
La Arqueología y el testimonio histórico del pasado judío
Dentro de la historia tradicional judía tal vez uno de los testimonios históricos menos detallados son los relacionados con el sitio de Jerusalem y del Templo, por parte de los romanos en el año 70 d.n.e y su posterior destrucción, las rebeliones y el gran levantamiento protagonizado por Bar Kojba e impulsado por Rabi Akiba.
El territorio israelí tiene innumerables cuevas subterráneas, algunas naturales y otras deliberadamente excavadas en esa época, cavernas donde los rebeldes de escondían presentando una enconada resistencia a las huestes imperiales.
Los descubrimientos arqueológicos corroboran los relatos de Josefo Flavio y de otros historiadores romanos, demostrando que los romanos eran despiadados ocupantes con el cambio de nombre a la provincia de Judea por el de Palestina y el de Jerusalem por Elia Capitolina.
Estaban dispuestos a destruir de raíz a los judíos y los lugares que confirmaban su identidad.
El historiador Dion Casio, contó que entre los siglos segundo y tercero de la era común, los romanos destruyeron 985 aldeas judías mientras reprimían la llamado Rebelión de Bar Kojba, la Segunda Revuelta Judía. El arqueólogo Boaz Zissu había excavado una de aquellas aldeas en el lugar conocido ahora como Horvat ‘Ethri, solo a 15 millas de la capital de la rebelión, Bethar.
Cuando la rebelión cesó, la aldea de Ethri fue cruelmente destruida para posteriormente ser incendiada, las mujeres y los niños fueron enterrados en una fosa común. El examen de los huesos revela que una de las víctimas fue decapitada, la espada dejó marcas sobre las vértebras de su nuca. Tal vez lo más importante de esta excavación fue que sacó de la oscuridad una típica aldea judía como las que fueron destruidas por los romanos en ambas revueltas, la segunda liderada por Bar Kojba.
Antes de las excavaciones el antiguo nombre de la aldea era desconocido. Todos los nombres que anteriormente se referían al lugar eran incorrectos, los arqueólogos descubrieron lo que parecía el nombre antiguo del lugar sobre un ostracon, un pedazo de arcilla sobre el que se escribían palabras. Este trozo de arcilla se hallaba dentro de una cisterna llena de cientos de jarras rotas y potes para cocinar, probablemente lanzadas allí por los judíos que trataban de reconstruir la aldea luego de que hubiera sido destruida durante la Primera Revuelta Judía.
Entre estos trozos de arcilla fueron hallados 28 con palabras escritas con las familiares letras hebreas cuadradas como se usan aún hoy. La mayoría de estas ostracas, contienen solo una letra o un número, probablemente respondían a un orden administrativo de clasificación o a un sistema de ficheros. Pero uno de ellos tenía el solo nombre de Ethri. Horvat Ethri significa simplemente las “ruinas de Ethri.” Como resultado de la excavación, ese es ahora el nombre oficial del sitio, con la aprobación oficial estatal.
El nombre fue probablemente al que se refirió el historiador judío, Josefo Flavio, quien proporcionó un largo y detallado relato de la Primera Revuelta Judía. El contó sobre una aldea situada en el mismo sitio geográfico que ha sido descubierta con la excavación y que fue quemada por los romanos. Allí fueron halladas cenizas en el área que aparentemente fue el punto de ataque de los romanos durante la Primera Revuelta Judía. Los restos hallados parecen confirmar la descripción de Josefo quien le dio el nombre de Caphetra— que significa, Kfar Ethra (la aldea de Ethra) cuyo nombre le fue devuelto en la actualidad. La abundante evidencia arqueológica informa sobre como los aldeanos de Ethri se ganaban la vida antes y sin dudas posteriormente de que fuera destruida en la Primera Revuelta Judía.
Las prensas de uva, recortadas en los pisos de roca, las vasijas de filtrado y recogida del vino son evidencias de actividades relacionadas con la vitivinicultura. Las prensas de aceitunas verdes muestran la práctica de un tipo adicional de cultivo. Un ostracon contiene una abreviatura para los higos secos demostrando la diversificación de las tareas agrícolas practicadas.
Los cortes en las rocas muestran la existencia de colombarios, implica que los aldeanos criaron palomas. Las pesas de telar y los husos de ruecas demostraron la evidencia de tejidos y actividades textiles. Las casas eran modestas estructuras simples, había un patio central rodeado por los cuartos cuadrados construidos de granito áspero que fueron toscamente moldeados.
