
Chávez y el candor del Congreso Judío Mundial
Las evidencias de la presencia del Hezbollah en Venezuela, se reflejan en las denuncias concretas en recaudación de dinero.
por Rubén Kaplan
La presunción que la milicia chiíta musulmán Hezbollah , junto a la Guardia Revolucionaria de Irán, están utilizando a Venezuela como base de sus operaciones, se torna cada vez más una certeza, según la apreciación de expertos occidentales en terrorismo.
El país persa liderado por el siniestro Hitler contemporáneo, Mahmoud Ahmadinejad, está directamente relacionado con los mortales ataques a objetivos judíos en la década del 90, la Embajada de Israel y la AMIA, Asociación Mutual Israelita Argentina.
Como parte de su lucha contra la política exterior norteamericana, el presidente venezolano Hugo Chávez ha establecido cálidas relaciones diplomáticas con Irán, país que visitó en varias oportunidades para consolidar sus vínculos. Su par iraní retribuyó la visita viajando a Caracas.
Diversas operaciones conjuntas iraníes venezolanas se han realizado en el país caribeño. Estas incluyen la provisión de tractores y fábricas de cemento y de automóviles; la suscripción entre ambos países de convenios asistenciales del orden de los dos mil millones de dólares en "programas sociales" para financiar proyectos en Venezuela y en América Latina. El objetivo es convertirse en una relación estratégica entre Irán y Venezuela, afirmó un oficial de contraterrorismo occidental, quien habló anónimamente por estrictas razones de seguridad.
La profundización de los lazos entre esos países, genera justificada preocupación en Estados Unidos e Israel y debiera también, suscitarla en el mundo ocidental.
En junio de éste año, el Subsecretario de Estado norteamericano, Thomas A. Shannon dijo que Irán tiene una historia de terror en este hemisferio y que sus vínculos con los atentados en Buenos Aires, están bastante bien establecidos.
Los temores acerca de la amenaza de Hezbollah, el grupo terrorista pertrechado por Irán y que consolidó su poder en el Líbano, de vengarse y tomar represalias contra objetivos israelíes y judíos en el mundo, se intensificaron en febrero de este año después de la muerte de Imad Mughniyah, un notorio líder de la milicia, en Damasco, la capital Siria.
No obstante Israel negó su autoría en el asesinato del terrorista y que hay muchos indicios de la implicación de los sirios en el atentado, Irán y el Hezbollah, dirigido por el escondido Hassan Nasrallah, se apresuraron oportunamente, en sindicar al Estado judío, como el responsable.
Las evidencias de la presencia del Hezbollah en Venezuela, se reflejan en las denuncias concretas en recaudación de dinero. En junio el Departamento del Tesoro de USA, detectó a dos ciudadanos venezolanos que apoyan al grupo terrorista y congeló sus activos.
Los sindicados, que fueron acusados formalmente son Ghazi Nasr Al Din, un diplomático venezolano de ascendencia libanesa, que usufructuó puestos en embajadas de Medio Oriente, para apoyar la financiación del Hezbollah y "examinar las cuestiones operacionales con sus altos funcionarios". Nasr Al Din, presidente de un centro chíta musulmán en Caracas, y que se desempeñara como diplomático en Damasco y Beirut, facilitó el viaje de miembros del Hezbollah y de Venezuela para un curso de "capacitación" en Irán.
El otro aludido por el Departamento del Tesoro norteamericano, según la investigación de periodistas del The Los Angeles Times, es Fawzi Kanan, propietario de una agencia de viajes de Caracas, que también facilitó viajes del Hezbollah y se le imputa haber discutido con altos funcionarios del grupo en Líbano, posibles secuestros y ataques terroristas contra objetivos judíos, sin especificar si se limitan al territorio venezolano o a otros lugares del mundo.
Las acusaciones del organismo americano, fueron desmentidas por Kanan a un reportero venezolano, y el Gobierno de su país negó enfáticamente que trate de albergar a los militantes de la guerrilla.
En el año 2007 la intensificación de los vínculos entre Irán y Venezuela, condujo al inicio de vuelos semanales de Irán Air que conecta Caracas a Teherán con escala en Damasco.
