
CARTA DE UN ISRAELI A UN AMIGO EN LA ARGENTINA
Querido Osvaldo:
Hacés bien en no dejar a los patanes que piensen que nadie los está mirando.Sin embargo, quiero agregar otra perspectiva al informe este y al debate en torno a él. Quizá te sirva para alguna charla de café.Si se miran los últimos años de guerra entre los palestinos y nosotros como una partida de ajedrez, estuvimos un largo tiempo sometidos a jaque: ellos, contra todas las reglas de la guerra, se escudan detrás de sus propios civiles. Arsenales en mezquitas, cuarteles en hospitales, bases lanzacohetes en las terrazas de edificios de departamentos, etc. Detrás de sus peones, que las reglas de la guerra nos prohíben matar, todas sus piezas son reinas: hacen lo que quieren.Un jaque prolongado es, al final, mate - porque tu vida se transforma en un perpetuo correr para todos lados para que no te coman el rey. Pero mientras tanto, te van liquidando las fichas del tablero. Incluidos tus propios peones.En una situación así - en la cual el adversario no respeta regla alguna - no podés sequir jugando vos solo según las reglas del juego. La única salida es patear el tablero. Eso es lo que hicimos, no demasiado eficientemente, en Líbano II; mucho mejor en Plomo Fundido. Hecho: prácticamente no hay más cohetes de allá para acá. No más ajedrez unilateral.Por lo tanto, el informe de Goldstone - como tantos otros - no se puede contestar dentro del marco conceptual que él plantea, porque nuestros enemigos lloran de la risa leyéndolo. ¿Los árabes no respetan las reglas del juego? No por eso van a ganar.
Abrazo grandote,
Ari
Querido Osvaldo:
Hacés bien en no dejar a los patanes que piensen que nadie los está mirando.Sin embargo, quiero agregar otra perspectiva al informe este y al debate en torno a él. Quizá te sirva para alguna charla de café.Si se miran los últimos años de guerra entre los palestinos y nosotros como una partida de ajedrez, estuvimos un largo tiempo sometidos a jaque: ellos, contra todas las reglas de la guerra, se escudan detrás de sus propios civiles. Arsenales en mezquitas, cuarteles en hospitales, bases lanzacohetes en las terrazas de edificios de departamentos, etc. Detrás de sus peones, que las reglas de la guerra nos prohíben matar, todas sus piezas son reinas: hacen lo que quieren.Un jaque prolongado es, al final, mate - porque tu vida se transforma en un perpetuo correr para todos lados para que no te coman el rey. Pero mientras tanto, te van liquidando las fichas del tablero. Incluidos tus propios peones.En una situación así - en la cual el adversario no respeta regla alguna - no podés sequir jugando vos solo según las reglas del juego. La única salida es patear el tablero. Eso es lo que hicimos, no demasiado eficientemente, en Líbano II; mucho mejor en Plomo Fundido. Hecho: prácticamente no hay más cohetes de allá para acá. No más ajedrez unilateral.Por lo tanto, el informe de Goldstone - como tantos otros - no se puede contestar dentro del marco conceptual que él plantea, porque nuestros enemigos lloran de la risa leyéndolo. ¿Los árabes no respetan las reglas del juego? No por eso van a ganar.
Abrazo grandote,
Ari