DESMANTELAN GRUPO DE JIZBALLAH EN EGIPTO


Jizballah, Egipto a prueba
Por Guy Senbel para Guysen International News


Esta semana, desearíamos conversar con nuestros lectores sobre la tensión entre Egipto y el Jizballah, a raíz del anuncio, por parte del fiscal del Estado egipcio, el pasado 8 de abril, del desmantelamiento de un grupo del Jizballah en Egipto. 49 terroristas del movimiento chiíta libanés fueron detenidos por las fuerzas egipcias, y una decena son buscados. Se acusa al Secretario General del Jizballah, Hassan Nasrallah, de querer desestabilizar a Egipto. El Cairo acusa también a Irán de Mahmud Ahmadinejad de pretender desestabilizar a toda la región.
No se trata de un simple incidente, sino de una grave crisis que muestra como Oriente Medio está desunido y dividido. Rivalidades improbables, o durante mucho tiempo ocultadas por los mitos medio orientales, surgen ahora a la luz del día. En Oriente Medio, dos concepciones se oponen, dos campos se enfrentan. La célula terrorista establecida por el Jizballah en Egipto proyectaba operaciones terroristas en las ciudades balnearias de la península del Sinaí, frecuentadas en esta temporada por los turistas occidentales y sobre todo por israelíes, con el fin de vengar la muerte de Imad Mughniyeh, principal jefe militar del movimiento terrorista chiíta libanés, ejecutado en Damasco en febrero de 2008, y que el Jizballah culpa de su eliminación a los servicios secretos israelíes. Obligado a reconocer que uno de los terroristas detenido por los Egipcios, Sami Shiab era efectivamente un miembro del Jizballah, Nasrallah aseguró en su discurso del 10 de abril que el objetivo es ayudar a las milicias palestinas en Gaza: "Todo el mundo sabe que esta no es la primera vez que el Jizballah intenta proporcionar armas a los Palestinos", declaró, afirmando alto y claro lo que los Israelíes denuncian e intentan hacer comprender a las naciones occidentales desde hace varios años… Es una verdadera cadena que organiza el terrorismo en la región, de Teherán a Damasco, de Damasco a Beirut y de Beirut a Gaza. El argumento de la "misión logística" a favor de los Palestinos no convenció a los egipcios que se muestran especialmente virulentos con Nasrallah. Así se podía leer en la edición del 12 de abril del Diario gubernamental "Al Gomhouria": "No le permitiremos, oh jeque con cara de mono, burlar nuestra justicia, porque es un bandido, un criminal que asesinó a sus compatriotas. No le permitiremos amenazar la seguridad de Egipto. ¡Si combate su soberanía, será quemado!". Si bien Ahmed Aboul Gheit, el Ministro egipcio de Asuntos Exteriores, recordó que el Jizballah sigue siendo un movimiento enfeudado a Irán, este jueves 16 de abril, el Presidente del Consejo consultivo egipcio, Safwat Elchirif, acusaba concretamente a Irán de querer desestabilizar la escena interna egipcia a través del Jizballah. En una entrevista concedida al diario saudí "Okaz", afirmaba que Irán deseaba desestabilizar toda la región. Refiriéndose a su vez a Irán, el Jizballah, el Hamas y los Hermanos Musulmanes, Elchirif añadió: "nadie, ya sea un estado, un partido, una milicia o una organización, tiene derecho a poner en peligro la seguridad nacional, incluso para ayudar a los Palestinos", garantizando que las autoridades egipcias impedirán toda tentativa de desestabilización". El desmantelamiento de una célula terrorista del Jizballah en Egipto suscita también reacciones divergentes en la región. No sorprende ver a Siria e Irán denunciar una "campaña egipcia" quién "ayuda a los intereses de Israel", y de ver al contrario a Arabia Saudí juzgar legítima la reacción de los Egipcios. Unos justifican la violencia y piden venganza y destrucción en nombre de la causa palestina, mientras que los otros piensan en la estabilidad de su régimen y consideran incómoda la resistencia de algunos mitos. La prioridad del Presidente Obama, la cuestión de la paz en Oriente Medio no podría reducirse a la Resolución del conflicto israelopalestino o a la reanudación del diálogo con Irán. Causada y provocada por el Jizballah, lo sucedido en Egipto nos muestra una realidad más compleja y más trágica también. En Oriente Medio, la guerra es ahora una realidad que implica a dos campos. En cuanto a la paz, queda una ilusión, en la cual es imposible dejar de creer. Y las esperas son interminables.