Espiral de violencia
La hipersensibilidad que genera el terrorismo, de ninguna manera puede hacer perder la cordura a los israelíes, sean éstos religiosos o laicos.
Transcurridas pocas horas desde el segundo atentado terrorista en Jerusalén en tres semanas, perpetrado otra vez con la misma modalidad por un árabe de nacionalidad israelí que utilizó como arma letal nuevamente un bulldozer, y que arrojó un saldo de 23 heridos, se registró en el barrio hebreo de esa ciudad, Makor Baruj, un intento de linchamiento de dos ciudadanos árabes, por parte de enardecidos estudiantes ultra ortodoxos. El vecindario aludido, está poblado por varias instituciones de estudios religiosos y residentes ortodoxos. Curiosamente, en la misma zona hay muchas tiendas y almacenes que comercializan materiales para la construcción, herramientas afines y carpinterías que atraen entre otros, a muchos compradores árabes.
Según testigos oculares, dos árabes maltratados y sangrando, llegaron hasta el patio de una casa cuya familia guardaba shivá, la semana judía de duelo. Una muchedumbre colérica de estudiantes de yeshivá los perseguía amenazante. El propietario del hogar y sus familiares, se enfrentaron decididamente a la turba arriesgando su propia integridad para proteger a los fugitivos. La valiente y enérgica actitud del dueño de la casa impidió que la turba atrapara a los árabes que huían. Esa encomiable conducta, le significó que a su vez fuese amenazado por los haredim. Desde un balcón vecino los estudiantes gritaban furiosos, que había que matar a los judíos que defendían a los árabes.
Después del arribo de la policía, y una vez dispersados los agresores, los árabes fueron derivados al Hospital Hadassah para su atención. Allí, éstos relataron que el incidente se originó después de una discusión por un producto con un comerciante judío y que accidentalmente presenciaron los estudiantes. Un motivo nimio casi desencadenó una tragedia.
La hipersensibilidad que genera el terrorismo, de ninguna manera puede hacer perder la cordura a los israelíes, sean éstos religiosos o laicos. Cualquier expresión de fanatismo del lado que provenga debe ser repudiada vigorosamente. De lo contrario se corre el riesgo de mimetizarse con el fundamentalismo islámico.
Es una absurda contradicción, que estudiantes de religión, puedan tener tales actitudes, reñidas con
El rabino Yitzhak Bazri a cargo de
Agregó que "es un grave incidente y que nadie puede herir a inocentes, sean árabes o judíos. Es contra la halajá,
Una sociedad pluralista y tolerante, no puede permitir esos desbordes.
Esa postura ética y moral es la que hay que preservar para seguir estando orgullosos de la condición de israelíes y judíos, enalteciendo el amor al prójimo y manteniendo erguidos los ideales que nos hicieron perdurar a través de la historia.