Atentado en Jerusalén: Cómo un tractorista nos hace perder la cabeza
Por Daniel Kupervaser
El miércoles, el centro de Jerusalén fue testigo de un horrendo atentado perpetrado por Jusam Taisir Dwiat, palestino de 30 años de edad, casado con dos hijos y con residencia en Tzur Baher, barrio de Jerusalén Oriental. Este barrio fue anexado unilateralmente por Israel para formar parte de la gran Jerusalén después de la guerra de 1967 y por tal motivo Jusam disponía de documento de identidad israelí. Este documento le ayudó a acercarse a su anterior puesto de trabajo, en el centro de Jerusalén, apropiarse de una topadora, y salir a la calle atropellando y llevándose por delante cuanto vehículo pueda y de esa manera sembrar la muerte y la desolación entre inocentes ciudadanos israelíes que ocasionalmente circulaban por la zona.
La inexplicable violencia que desató Jusam fue la que le acarreó su castigo. Terminó muerto con tres balas en la cabeza de un soldado que ocasionalmente transitaba el área. Todas las palabras que podemos movilizar no son suficientes para repudiar y censurar un ataque tan cobarde y criminal. No hay ningún argumento, tampoco de tipo ideológico o de liberación nacional, que pueda justificar un detestable e infame ataque ante población civil indefensa.
El atentado puso de manifiesto en forma inmediata la manera de responder de la sociedad israelí en sus distintos estratos. Considero de particular interés concentrarme en las respuestas que en forma inmediata dieron a conocer los distintos sectores políticos y fundamentalmente el gobierno, dado que manifiestan claramente la orientación ideológica y estratégica que los guía ante el conflicto con los palestinos.
He aquí algunas de las distintas declaraciones y decisiones de sectores y personajes importantes:
"Solo con la demolición de la casa del terrorista podemos dar a conocer nuestra posición, y de ese modo, evitar que otros jóvenes programen en el futuro actos terroristas en contra de israelíes" - Uri Lupoliansky, Intendente de Jerusalén, Walla, 2-7-08
"Debemos aniquilar a los cabecillas del Hamás" - Shlomo Mula, miembro de la Knéset, partido oficialista Kadima. Walla, 2-7-08
"Si el terrorista que llevó a cabo el atentado es residente de Jerusalén Oriental, que disfruta de presupuestos israelíes, se debe devastar su casa y deportar su familia a Gaza" - Esterina Tartman, miembro de la Knéset, partido opositor Israel Beitenu. Ynet, 2-7-08
"El criminal atentado en Jerusalén es el resultado directo de la rendición ante el terrorismo. Los heridos y las familias de los muertos saben que los responsables de su situación son los miembros del gobierno de Israel que dejaron de combatir al terrorismo" - Arie Eldad, miembro de la Knéset, partido opositor Ijud Leumí-Mafdal. Walla, 2-7-08
"La palabrería de una paz imaginaria y la falta de reacción a los intentos de atentar contra judíos incentivan al enemigo árabe a levantar cabeza y asesinar judíos. De aquí que la misma pena a los árabes de Gaza y a sus hermanos de Jerusalén Oriental con tanta sangre judía en sus manos. Se debe continuar combatiendo al terror, demoliendo casas y deportaciones de Jerusalén y de toda Israel" - Comisión de Rabinos de Cisjordania y Gaza. Arutz 7, 2-7-08
"Se debe limitar el libre movimiento de palestinos en Israel" - Meir Shitrit, partido oficialista Kadima, Ministro del Interior. Arutz 7 2-7-08
Rapidez en la Knéset
Tan solo un par de horas después del atentado, la Knéset aprobó en su primera lectura el proyecto de ley de Yuli Edelstein, partido opositor Likud y Nisan Solomiansky, partido opositor Ijud Leumí, por el cual se permite quitar la ciudadanía israelí, la residencia permanente y pensiones que legalmente le corresponden del seguro nacional a quien este vinculado a actos terroristas y a sus familiares. Haaretz, 2-7-08