Solamente las esquinas y los marcos de la puertas y de la ventanas eran hechos a mano y mucho más cuidadosamente. No existía ornamentación arquitectónica de ningún tipo, ni siquiera había paredes pintadas. Solamente uno de los cuartos estaba cubierto con yeso blanco. El resto de las paredes de piedra fue cubierto probablemente con arcilla. Los pisos fueron hechos de la tierra compacta sobre trozos de piedra caliza o base de roca revestida. Se halló un horno para cocinar en la esquina de un cuarto hecho de arcilla gruesa, áspera y cubierto de tejas de arcilla y tierra. El agua de lluvia que caía sobre los techos era llevada a través de canaletas para llenar los pozos y las cisternas, públicas y privadas.
Las casas sin embargo, tenían una peculiaridad durante ambas revueltas. Muchas de ellas tenían sótanos cavados bajo las rocas.
Un sistema de túneles unía las diferentes viviendas al que se bajaba por uno o dos cuartos. Varios de estos sistemas de túneles eran más sofisticados y bastante extensos, con secciones interconectadas, como madrigueras entre si. Durante los levantamientos, sin embargo, funcionaban como cuevas, sitios de refugio donde los aldeanos podían esconderse ante un ataque de los romanos. Pero eran también mucho más que eso. Esos eran lugares secretos donde los luchadores judíos podían esconderse y atacar sorpresivamente a las fuerzas romanas.
Dion Casio, describió vividamente la situación:
*Los judíos no tardaron en darse cuenta que en campo abierto siempre serían derrotados por los romanos por lo que trataron de colocarse en una situación más ventajosa de acuerdo con las posibilidades existentes en la región, utilizando las cuevas y las rocas de las colinas para poder tener escondites próximos cuando la situación se tornaba muy apremiante, que fueran muy difíciles de descubrir y que pasaran totalmente inadvertidos bajo tierra. Por otra parte perforaron en tramos de los pasajes subterráneos para tener aire y luz. Se sabe que Ethri era una aldea judía porque se hallaba en el área de Judea, donde vivían los judíos y por la considerable evidencia arqueológica hallada. En primer lugar, por supuesto por la existencia de numerosos baños rituales o mikvot. Estaban revestidos de yeso impermeabilizado para evitar las filtraciones de acuerdo a las normas religiosas. El agua utilizada debía fluir de un manantial y no debía provenir de pozos o estanques y debían ser lo suficientemente profundos para permitir una inmersión.
EXTRAIDO DE MILIM DIGITALDentro de la historia tradicional judía tal vez uno de los testimonios históricos menos detallados son los relacionados con el sitio de Jerusalem y del Templo, por parte de los romanos en el año 70 d.n.e y su posterior destrucción, las rebeliones y el gran levantamiento protagonizado por Bar Kojba e impulsado por Rabi Akiba.
El territorio israelí tiene innumerables cuevas subterráneas, algunas naturales y otras deliberadamente excavadas en esa época, cavernas donde los rebeldes de escondían presentando una enconada resistencia a las huestes imperiales.
Los descubrimientos arqueológicos corroboran los relatos de Josefo Flavio y de otros historiadores romanos, demostrando que los romanos eran despiadados ocupantes con el cambio de nombre a la provincia de Judea por el de Palestina y el de Jerusalem por Elia Capitolina.
Estaban dispuestos a destruir de raíz a los judíos y los lugares que confirmaban su identidad.
El historiador Dion Casio, contó que entre los siglos segundo y tercero de la era común, los romanos destruyeron 985 aldeas judías mientras reprimían la llamado Rebelión de Bar Kojba, la Segunda Revuelta Judía. El arqueólogo Boaz Zissu había excavado una de aquellas aldeas en el lugar conocido ahora como Horvat ‘Ethri, solo a 15 millas de la capital de la rebelión, Bethar.
Cuando la rebelión cesó, la aldea de Ethri fue cruelmente destruida para posteriormente ser incendiada, las mujeres y los niños fueron enterrados en una fosa común. El examen de los huesos revela que una de las víctimas fue decapitada, la espada dejó marcas sobre las vértebras de su nuca. Tal vez lo más importante de esta excavación fue que sacó de la oscuridad una típica aldea judía como las que fueron destruidas por los romanos en ambas revueltas, la segunda liderada por Bar Kojba.
Antes de las excavaciones el antiguo nombre de la aldea era desconocido. Todos los nombres que anteriormente se referían al lugar eran incorrectos, los arqueólogos descubrieron lo que parecía el nombre antiguo del lugar sobre un ostracon, un pedazo de arcilla sobre el que se escribían palabras. Este trozo de arcilla se hallaba dentro de una cisterna llena de cientos de jarras rotas y potes para cocinar, probablemente lanzadas allí por los judíos que trataban de reconstruir la aldea luego de que hubiera sido destruida durante la Primera Revuelta Judía.
