares. Se comprometió a garantizarle a Israel su integridad y seguridad. ¿Cree alguien que sacaría mucho Israel con dichas promesas si mañana Ahmadinejad cuenta con una bomba atómica en su arsenal? ¿Se arriesgaría Obama a iniciar una guerra nuclear por defender a Israel, tomando en cuenta que Rusia y China se oponen a grandes sanciones contra Irán, siendo éste fuente de grandes negocios, tanto petroleros como de energía nuclear para ambos? ¿Ganaría mucho Israel con recibir palabras de consuelo y lamentaciones, después de sufrir un ataque nuclear por parte de Irán y, los miles o millones de muertos, producto de tal ataque, recuperarían la vida, luego de declaraciones de USA y la ONU, deplorando lo ocurrido?
Tenemos la triste experiencia del silencio ominoso del mundo occidental y los campos nazis de exterminio.
Es penoso que la buena voluntad y los fervientes deseos de Obama de pasar a la historia como el gran pacificador, no le permitan ver el peligro al que está llevando a la gran potencia del Norte y al mundo entero.
Israel, como país independiente y, teniendo ahora de Primer Ministro a Benjamín Netanyahu, deberá estar atento a su seguridad y a los acontecimientos, para actuar acorde a su supremo deber de mantener la seguridad e integridad del Estado de Israel.
Hemos visto en la visita efectuada a Washington, como supo resistir las presiones de Obama en cuanto a la creación del Estado palestino.
Es increíble como los grandes estadistas mundiales (Obama, el Papa, los dirigentes de la Unión Europea, etc) urgen a Israel a crear pronto el Estado Palestino. A ninguno de ellos, salvo el primero, le escuchamos hablar algo sobre la seguridad de Israel, el ser reconocido por los palestinos o el término de los actos terroristas y las proclamas palestinas de destruir a Israel.
Sorprende en primer lugar, que deba ser Israel el que lo cree. Lógico, ellos saben que los palestinos no están ni capacitados ni preparados para ello. Dejando a un lado, sólo por breves segundos, la implicancia que esto tiene, me pregunto ¿con quien debería conversar Israel y sus autoridades? ¿Con el Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas? ¿Con Hamás y sus dirigentes ansiosos de sangre judía? Y de estos, ¿Con los residentes en Gaza o los refugiados en Beirut?
Sabemos que el primero manda relativamente en Cisjordania y el segundo férreamente en Gaza. Cual de las dos fuerzas es la legítima representante del futuro Estado Palestino? ¿Sabías tú que Mikhaimar Abusada, un destacado politólogo de la Universidad Al-Azhar de Gaza ya está manifestando que "quizá vamos rumbo a una solución de Tres Estados: Israel, Cisjordania y la franja de Gaza" (Espero que las huestes de Hamás no lo asesinen por estar reconociendo implícitamente la existencia de Israel)
Las órdenes de Obama a Netanyahu han sido múltiples y, luego de unos días, las ratificó en forma de promesas formales, efectuadas al Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, en su visita a la Casa Blanca. Le ha prometido a éste, la pronta creación del Estado Palestino, con parte de Jerusalem como capital. La inmediata suspensión de incremento de los asentamientos judíos en Cisjordania y el desmantelamiento de los ya existentes. Incluso, desconociendo los acuerdos de Bush con Ariel Sharon, le ha indicado a Netanyahu que deberá desmantelar los 120 asentamientos ya aceptados por el saliente mandatario. El Primer Ministro, cortando el cordón umbilical, ha declarado enfáticamente que los asentamientos legales deberán seguir incrementándose acorde al crecimiento natural de su población. Recordemos que en estos poblados ya viven poco más de 280.000 judíos y las actuales autoridades israelíes tienen muy claro que cuando se le entregó a la Autoridad Nacional Palestina, la franja de Gaza, el sacrificio de enviar al ejército a desalojar a los colonos residentes en las colonias existentes en dichos territorios, resultaron carentes de sentido, desde el punto de vista de la seguridad de Israel y la tranquilidad de su población civil, ya que el resultado practico fue un aumento desmesurado de los ataques con cohetes, en contra de las ciudades y poblados israelíes cercanos. Si en Gaza resultó ser un rotundo fracaso el desalojo unilateral, no veo la razón de ser de tener que cometer por segunda vez, el mismo error.
Al poco tiempo del retiro de Israel de la Franja de Gaza, se pelearon los distintos factores palestinos, imponiéndose sangrientamente el movimiento terrorista Hamás, el cual desplazó no sólo del poder a Al Fatá, sino que asesinó a cuanto integrante de dicho movimiento logró capturar, antes que huyeran a Cisjordania.
Abbas recibió granjas agrícolas florecientes, fábricas en plena producción y una infraestructura organizada. Todo eso se perdió ya que los dirigentes palestinos, en su permanente preocupación de mantener a su pueblo en la miseria más absoluta posible, para culpar de ello a los israelíes, se preocuparon de borrar todo signo de bienestar y progreso. Ellos han lucrado desde siempre con la miseria de su pueblo y la ayuda de los organismos internacionales, por lo que no se ve una razón lógica para que esto cambie en un futuro cercano.
Y a propósito de esto, la semana pasada, se produjo un sangriento enfrentamiento entre Al Fatá y Hamás en Kalkilia, ubicado en Cisjordania, con muertos por ambos lados, más algunos civiles, que en éste caso no le preocupan a nadie, ya que en su muerte no intervinieron soldados israelíes. ¿Será éste el inicio de la conquista del poder de Hamás a Cisjordania?
Felizmente, nuestro actual Primer Ministro, Benjamín Netanyahu, tiene clara la respuesta. El sabe que Israel es una nación independiente y él, como autoridad máxima de dicha nación, actuará y resolverá acorde a los intereses del país y sus habitantes, sin importarle que por ello, continúen tildándolo de intransigente extremista de derecha.
*El autor es Presidente de OSI