El ministro de Bienestar Social, Itzjak Herzog, del oficialista Laborismo, dio la orden a la Oficina de Seguro Nacional de cancelar el derecho de la familia del terrorista de hoy a recibir indemnización por muerte y estipendio por entierro. Arutz 7, 2-7-08 "Se debe prohibir levantar una carpa de duelo (costumbre musulmana) en la casa de los familiares del terrorista muerto" Itzjak Ziv, oficialista, partido de los jubilados. Haaretz 2-7-08 Inmediatamente que fuera informado del atentado, el primer ministro Ehud Olmert conversó con Ehud Barak, ministro de Defensa; Itzjak Herzog, ministro de Bienestar Social; y Daniel Fridman, ministro de Justicia y les dio la orden de chequear los caminos para cancelar el derecho de la familia a recibir las pensiones del seguro social, como así también, sopesar la posibilidad de demoler la casa del terrorista en el barrio Tzur Baher. Haaretz, 2-7-08 Como se puede observar, nada de analizar los profundos motivos que pudiesen llevar a un padre de familia de 30 años a cometer un hecho criminal del cual, con seguridad, no saldría con vida. Tampoco se escuchó una real evaluación estratégica o inclusive táctica de cómo evitar en forma legal que actos de esta naturaleza se repitan. Nadie es capaz de preguntarse el motivo por el cual los mismos pasos que ellos proponen día tras día, durante mas de 40 años, no tienen ningún efecto y solo enardecen aun mas las llamas del conflicto. Nadie es capaz de entender que amenazas y sufrimiento solo ayudan a aglutinar más un pueblo sometido a la conquista y dominación. Ningún ministro es capaz de preguntarse de que manera afecta a los pobladores de Jerusalén Oriental las decisiones de construir nuevas viviendas para judíos en sus tierras usurpadas. Nadie fue capaz de pensar que las actuales leyes son suficientes para castigar a cualquier persona que cometa un crimen y a sus cómplices, inclusive familia, siempre y cuando se lleve a cabo un proceso judicial como corresponde a todo país de derecho. Cuando se trata de un criminal palestino el léxico es siempre el mismo, no importa si viene de boca de un oficialista o de un opositor. Demoler, aniquilar, cobrar precio, matar, cancelar derechos, deportar, hacer sufrir, cercar, limitar abastecimiento, redadas nocturnas con decenas de sospechosos encarcelados, restringir movimiento, atemorizar, dificultar, acosar, etc., etc. La casa del doctor Goldstein, judío de Kiriat Arba que asesinó años atrás a 29 árabes que rezaban inocentemente en Hebrón, quedó intacta y en el cementerio se erigió un monumento en su memoria. Es triste y penoso ver toda la capa del liderazgo israelí envuelta en un tornado de histeria política y reacciones emocionales. A ojo de cualquier analista da la impresión que perdieron totalmente los sentidos que deben regir a estadistas en momentos de crisis. Se parecen mas a un batallón perdido en el campo que ametralla en todas direcciones con ráfagas de cartuchos con decisiones histéricas que lo único que logran es satisfacer los profundos sentimientos de odio y venganza. Da la impresión que presenciamos un campeonato para ver el parlamentario más cruel o el que mas profundo puede hincar sus largas uñas de fobia y represalia. ¿Quién hubiese pensado que un tractorista es capaz de hacernos perder la cabeza? Ojalá me equivoque.
Fuente: Argentina.co.il
Por Daniel Kupervaser
El miércoles, el centro de Jerusalén fue testigo de un horrendo atentado perpetrado por Jusam Taisir Dwiat, palestino de 30 años de edad, casado con dos hijos y con residencia en Tzur Baher, barrio de Jerusalén Oriental. Este barrio fue anexado unilateralmente por Israel para formar parte de la gran Jerusalén después de la guerra de 1967 y por tal motivo Jusam disponía de documento de identidad israelí. Este documento le ayudó a acercarse a su anterior puesto de trabajo, en el centro de Jerusalén, apropiarse de una topadora, y salir a la calle atropellando y llevándose por delante cuanto vehículo pueda y de esa manera sembrar la muerte y la desolación entre inocentes ciudadanos israelíes que ocasionalmente circulaban por la zona.
La inexplicable violencia que desató Jusam fue la que le acarreó su castigo. Terminó muerto con tres balas en la cabeza de un soldado que ocasionalmente transitaba el área. Todas las palabras que podemos movilizar no son suficientes para repudiar y censurar un ataque tan cobarde y criminal. No hay ningún argumento, tampoco de tipo ideológico o de liberación nacional, que pueda justificar un detestable e infame ataque ante población civil indefensa.
