GABRIELA MICHETTI RECUERDA A WALLENBERG
El Jueves 17 de enero a las 19:30 horas en Av. Figueroa Alcorta y Austria
El jueves 17 de enero a las 19:30 horas recordaremos el 63º aniversario de la desaparición de Raoul Wallenberg cuya gesta, así como las de otros miles de salvadores del Holocausto, inspira la misión educativa de nuestra Fundación. Mucho nos complace invitar a usted a recordar esta fecha significativa junto a la estatua de Raoul Wallenberg, ubicada en la esquina de la avenida José Figueroa Alcorta y la calle Austria. Este año la oradora invitada será Gabriela Michetti, Vicejefa de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Wallenberg es el mayor salvador de vidas de la historia y, además, es el paradigma moderno de la figura del detenido-desaparecido, tristemente popular en la Argentina. Su nombre remite a la solidaridad y al coraje cívico como valores universales que se contraponen al despotismo y al avasallamiento de las libertades individuales.Este homenaje formará parte de una serie de conmemoraciones mundiales organizadas y auspiciadas por nuestra organización.
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El más rico de Israel se va del país
La prensa israelí dio un gran espacio a la noticia de que el hombre más rico de Israel abandonaba el país rumbo a Londres. Casi todos, o la gran mayoría explicó de los ahorros Leviev obtendría en concepto de impuestos por su mudanza al Reino Unido.
La prensa israelí dio un gran espacio a la noticia de que el hombre más rico de Israel abandonaba el país rumbo a Londres. Casi todos, o la gran mayoría explicó de los ahorros Leviev obtendría en concepto de impuestos por su mudanza al Reino Unido.
Aquí una traducción de una nota de Jagai Segal aparecida en Makor Rishon sobre el tema que me pareció importante compartir con todos nuestros lectores.
“Ya pasaron dos semanas desde que se informó que Lev Leiev dejaba Israel, y no se llevó a cabo ninguna manifestación frente a sus ventanas. Todos están sorprendidos, pero nadie se manifiesta. El presidente se calla, el Primer Ministro se calla, los rabinos se callan, los escritores se callan y hasta los periodistas no abren la boca.
Alguna vez se habría producido un gran escándalo tras un hecho como este. El Primer Ministro hubiera criticado con dureza esta actitud increíble. Pero ahora hay silencio. En vez de criticar hay una tendencia a comprender.
Las ediciones de los periódicos de economía dan explicaciones financieras de los bajos impuestos en Londres, como si fuera natural que un judío se vaya de la Tierra de Israel con su familia para ahorrarse dinero de impuestos.
Aún en el caso de solo tener pan para comer, no hay motivo automático de asentarse en la Diáspora, y más aún cuando se trata del más rico Leviev.
Nuestros padres los ´jalutzim´, vivieron en la linea de pobreza desde el comienzo de Shabat hasta el comienzo del próximo Shabat, y de todas formas se aferraron a las tierras de la patria. No tenían avión privado de 55 millones de dólares, ni Africa Israel (la compañía inmobiliaria más grande de Israel), ni diamantes en Dubai. Ellos vivieron bajo el yugo de los impuestos otomanos, aún que no tenían ni una moneda. Prefirieron morir aquí antes que vivir allí.
Quien les pudiera contar que el hombre más rico en Israel nos deja por unos cuantos shkalim”.
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Palestinos que prefieren Israel
Los palestinos tienen un largo historial de apreciar a Israel que contrasta con su narrativa mejor conocida de vilipendio y no renuncia a su destrucción.
por Daniel Pipes
Los palestinos tienen un largo historial de apreciar a Israel que contrasta con su narrativa mejor conocida de vilipendio y no renuncia a su destrucción.
Lo primero viene siendo particularmente evidente últimamente, especialmente desde que el primer ministro de Israel, Ehud Olmert, liberase un globo sonda en octubre acerca de transferir ciertas áreas de predominio árabe de Jerusalén Este a la Autoridad Palestina. Como preguntaba de manera retórica a propósito de las acciones israelíes en 1967, "¿Fue necesario anexionar los campamentos de refugiados de Shuafat, al-Sawahra, Walajeh y otras aldeas, y a continuación afirmar que son parte de Jerusalén? Admito que uno puede plantear ciertas cuestiones legítimas sobre esto".
De golpe y porrazo, este comentario transformaba los comentarios pro-Israel teóricos en su mayor parte de los palestinos (para una muestra, véase mi artículo de 2005, " El infierno de Israel es mejor que el paraíso de Arafat") en activos y políticos.