Entre estos trozos de arcilla fueron hallados 28 con palabras escritas con las familiares letras hebreas cuadradas como se usan aún hoy. La mayoría de estas ostracas, contienen solo una letra o un número, probablemente respondían a un orden administrativo de clasificación o a un sistema de ficheros. Pero uno de ellos tenía el solo nombre de Ethri. Horvat Ethri significa simplemente las “ruinas de Ethri.” Como resultado de la excavación, ese es ahora el nombre oficial del sitio, con la aprobación oficial estatal.
El nombre fue probablemente al que se refirió el historiador judío, Josefo Flavio, quien proporcionó un largo y detallado relato de la Primera Revuelta Judía. El contó sobre una aldea situada en el mismo sitio geográfico que ha sido descubierta con la excavación y que fue quemada por los romanos. Allí fueron halladas cenizas en el área que aparentemente fue el punto de ataque de los romanos durante la Primera Revuelta Judía. Los restos hallados parecen confirmar la descripción de Josefo quien le dio el nombre de Caphetra— que significa, Kfar Ethra (la aldea de Ethra) cuyo nombre le fue devuelto en la actualidad. La abundante evidencia arqueológica informa sobre como los aldeanos de Ethri se ganaban la vida antes y sin dudas posteriormente de que fuera destruida en la Primera Revuelta Judía.
Las prensas de uva, recortadas en los pisos de roca, las vasijas de filtrado y recogida del vino son evidencias de actividades relacionadas con la vitivinicultura. Las prensas de aceitunas verdes muestran la práctica de un tipo adicional de cultivo. Un ostracon contiene una abreviatura para los higos secos demostrando la diversificación de las tareas agrícolas practicadas.
Los cortes en las rocas muestran la existencia de colombarios, implica que los aldeanos criaron palomas. Las pesas de telar y los husos de ruecas demostraron la evidencia de tejidos y actividades textiles. Las casas eran modestas estructuras simples, había un patio central rodeado por los cuartos cuadrados construidos de granito áspero que fueron toscamente moldeados.
Solamente las esquinas y los marcos de la puertas y de la ventanas eran hechos a mano y mucho más cuidadosamente. No existía ornamentación arquitectónica de ningún tipo, ni siquiera había paredes pintadas. Solamente uno de los cuartos estaba cubierto con yeso blanco. El resto de las paredes de piedra fue cubierto probablemente con arcilla. Los pisos fueron hechos de la tierra compacta sobre trozos de piedra caliza o base de roca revestida. Se halló un horno para cocinar en la esquina de un cuarto hecho de arcilla gruesa, áspera y cubierto de tejas de arcilla y tierra. El agua de lluvia que caía sobre los techos era llevada a través de canaletas para llenar los pozos y las cisternas, públicas y privadas.
Las casas sin embargo, tenían una peculiaridad durante ambas revueltas. Muchas de ellas tenían sótanos cavados bajo las rocas.
Un sistema de túneles unía las diferentes viviendas al que se bajaba por uno o dos cuartos. Varios de estos sistemas de túneles eran más sofisticados y bastante extensos, con secciones interconectadas, como madrigueras entre si. Durante los levantamientos, sin embargo, funcionaban como cuevas, sitios de refugio donde los aldeanos podían esconderse ante un ataque de los romanos. Pero eran también mucho más que eso. Esos eran lugares secretos donde los luchadores judíos podían esconderse y atacar sorpresivamente a las fuerzas romanas.
Dion Casio, describió vividamente la situación:
*Los judíos no tardaron en darse cuenta que en campo abierto siempre serían derrotados por los romanos por lo que trataron de colocarse en una situación más ventajosa de acuerdo con las posibilidades existentes en la región, utilizando las cuevas y las rocas de las colinas para poder tener escondites próximos cuando la situación se tornaba muy apremiante, que fueran muy difíciles de descubrir y que pasaran totalmente inadvertidos bajo tierra. Por otra parte perforaron en tramos de los pasajes subterráneos para tener aire y luz. Se sabe que Ethri era una aldea judía porque se hallaba en el área de Judea, donde vivían los judíos y por la considerable evidencia arqueológica hallada. En primer lugar, por supuesto por la existencia de numerosos baños rituales o mikvot. Estaban revestidos de yeso impermeabilizado para evitar las filtraciones de acuerdo a las normas religiosas. El agua utilizada debía fluir de un manantial y no debía provenir de pozos o estanques y debían ser lo suficientemente profundos para permitir una inmersión.
Fuente.BoazZissu.
Biblical Archaelogy Society