El atentado puso de manifiesto en forma inmediata la manera de responder de la sociedad israelí en sus distintos estratos. Considero de particular interés concentrarme en las respuestas que en forma inmediata dieron a conocer los distintos sectores políticos y fundamentalmente el gobierno, dado que manifiestan claramente la orientación ideológica y estratégica que los guía ante el conflicto con los palestinos.
He aquí algunas de las distintas declaraciones y decisiones de sectores y personajes importantes:
"Solo con la demolición de la casa del terrorista podemos dar a conocer nuestra posición, y de ese modo, evitar que otros jóvenes programen en el futuro actos terroristas en contra de israelíes" - Uri Lupoliansky, Intendente de Jerusalén, Walla, 2-7-08
"Debemos aniquilar a los cabecillas del Hamás" - Shlomo Mula, miembro de la Knéset, partido oficialista Kadima. Walla, 2-7-08
"Si el terrorista que llevó a cabo el atentado es residente de Jerusalén Oriental, que disfruta de presupuestos israelíes, se debe devastar su casa y deportar su familia a Gaza" - Esterina Tartman, miembro de la Knéset, partido opositor Israel Beitenu. Ynet, 2-7-08
"El criminal atentado en Jerusalén es el resultado directo de la rendición ante el terrorismo. Los heridos y las familias de los muertos saben que los responsables de su situación son los miembros del gobierno de Israel que dejaron de combatir al terrorismo" - Arie Eldad, miembro de la Knéset, partido opositor Ijud Leumí-Mafdal. Walla, 2-7-08
"La palabrería de una paz imaginaria y la falta de reacción a los intentos de atentar contra judíos incentivan al enemigo árabe a levantar cabeza y asesinar judíos. De aquí que la misma pena a los árabes de Gaza y a sus hermanos de Jerusalén Oriental con tanta sangre judía en sus manos. Se debe continuar combatiendo al terror, demoliendo casas y deportaciones de Jerusalén y de toda Israel" - Comisión de Rabinos de Cisjordania y Gaza. Arutz 7, 2-7-08
"Se debe limitar el libre movimiento de palestinos en Israel" - Meir Shitrit, partido oficialista Kadima, Ministro del Interior. Arutz 7 2-7-08
Rapidez en la Knéset
Tan solo un par de horas después del atentado, la Knéset aprobó en su primera lectura el proyecto de ley de Yuli Edelstein, partido opositor Likud y Nisan Solomiansky, partido opositor Ijud Leumí, por el cual se permite quitar la ciudadanía israelí, la residencia permanente y pensiones que legalmente le corresponden del seguro nacional a quien este vinculado a actos terroristas y a sus familiares. Haaretz, 2-7-08
El ministro de Bienestar Social, Itzjak Herzog, del oficialista Laborismo, dio la orden a la Oficina de Seguro Nacional de cancelar el derecho de la familia del terrorista de hoy a recibir indemnización por muerte y estipendio por entierro. Arutz 7, 2-7-08 "Se debe prohibir levantar una carpa de duelo (costumbre musulmana) en la casa de los familiares del terrorista muerto" Itzjak Ziv, oficialista, partido de los jubilados. Haaretz 2-7-08 Inmediatamente que fuera informado del atentado, el primer ministro Ehud Olmert conversó con Ehud Barak, ministro de Defensa; Itzjak Herzog, ministro de Bienestar Social; y Daniel Fridman, ministro de Justicia y les dio la orden de chequear los caminos para cancelar el derecho de la familia a recibir las pensiones del seguro social, como así también, sopesar la posibilidad de demoler la casa del terrorista en el barrio Tzur Baher. Haaretz, 2-7-08 Como se puede observar, nada de analizar los profundos motivos que pudiesen llevar a un padre de familia de 30 años a cometer un hecho criminal del cual, con seguridad, no saldría con vida. Tampoco se escuchó una real evaluación estratégica o inclusive táctica de cómo evitar en forma legal que actos de esta naturaleza se repitan. Nadie es capaz de preguntarse el motivo por el cual los mismos pasos que ellos proponen día tras día, durante mas de 40 años, no tienen ningún efecto y solo enardecen aun mas las llamas del conflicto. Nadie es capaz de entender que amenazas y sufrimiento solo ayudan a aglutinar más un pueblo sometido a la conquista y dominación. Ningún ministro es capaz de preguntarse de que manera afecta a los pobladores de Jerusalén Oriental las decisiones de construir nuevas viviendas para judíos en sus tierras usurpadas. Nadie