En la práctica, las reflexiones de Olmert suscitaban algunas reacciones beligerantes. En palabras del titular informativo del Globe and Mail, " Algunos palestinos prefieren la vida en Israel: en Jerusalén Este, los residentes afirman que combatirán una entrega al régimen de Abbás". El artículo pone el ejemplo de Nabil Gheit, quien con dos estancias en cárceles israelíes y pósters de "el mártir Saddam Hussein" encima de la caja registradora de su tienda, se esperaría que saludase con alegría la perspectiva de zonas de Jerusalén Este pasando al control de la Autoridad Palestina.
No es así. Como mujtar de Ras Jamis, cerca de Shuafat, Gheit teme a la Autoridad Palestina y afirma que los demás y él lucharán contra una entrega. "Si hubiera aquí un referéndum, nadie votaría a favor de ingresar en la Autoridad Palestina... Tendría lugar otra intifada para defendernos de la Autoridad Palestina".
Dos encuestas dadas a conocer la pasada semana, Keevoon Research, Strategy and Communications y el periódico en lengua As-Sennara, recogen muestras representativas entre los adultos árabes israelíes del asunto de ingresar en la Autoridad Palestina, y corroboran lo que dice Gheit. Preguntados, "¿Preferiría ser usted ciudadano de Israel o de un estado palestino nuevo?" el 62% quiere seguir siendo ciudadano israelí, y el 14% desea ingresar en un estado palestino futuro. Preguntados, "¿Es usted partidario de transferir el Triángulo [una zona de predominio árabe en el norte de Israel] a la Autoridad Palestina?" el 78% se opone a la idea y el 18% es partidario de ella.
Ignorando los no sabe/ no contesta, los índices de los encuestados que prefieren permanecer en Israel son prácticamente idénticos -- el 82% y el 81% respectivamente. Gheit exagera al decir que "ninguno" quiere vivir en la Autoridad Palestina, pero por poco. Miles de residentes palestinos en Jerusalén que, temerosos de la Autoridad Palestina, han solicitado la ciudadanía israelí desde el comentario de Olmert corroboran adicionalmente su idea.
¿Por qué tamaño afecto por el estado al que célebremente condenan en los medios, en el entorno docente, en las aulas, en las mezquitas y las entidades internacionales, al que ellos aterrorizan a diario? Lo mejor es dejar que expliquen sus motivaciones en citas directas.
Consideraciones financieras: "No quiero tener nada que ver con la Autoridad Palestina. Quiero la seguridad social, las escuelas, todas las cosas que tenemos viviendo aquí", dice Ranya Mohammed. "Me iré y viviré en Israel antes que permanecer aquí y vivir bajo la Autoridad Palestina, incluso si ello significa tener un pasaporte israelí. He visto su sufrimiento en la Autoriza Palestina. Nosotros tenemos un montón de privilegios que no estoy dispuesta a abandonar”.
Ley y orden: Los habitantes de Gaza, observan los periodistas árabes israelíes Faiz Abbás y Mohamed Awwad, ahora "echan de menos a los israelíes, puesto que Israel es más compasivo que [los pistoleros palestinos] que ni siquiera saben porqué están luchando y matándose entre sí. Es como el crimen organizado".
"Mitnick" Criar niños: "Quiero vivir en paz y criar a mis hijos en una escuela pacífica", dice Jamil Sanduqa. “No quiero educar a mi hijo en tirar piedras o en Hamas”.
Un futuro más seguro: "Quiero seguir viviendo aquí con mi esposa y mi hijo sin tener que preocuparme de nuestro futuro. Por eso quiero la ciudadanía israelí. No sé lo que depara el futuro", dice Samar Qassam, de 33 años de edad.
Otros albergan inquietudes en materia de corrupción, derechos humanos, y hasta autoestima ("Cuando los judíos hablan de intercambiarme, es como si negasen mi derecho a ser una persona").
Estas opiniones serias no invalidan el feroz antisionismo que impera en Oriente Próximo, pero revelan que las cuatro quintas partes de esos palestinos que conocen Israel de primera mano comprenden los atractivos de una vida decente en un país decente, un hecho con implicaciones positivas e importantes.
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Mulás patriarcas, muftíes y Zapatero: ¿tiene España motivos de optimismo en el Líbano?
¿Sirve para algo España en el Líbano?
por George Chaya
Tras casi un año de rumores, tentativas, dimes y diretes, se produce por fin la visita del premier español José Luis Rodríguez Zapatero a las tropas españolas destacadas en el Líbano, como era de esperar ante la proximidad de las elecciones en España. Tras la visita de Su Majestad (sin Zapatero) a las tropas en Afganistán y los numerosos reveses diplomáticos internacionales sufridos por España por la gestión de Moratinos (épicos son los vídeos del ministro rebotando por los salones como una bola de billar), Zapatero parece utilizar un tema delicado en extremo para hacerse la foto. ¿Pero hay paz en el Líbano? ¿Hay motivos de esperanza en el Líbano? ¿Sirve para algo España en el Líbano?
