EL POETA DE UN PUEBLO


A mi muerte
Jaim Najman Bialik


A mi muerte llórenme así:
Hubo un hombre - y no existe más;
antes de tiempo ese hombre murió,
y el canto de su vida en el medio se truncó;
¡qué dolor!

Un canto más tenía
y ese canto por siempre se perdió,
por siempre se perdió.
Y grande, ¡muy grande es el dolor!
Hubo un hombre – y ved: no está más,
y el canto de su vida en el medio se truncó;
un canto más tenía
y ese canto por siempre se perdió,
por siempre se perdió.

¡Cuán triste! Una lira tenía,un alma viviente y departidora Y el poeta en su palabra todos sus secretos reveló, su mano expresó cada matiz.
Un misterio en su seno ahogó,
y entre sus dedos se le escurrió,
un acorde que quedó mudo.
¡Mudo hasta hoy! ¡Qué pena!

Toda su vida tembló ese acorde,silencioso tembló,
silencioso vibró hacia su melodía,
amor redentor anhelante, sediento, pesaroso, deseado,
se afligía ante la espera.
Y si se demoraba – cada día aguardó
y con un oculto clamor la invocaba,
mas ella se demoraba y no llegó.¡Y no llegó!

¡Cuánto dolor! Hubo un hombre – y no existe más
y su canto se interrumpió en la mitad.
Un canto más tenía y ese canto por siempre se perdió.
Por siempre se perdió.