fue capaz de pensar que las actuales leyes son suficientes para castigar a cualquier persona que cometa un crimen y a sus cómplices, inclusive familia, siempre y cuando se lleve a cabo un proceso judicial como corresponde a todo país de derecho. Cuando se trata de un criminal palestino el léxico es siempre el mismo, no importa si viene de boca de un oficialista o de un opositor. Demoler, aniquilar, cobrar precio, matar, cancelar derechos, deportar, hacer sufrir, cercar, limitar abastecimiento, redadas nocturnas con decenas de sospechosos encarcelados, restringir movimiento, atemorizar, dificultar, acosar, etc., etc. La casa del doctor Goldstein, judío de Kiriat Arba que asesinó años atrás a 29 árabes que rezaban inocentemente en Hebrón, quedó intacta y en el cementerio se erigió un monumento en su memoria. Es triste y penoso ver toda la capa del liderazgo israelí envuelta en un tornado de histeria política y reacciones emocionales. A ojo de cualquier analista da la impresión que perdieron totalmente los sentidos que deben regir a estadistas en momentos de crisis. Se parecen mas a un batallón perdido en el campo que ametralla en todas direcciones con ráfagas de cartuchos con decisiones histéricas que lo único que logran es satisfacer los profundos sentimientos de odio y venganza. Da la impresión que presenciamos un campeonato para ver el parlamentario más cruel o el que mas profundo puede hincar sus largas uñas de fobia y represalia. ¿Quién hubiese pensado que un tractorista es capaz de hacernos perder la cabeza? Ojalá me equivoque.
Fuente: Argentina.co.il
Tregua Israel-Hamás: Puede que sí, puede que no...
por Alberto Mazor
La tregua entre Israel y Hamás en Gaza, pactada luego de una intermediación de Egipto, entró en vigencia. El compromiso de los radicales palestinos consiste en suspender los lanzamientos de misiles y morteros hacia territorio israelí que durante varios años llevan efectuando Hamás y otras organizaciones islamistas, mientras que Israel acordó detener operativos militares de represalia sobre la franja y aflojar paulatinamente el bloqueo económico para posibilitar el ingreso de recursos y materiales diversos cuya carencia deterioró notablemente en los últimos tiempos las condiciones de vida de la población.
A simple vista, la tregua parecería una buena noticia, en la medida en que promete poner fin al sufrimiento de civiles palestinos e israelíes que, en ambos lados de la frontera, padecen los efectos de una guerra que no por ser de baja intensidad no ha dañado física y emocionalmente a miles y miles de personas atrapadas en un círculo cotidiano de violencia insoportable. Y es que, en efecto, el armisticio, si se mantiene, significa un respiro largamente anhelado que puede mejorar de forma inmediata la vida tanto de los israelíes que habitan en Sderot, Ashkelón y comunidades agrícolas de la zona, como la de los palestinos de Gaza.
La perspectiva de quienes se congratulan por la tregua se fundamenta porque consideran que dadas las circunstancias y las alternativas posibles, este cese de fuego era la menos mala de las opciones, aun a riesgo de abrir, en un futuro, nuevos y más peligrosos escenarios. Dentro de esta visión se confía en que la tranquilidad temporal conseguida derive pronto en un intercambio de prisioneros y en la liberación del cabo Guilad Shalit secuestrado hace dos años, acompañado de medidas que logren un control más efectivo en la frontera y que éste impida el rearme y la reorganización de las bandas islamistas.
Cabe destacar que el hecho de no incluir la liberación de Guilad Shalit como parte de la tregua, consiguió dividir y debilitar aun más a la ya confundida opinión pública israelí acerca del precio que Israel debería pagar para rescatar a sus soldados vivos o muertos que - en nombre del Estado - son enviados al frente de batalla e incondicionalmente ponen sus vidas en constante peligro. Este debate ético aumentó aun más sus decibeles al conocerse el acuerdo logrado entre Israel y Hesbollah que incluye la liberación de los soldados de reserva Eldad Reguev y Ehud Goldwasser, sin saber si están con vida - y cuyo secuestro determinó el inicio de la pasada guerra en el Líbano - a cambio de terroristas asesinos que cumplen largas condenas en cárceles israelíes.