Según el Departamento de Estado de USA, en su evaluación anual del terrorismo mundial, los controles inmigratorios venezolanos son descuidados con la entrada de personas a su territorio procedentes de Irán y en muchas ocasiones no ingresan a su base de datos los nombres de los pasajeros ni sellan sus pasaportes. Según fuentes venezolanas, ante las denuncias, han endurecido los procedimientos.
La minuciosa investigación de los periodistas Kraul y Rotella para The Los Angeles Time, incluye la denuncia que La Guardia Revolucionaria de Irán y el Hezbollah, supuestamente han creado una fuerza especial para tratar de secuestrar a hombres de negocios judíos en América Latina, contando para tal fin con la colaboración de informantes venezolanos que trabajan en el aeropuerto de Caracas, para que hagan inteligencia y proporcionen información de los viajeros judíos.
Israel encendió la alarma la semana pasada cuando alertó que el Hezbollah planea secuestrar a ciudadanos isrelíes en todo el mundo, como represalia del asesinato de Mughniyah.
Es sabido que Hezbollah viene operando hace mucho tiempo en las comunidades libanesas de América Latina. Se han visualizado en manifestaciones en Argentina de grupos piqueteros, enmascarados, con kefías, banderas del ejército terrorista y fotos de su líder Nasrallah, acompañando las protestas.
La denominada Triple Frontera, que comparten Argentina, Brasil y Paraguay es un espacio propicio para la infiltración, donde, la localidad paraguaya de Ciudad del Este está sospechada de aglutinar entre miles de normales comerciantes libaneses, a probables células dormidas islamitas, preparadas para realizar atentados. Asimismo, se suma a la preocupación la política de Bolivia, cuyo presidente, Evo Morales, ha anunciado la posibilidad de inaugurar un canal de televisión de La República Islámica de Irán, probablemente en la zona cocalera del
Chapare, ubicado en el departamento de Cochabamba.
Pocos días atrás, se llevó a cabo En Caracas, el primer encuentro entre el presidente de Venezuela Hugo Chávez y una comitiva de la comunidad judía encabezada por Ronald S. Lauder, presidente del Congreso Judío Mundial y Jack Terpins, titular del Congreso Judío Latinoamericano. De la reunión participó también el tesorero del Congreso Judío Mundial, Eduardo Elztain.
El resultado del conclave, exhibió opiniones diferentes.
El empresario Elsztain, probablemente uno de los impulsores del encuentro solicitado por la presidenta de Argentina Cristina Kirchner a su par venezolano, aseguró en una entrevista concedida a Radio Jai, que "la reunión fue sorprendente" y "superior a lo que esperábamos".
Elsztain resumió la reunión en la entrevista radial diciendo que le plantearon a Chávez los puntos de preocupación y "él tuvo una actitud interesante" al haber escuchado a cada uno de los participantes.
Sin embargo, la reunión no fue vista con buenos ojos por toda la sociedad judía de Venezuela, que viene sufriendo desde la asunción de Chávez continuos actos de virulento antisemitismo.
La ex parlamentaria y ex Ministra de Cultura de Venezuela, Paulina Gamus, explicó que la reunión "fue en un momento inoportuno". Agregó, también en un reportaje radial a la misma emisora, que Venezuela está en plena campaña para la elección de alcaldes y gobernadores y que "de alguna manera el encuentro fue un espaldarazo que le viene a dar la comunidad judía a Chávez, cuando nadie se lo estaba pidiendo. Agregó enojada que "en Venezuela hay 300 intelectuales gentiles denunciando al presidente por antisemitismo, y la comunidad le extiende una carta de buena conducta".
La ex parlamentaria concluyó que "como si fuera poco, el presidente del CJM salió de la reunión declarando que la comunidad judía internacional está muy agradecida al presidente Chávez porque ha ganado amigos. ¿Cómo puede una persona en 5 minutos de una entrevista saber que alguien es amigo de los judíos?"
Ante la denuncia del The Los Angeles Times, ¿pensarán igual los líderes comunitarios mundiales? o advertirán que fueron funcionales al presidente Chávez, amigo y socio político de Mahmoud Ahmadinejad, el mismo que niega el Holocausto y amenaza hacer desaparecer a Israel del mapa.
