EL TITANIC SE HUNDE Y LA ORQUESTA SIGUE TOCANDO

La metáfora del Titánic hundiéndose y la gente disfrutando y bailando está bastante gastada, pero no pierde vigencia. Especialmente en los días de Israel amenazado por Irán, Siria, Hezbollah y Hamás, entre otros. Lo que se impone en este momento es la formación de un gobierno de emergencia nacional. No de "unión", ni de "unidad nacional". Emergencia, emergencia, emergencia.
Por Eitan Haber. Yediot Ajaronot.
A los escritores, periodistas y políticos les gusta mucho utilizar la metáfora del Titanic: en medio de la noche se estrelló contra un iceberg, esa embarcación gigantesca que jamás se hundiría, mientras en la sala de fiestas toca una gran orquesta y todos los turistas se divierten, entre tango y pasodoble, sin notar que el iceberg se acerca.
Será acertado decir que esta metáfora ・ con o sin Leonardo Di Caprio ・ ya se ha convertido en rutinaria, gastada. Pero qué se puede hacer, es la única metáfora que se nos ocurre en este momento: el Estado de Israel baila Salsa hasta embriagar sus sentidos y en el cielo ya se ven las nubes que anuncian la tormenta, tal como le sucedió a Wnston Churchill.
En los últimos dos o tres años se ha producido un cambio, casi una revolución, en la situación geo-estratégica de Israel: una instalación nuclear iraní que pronto estará completa, en un lapso de dos o tres años, y amenaza su existencia. El punto de partida de los capitanes del barco del Estado de Israel debe ser que si los iraníes cuentan con una instalación como ésta, también la utilizarán. Cualquier otra opción será una sorpresa positiva.
Israel hace todo lo que está a su alcance para evitar que los iraníes completen esa instalación nuclear. Israel reclutó, o intentó reclutar, a Estados Unidos y luego al mundo entero. El mundo entero tiene una postura conciliatoria y Estados Unidos ・ el gran amigo de Israel - ya ha más que insinuado en más de una ocasión que no atacará a Irán y en gran medida no verá bien un ataque por parte de Israel. De todos modos, un ataque nuestro casi no viene al caso, por motivos sobre los cuales se puede ahora escribir libros. En síntesis, nos hemos quedado solos.
El segundo peligro es Gaza. Sólo quien no conoce los hechos tal como son hoy en día en Gaza enviará a Tzahal a estrellarse en las callejuelas del lugar más complicado del mundo. Eso no significa que la orden de atacar no vendrá algún día (en general después de un número de muertos de dos cifras en un solo día en Israel). Pero todos los responsables de tomar decisiones saben que ésta será una orden producto de la presión de la opinión pública y no de la lógica. En este caso, dicho sea de paso, nos quedaríamos en Gaza por algunos años.
El tercer peligro es Hezbollah. Sobre este peligro se ha dicho mucho últimamente y sólo basta recordar que Hezbollah, con la moral bien alta después de la Segunda Guerra del Líbano, se armó nuevamente con todo lo que perdió en la guerra y mucho más y su capacidad bélica es mucho mayor de lo que era entonces.
El cuarto peligro es Siria. Nos hemos acostumbrado a hablar y escribir sobre el ejército sirio como un ejército oxidado, tal como nos expresábamos poco antes de la Guerra de Yom Kipur. Pero es bueno y recomendable prestar atención al siguiente hecho: los sirios construyeron un reactor nuclear y durante mucho tiempo nosotros no lo supimos. Ellos construyeron fábricas de misiles y en sus depósitos se acopian cabezas de misiles, incluso cabezas químicas.
Por motivos de buena vecindad y paz no diremos nada acerca del peligro que representa un ejército más, que cambió su aspecto, y todos sus entrenamientos y sus intenciones se construyen sobre la base de una guerra con Israel.
Es muy probable que todos estos peligros sean habladurías, y en ese caso, no pase nada. Puede ser que todos esos peligros se activen sólo si se utiliza la fuerza contra Irán. Y puede ser que cada uno de esos peligros nos caiga como una espada cada uno por su lado, o todos juntos, lo que Rejavam Zeevi e Ytzjak Rabin denominaron alguna vez "la ocasión total", o sea cuando todo el mundo árabe actúa en nuestra contra.
En esta situación, si es real y verdadera, lo que se impone ahora, mañana mismo, es la creación de un gobierno de emergencia nacional. No de "unión", no de "unidad nacional". Emergencia, emergencia, emergencia. A este gobierno deben integrarse todas las fuerzas sionistas y su vigencia debe ser hasta la resolución del problema iraní. ¿Ya estoy escuchando reacciones? Uy, otra vez los violines suenan en la cubierta del Titanic.

POVESHAM.