Las recientes e inéditas declaraciones del ex Jefe del Estado Mayor de Tzáhal, Teniente General (retirado) Moshé Ya'alón, acerca de que todo soldado secuestrado o prisionero debe estar conciente y admitir que Israel tiene que determinar límites claros en los esfuerzos que está dispuesto a llevar a cabo para conseguir su liberación, y que su rescate no puede estar garantizado de antemano, consiguieron hacer temblar las bases fundamentales de la sociedad israelí acerca de la responsabilidad que ésta mantiene para con aquéllos que salen a defenderla.
La fragilidad del Gobierno de Olmert, acosado por una larga serie de investigaciones delictivas, sólo contribuye a aumentar más la confusión y a debilitar la posición israelí ante estas circunstancias, ya que la opinión pública asimila que decisiones cardinales son tomadas en base a intereses políticos de corto plazo sin tomar en cuenta concepciones estratégicas básicas.
Además, abundan los análisis que no concuerdan con este armisticio. Quienes lo desechan admiten que Hamás consiguió un resonante triunfo, ya que se encuentra ahora libre de presiones inmediatas sin haber aceptado siquiera reconocer el derecho a la existencia de Israel ni liberado a Shalit. Por lo demás, y aun cuando el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás, no lo haga explícito, la tregua en cuestión es una inyección de fuerza y popularidad para sus rivales de Hamás y una disminución en las capacidades de maniobra de su gobierno. De hecho, las encuestas de opinión pública palestina más recientes señalan un notable repunte de la popularidad de Hamás tras la tregua, lo que revierte las tendencias que se observaban antes de este acuerdo.
No cabe duda de que el nuevo escenario ha desplazado de golpe al frágil proceso negociador llevado en los últimos meses entre el Gobierno de Olmert y el de Abbás, proceso cuyas posibilidades de llegar a un acuerdo permanente que permita el establecimiento de un Estado palestino se ven ahora mucho más remotas de cara a este nuevo reforzamiento del protagonismo de Hamás.
Y, por supuesto, está la gran incertidumbre acerca de si el respiro brindado por el cese de fuego a Hamás no será aprovechado por esta organización y sus apoyos iraníes y sirios a fin de prepararse para una nueva ronda de ataques terroristas, la cual se libraría ya desde una plataforma armamentista mucho más abundante y ambiciosa. Este escenario es bastante posible dados los datos y características ideológicas del radicalismo islámico y dada también la declinación de las restantes alternativas que fueron sucumbiendo bajo el peso tanto de la agresividad fanatizada del gobierno de Gaza, como de la incapacidad de muchos de los actores regionales para neutralizar de forma efectiva a esta organización fundamentalista, responsable de sabotear todo aquello que apunte a un mejor futuro para su pueblo.
Fuente: Argentina.co.il
Quien trate de insinuar que él lo habría hecho mejor...
De todas las sucias maniobras en el mundo, la peor es insinuar que podría haber sido una negociación diferente. No vencimos en las conversaciones. Porque no hay vencedores. No perdimos en ellas, porque todos pierden.
Podríamos haber abarajado los términos otro año más, o dos años, pero habríamos llegado al mismo punto. Quien trate de insinuar que él lo habría hecho mejor, miente, y aún peor, él sabe que miente.
El principio que reza “no devolvemos terroristas vivos por soldados muertos” fue violado ya hace tiempo. Pero de todas maneras, nunca fue cierto. Cambiamos vida por vida. La vida de Samir Kuntar por la vida de la familia Goldwasser y la familia Regev. ¿Se trata acaso de flaqueza o fuerza? No existe una respuesta clara, pero así somos nosotros. Una cultura consagra la muerte y la otra santifica la vida.
Si a alguien le urge ver los cuerpos de los terroristas, se le invita a observar las fotos de 700 muertos de Hezbollah en la Segunda Guerra del Líbano. Ese es el precio real que tuvieron que pagar por una transacción confirmada en el Gobierno. No existe persona alguna en el Líbano, incluyendo Nasrallah, que piense hoy en día, que el secuestro fue una buena idea. La celebración que preparan en Beirut, después de la liberación de Kuntar, será quizás impresionante, pero ellos sabrán -aún mejor que nosotros- quien no podrá asistir a la fiesta.