Las evidencias de la presencia del Hezbollah en Venezuela, se reflejan en las denuncias concretas en recaudación de dinero.
por Rubén Kaplan
La presunción que la milicia chiíta musulmán Hezbollah , junto a la Guardia Revolucionaria de Irán, están utilizando a Venezuela como base de sus operaciones, se torna cada vez más una certeza, según la apreciación de expertos occidentales en terrorismo.
El país persa liderado por el siniestro Hitler contemporáneo, Mahmoud Ahmadinejad, está directamente relacionado con los mortales ataques a objetivos judíos en la década del 90, la Embajada de Israel y la AMIA, Asociación Mutual Israelita Argentina.
Como parte de su lucha contra la política exterior norteamericana, el presidente venezolano Hugo Chávez ha establecido cálidas relaciones diplomáticas con Irán, país que visitó en varias oportunidades para consolidar sus vínculos. Su par iraní retribuyó la visita viajando a Caracas.
Diversas operaciones conjuntas iraníes venezolanas se han realizado en el país caribeño. Estas incluyen la provisión de tractores y fábricas de cemento y de automóviles; la suscripción entre ambos países de convenios asistenciales del orden de los dos mil millones de dólares en "programas sociales" para financiar proyectos en Venezuela y en América Latina. El objetivo es convertirse en una relación estratégica entre Irán y Venezuela, afirmó un oficial de contraterrorismo occidental, quien habló anónimamente por estrictas razones de seguridad.
La profundización de los lazos entre esos países, genera justificada preocupación en Estados Unidos e Israel y debiera también, suscitarla en el mundo ocidental.
En junio de éste año, el Subsecretario de Estado norteamericano, Thomas A. Shannon dijo que Irán tiene una historia de terror en este hemisferio y que sus vínculos con los atentados en Buenos Aires, están bastante bien establecidos.
Los temores acerca de la amenaza de Hezbollah, el grupo terrorista pertrechado por Irán y que consolidó su poder en el Líbano, de vengarse y tomar represalias contra objetivos israelíes y judíos en el mundo, se intensificaron en febrero de este año después de la muerte de Imad Mughniyah, un notorio líder de la milicia, en Damasco, la capital Siria.
No obstante Israel negó su autoría en el asesinato del terrorista y que hay muchos indicios de la implicación de los sirios en el atentado, Irán y el Hezbollah, dirigido por el escondido Hassan Nasrallah, se apresuraron oportunamente, en sindicar al Estado judío, como el responsable.
Las evidencias de la presencia del Hezbollah en Venezuela, se reflejan en las denuncias concretas en recaudación de dinero. En junio el Departamento del Tesoro de USA, detectó a dos ciudadanos venezolanos que apoyan al grupo terrorista y congeló sus activos.
Los sindicados, que fueron acusados formalmente son Ghazi Nasr Al Din, un diplomático venezolano de ascendencia libanesa, que usufructuó puestos en embajadas de Medio Oriente, para apoyar la financiación del Hezbollah y "examinar las cuestiones operacionales con sus altos funcionarios". Nasr Al Din, presidente de un centro chíta musulmán en Caracas, y que se desempeñara como diplomático en Damasco y Beirut, facilitó el viaje de miembros del Hezbollah y de Venezuela para un curso de "capacitación" en Irán.
El otro aludido por el Departamento del Tesoro norteamericano, según la investigación de periodistas del The Los Angeles Times, es Fawzi Kanan, propietario de una agencia de viajes de Caracas, que también facilitó viajes del Hezbollah y se le imputa haber discutido con altos funcionarios del grupo en Líbano, posibles secuestros y ataques terroristas contra objetivos judíos, sin especificar si se limitan al territorio venezolano o a otros lugares del mundo.
Las acusaciones del organismo americano, fueron desmentidas por Kanan a un reportero venezolano, y el Gobierno de su país negó enfáticamente que trate de albergar a los militantes de la guerrilla.
En el año 2007 la intensificación de los vínculos entre Irán y Venezuela, condujo al inicio de vuelos semanales de Irán Air que conecta Caracas a Teherán con escala en Damasco.
Según el Departamento de Estado de USA, en su evaluación anual del terrorismo mundial, los controles inmigratorios venezolanos son descuidados con la entrada de personas a su territorio procedentes de Irán y en muchas ocasiones no ingresan a su base de datos los nombres de los pasajeros ni sellan sus pasaportes. Según fuentes venezolanas, ante las denuncias, han endurecido los procedimientos.
La minuciosa investigación de los periodistas Kraul y Rotella para The Los Angeles Time, incluye la denuncia que La Guardia Revolucionaria de Irán y el Hezbollah, supuestamente han creado una fuerza especial para tratar de secuestrar a hombres de negocios judíos en América Latina, contando para tal fin con la colaboración de informantes venezolanos que trabajan en el aeropuerto de Caracas, para que hagan inteligencia y proporcionen información de los viajeros judíos.
Israel encendió la alarma la semana pasada cuando alertó que el Hezbollah planea secuestrar a ciudadanos isrelíes en todo el mundo, como represalia del asesinato de Mughniyah.
Es sabido que Hezbollah viene operando hace mucho tiempo en las comunidades libanesas de América Latina. Se han visualizado en manifestaciones en Argentina de grupos piqueteros, enmascarados, con kefías, banderas del ejército terrorista y fotos de su líder Nasrallah, acompañando las protestas.
La denominada Triple Frontera, que comparten Argentina, Brasil y Paraguay es un espacio propicio para la infiltración, donde, la localidad paraguaya de Ciudad del Este está sospechada de aglutinar entre miles de normales comerciantes libaneses, a probables células dormidas islamitas, preparadas para realizar atentados. Asimismo, se suma a la preocupación la política de Bolivia, cuyo presidente, Evo Morales, ha anunciado la posibilidad de inaugurar un canal de televisión de La República Islámica de Irán, probablemente en la zona cocalera del
Chapare, ubicado en el departamento de Cochabamba.
Pocos días atrás, se llevó a cabo En Caracas, el primer encuentro entre el presidente de Venezuela Hugo Chávez y una comitiva de la comunidad judía encabezada por Ronald S. Lauder, presidente del Congreso Judío Mundial y Jack Terpins, titular del Congreso Judío Latinoamericano. De la reunión participó también el tesorero del Congreso Judío Mundial, Eduardo Elztain.
El resultado del conclave, exhibió opiniones diferentes.
El empresario Elsztain, probablemente uno de los impulsores del encuentro solicitado por la presidenta de Argentina Cristina Kirchner a su par venezolano, aseguró en una entrevista concedida a Radio Jai, que "la reunión fue sorprendente" y "superior a lo que esperábamos".
Elsztain resumió la reunión en la entrevista radial diciendo que le plantearon a Chávez los puntos de preocupación y "él tuvo una actitud interesante" al haber escuchado a cada uno de los participantes.
Sin embargo, la reunión no fue vista con buenos ojos por toda la sociedad judía de Venezuela, que viene sufriendo desde la asunción de Chávez continuos actos de virulento antisemitismo.
La ex parlamentaria y ex Ministra de Cultura de Venezuela, Paulina Gamus, explicó que la reunión "fue en un momento inoportuno". Agregó, también en un reportaje radial a la misma emisora, que Venezuela está en plena campaña para la elección de alcaldes y gobernadores y que "de alguna manera el encuentro fue un espaldarazo que le viene a dar la comunidad judía a Chávez, cuando nadie se lo estaba pidiendo. Agregó enojada que "en Venezuela hay 300 intelectuales gentiles denunciando al presidente por antisemitismo, y la comunidad le extiende una carta de buena conducta".
La ex parlamentaria concluyó que "como si fuera poco, el presidente del CJM salió de la reunión declarando que la comunidad judía internacional está muy agradecida al presidente Chávez porque ha ganado amigos. ¿Cómo puede una persona en 5 minutos de una entrevista saber que alguien es amigo de los judíos?"
Ante la denuncia del The Los Angeles Times, ¿pensarán igual los líderes comunitarios mundiales? o advertirán que fueron funcionales al presidente Chávez, amigo y socio político de Mahmoud Ahmadinejad, el mismo que niega el Holocausto y amenaza hacer desaparecer a Israel del mapa.