¿Será que esta transacción preconiza algo sobre la negociación tan anhelada de Shalit? Parecería que no. En las tratativas de la Corte de Justicia, no existen precedentes. Cada caso por sí mismo. Por Eljanán Tenenbaum dieron en demasía, por Ron Arad por lo visto, ofrecieron demasiado poco.
La actual negociación fue elaborada bajo presión insostenible. Por parte del público, de las familias, de los medios de Comunicación. Cada uno tenía qué decir, y esto nunca es positivo. Uno de los reclamos centrales fue que titubean. Es bueno vacilar. Había porqué dudar. Finalmente se llegó a lo que se debía haber llegado. La demostración más fidedigna de ello, es que nadie está conforme.
Fuente: Traducido por Lea Dassa - Yair Lapid/Yediot Aharonot
por Alberto Mazor
La tregua entre Israel y Hamás en Gaza, pactada luego de una intermediación de Egipto, entró en vigencia. El compromiso de los radicales palestinos consiste en suspender los lanzamientos de misiles y morteros hacia territorio israelí que durante varios años llevan efectuando Hamás y otras organizaciones islamistas, mientras que Israel acordó detener operativos militares de represalia sobre la franja y aflojar paulatinamente el bloqueo económico para posibilitar el ingreso de recursos y materiales diversos cuya carencia deterioró notablemente en los últimos tiempos las condiciones de vida de la población.
A simple vista, la tregua parecería una buena noticia, en la medida en que promete poner fin al sufrimiento de civiles palestinos e israelíes que, en ambos lados de la frontera, padecen los efectos de una guerra que no por ser de baja intensidad no ha dañado física y emocionalmente a miles y miles de personas atrapadas en un círculo cotidiano de violencia insoportable. Y es que, en efecto, el armisticio, si se mantiene, significa un respiro largamente anhelado que puede mejorar de forma inmediata la vida tanto de los israelíes que habitan en Sderot, Ashkelón y comunidades agrícolas de la zona, como la de los palestinos de Gaza.
La perspectiva de quienes se congratulan por la tregua se fundamenta porque consideran que dadas las circunstancias y las alternativas posibles, este cese de fuego era la menos mala de las opciones, aun a riesgo de abrir, en un futuro, nuevos y más peligrosos escenarios. Dentro de esta visión se confía en que la tranquilidad temporal conseguida derive pronto en un intercambio de prisioneros y en la liberación del cabo Guilad Shalit secuestrado hace dos años, acompañado de medidas que logren un control más efectivo en la frontera y que éste impida el rearme y la reorganización de las bandas islamistas.
Cabe destacar que el hecho de no incluir la liberación de Guilad Shalit como parte de la tregua, consiguió dividir y debilitar aun más a la ya confundida opinión pública israelí acerca del precio que Israel debería pagar para rescatar a sus soldados vivos o muertos que - en nombre del Estado - son enviados al frente de batalla e incondicionalmente ponen sus vidas en constante peligro. Este debate ético aumentó aun más sus decibeles al conocerse el acuerdo logrado entre Israel y Hesbollah que incluye la liberación de los soldados de reserva Eldad Reguev y Ehud Goldwasser, sin saber si están con vida - y cuyo secuestro determinó el inicio de la pasada guerra en el Líbano - a cambio de terroristas asesinos que cumplen largas condenas en cárceles israelíes.
Las recientes e inéditas declaraciones del ex Jefe del Estado Mayor de Tzáhal, Teniente General (retirado) Moshé Ya'alón, acerca de que todo soldado secuestrado o prisionero debe estar conciente y admitir que Israel tiene que determinar límites claros en los esfuerzos que está dispuesto a llevar a cabo para conseguir su liberación, y que su rescate no puede estar garantizado de antemano, consiguieron hacer temblar las bases fundamentales de la sociedad israelí acerca de la responsabilidad que ésta mantiene para con aquéllos que salen a defenderla.
La fragilidad del Gobierno de Olmert, acosado por una larga serie de investigaciones delictivas, sólo contribuye a aumentar más la confusión y a debilitar la posición israelí ante estas circunstancias, ya que la opinión pública asimila que decisiones cardinales son tomadas en base a intereses políticos de corto plazo sin tomar en cuenta concepciones estratégicas básicas.
Además, abundan los análisis que no concuerdan con este armisticio. Quienes lo desechan admiten que Hamás consiguió un resonante triunfo, ya que se encuentra ahora libre de presiones inmediatas sin haber aceptado siquiera reconocer el derecho a la existencia de Israel ni liberado a Shalit. Por lo demás, y aun cuando el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás, no lo haga explícito, la tregua en cuestión es una inyección de fuerza y popularidad para sus rivales de Hamás y una disminución en las capacidades de maniobra de su gobierno. De hecho, las encuestas de opinión pública palestina más recientes señalan un notable repunte de la popularidad de Hamás tras la tregua, lo que revierte las tendencias que se observaban antes de este acuerdo.
No cabe duda de que el nuevo escenario ha desplazado de golpe al frágil proceso negociador llevado en los últimos meses entre el Gobierno de Olmert y el de Abbás, proceso cuyas posibilidades de llegar a un acuerdo permanente que permita el establecimiento de un Estado palestino se ven ahora mucho más remotas de cara a este nuevo reforzamiento del protagonismo de Hamás.
Y, por supuesto, está la gran incertidumbre acerca de si el respiro brindado por el cese de fuego a Hamás no será aprovechado por esta organización y sus apoyos iraníes y sirios a fin de prepararse para una nueva ronda de ataques terroristas, la cual se libraría ya desde una plataforma armamentista mucho más abundante y ambiciosa. Este escenario es bastante posible dados los datos y características ideológicas del radicalismo islámico y dada también la declinación de las restantes alternativas que fueron sucumbiendo bajo el peso tanto de la agresividad fanatizada del gobierno de Gaza, como de la incapacidad de muchos de los actores regionales para neutralizar de forma efectiva a esta organización fundamentalista, responsable de sabotear todo aquello que apunte a un mejor futuro para su pueblo.
Fuente: Argentina.co.il
Quien trate de insinuar que él lo habría hecho mejor...
De todas las sucias maniobras en el mundo, la peor es insinuar que podría haber sido una negociación diferente. No vencimos en las conversaciones. Porque no hay vencedores. No perdimos en ellas, porque todos pierden.
Podríamos haber abarajado los términos otro año más, o dos años, pero habríamos llegado al mismo punto. Quien trate de insinuar que él lo habría hecho mejor, miente, y aún peor, él sabe que miente.
El principio que reza “no devolvemos terroristas vivos por soldados muertos” fue violado ya hace tiempo. Pero de todas maneras, nunca fue cierto. Cambiamos vida por vida. La vida de Samir Kuntar por la vida de la familia Goldwasser y la familia Regev. ¿Se trata acaso de flaqueza o fuerza? No existe una respuesta clara, pero así somos nosotros. Una cultura consagra la muerte y la otra santifica la vida.
Si a alguien le urge ver los cuerpos de los terroristas, se le invita a observar las fotos de 700 muertos de Hezbollah en la Segunda Guerra del Líbano. Ese es el precio real que tuvieron que pagar por una transacción confirmada en el Gobierno. No existe persona alguna en el Líbano, incluyendo Nasrallah, que piense hoy en día, que el secuestro fue una buena idea. La celebración que preparan en Beirut, después de la liberación de Kuntar, será quizás impresionante, pero ellos sabrán -aún mejor que nosotros- quien no podrá asistir a la fiesta.
¿Será que esta transacción preconiza algo sobre la negociación tan anhelada de Shalit? Parecería que no. En las tratativas de la Corte de Justicia, no existen precedentes. Cada caso por sí mismo. Por Eljanán Tenenbaum dieron en demasía, por Ron Arad por lo visto, ofrecieron demasiado poco.
La actual negociación fue elaborada bajo presión insostenible. Por parte del público, de las familias, de los medios de Comunicación. Cada uno tenía qué decir, y esto nunca es positivo. Uno de los reclamos centrales fue que titubean. Es bueno vacilar. Había porqué dudar. Finalmente se llegó a lo que se debía haber llegado. La demostración más fidedigna de ello, es que nadie está conforme.
Fuente: Traducido por Lea Dassa - Yair Lapid/Yediot Aharonot