Para responder a esta pregunta, los libaneses sólo necesitamos aportar un dato: desde que el pasado viernes 23 de noviembre el Presidente (pro-sirio) Emile Lahoud abandonase el Palacio Presidencial de Baabda, la primera cartera del país no sólo se encuentra acéfala, sino que por primera vez no está ocupada por un miembro de la comunidad maronita. Pocos analistas reparan en lo que significa este hecho, sin precedentes desde la independencia del Líbano en el año 1943, pero es obvio que la presencia de las tropas internacionales no ha tenido ningún efecto sobre la espiral de declive que sufre el país que otrora fuera “el París de Oriente Medio”.
El primer ministro Fouad Siniora, al que muchos libaneses se refieren abiertamente como “el títere saudí”, sigue vendiéndose en todo el mundo como “pro-occidental” gracias a la propaganda siria engrasada a golpe de petrodólar iraní. De su mano va el enemigo al que se supone que las tropas españolas mantienen contenido: Hezbolá.
La misión española ha sido protagonista asimismo de no pocos escándalos en la zona. No es culpa de los militares españoles, tan válidos como cualquier otro, sino que los reveses españoles han sido servidos en bandeja por la reconocidamente desastrosa gestión del Ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.
Apenas este verano, el periodista británico Nicholas Blanford, en un artículo titulado “Blue helmet blues”, sorprendía a tropas españolas escoltadas literalmente por efectivos de Hezbolá, para escándalo de cristianos libaneses e israelíes (que no de los españoles). Pese a que la práctica es común – el movimiento islamista escolta de igual manera al ejército libanés en las zonas del sur – el Ministro Moratinos no se ha sentido obligado hasta la fecha a ofrecer una explicación.
El origen de esta vergüenza es el 24 de junio, cuando el servicio sirio de Inteligencia (todo el mundo lo da ya por hecho, no estoy aportando nada nuevo) mataba a 6 militares españoles en un atentado.
El siguiente eslabón de la cadena tenía lugar en la reunión secreta de Moratinos con representantes sirios del movimiento islamista, que apareció en no pocos medios de habla inglesa. ¿Qué se pactó? Aunque no ha trascendido es probable que se trate de un pacto para evitar más bajas españolas que imposibilitasen vender como paz lo que hay en el sur del Líbano, sobre todo tras el veneno vertido en España por Zapatero contra Aznar por los muertos españoles en Irak. Que la cuestión de tropas españolas escoltadas por Hezbolá apareciera después de esa reunión confirma este punto.
El último varapalo español tenía lugar en octubre, aunque se oficializaba en la pasada cumbre de Annapolis. Durante la misma, circuló entre los mandatarios una carta, presuntamente de Moratinos al déspota sirio, en la que textualmente se afirma que España estaría dispuesta a oponerse a la postura de la Unión Europea, Estados Unidos y las Naciones Unidas y apoyar a la Liga Árabe en el retorno a Siria de la zona denominada “granjas de Sheba”. Bajo dominio israelí tras la guerra lanzada por Siria en el 67, la UE dicta que la región pertenece al Líbano, y la ONU lo reconoce como “territorio en disputa”. Por añadidura, Siria considera que “las granjas de Sheba” se extienden hasta Jerusalén. El efecto neto de la carta es que, según España, todo el norte de Israel pertenece a Siria. Metedura de pata o no, no deja de ser curioso que el país con los índices de antiamericanismo más elevados de Europa retirase las tropas de Irak por considerarlo “imperialismo” y ahora regale trozos de otros países a terceros por las buenas, si es que el escrito es real.
La carta aparece en varios blogs americanos de tinte electoral Demócrata, y no precisamente como ejemplo. A lo que habría que sumar las amenazas de Siria recogidas en la prensa española en caso de que España extradite a un traficante de armas sirio cercano a la familia Assad a Estados Unidos para ser juzgado.
La crisis institucional actual del Líbano es el epicentro del problema en la región, y no tiene nada que ver con las tropas españolas. Hoy el país está a la deriva, dirigido por un monstruo de tres cabezas cuya superposición inevitablemente conduce a la parálisis del gobierno y sus instituciones.
Es en virtud de este contexto, la parálisis libanesa cortesía de Siria, que el sur del Lïbano sirve de plataforma de desembarco para la guerrilla de financiación iraní por excelencia, Hezbolá. El Partido de Dios fue el origen de la guerra del verano de 2006 con Israel, y el mero hecho de que el movimiento islamista no aparezca mencionado expresamente en muchas de las circulares de prensa de agencias internacionales y sólo se mencione de pasada en las circulares de la Moncloa da fe del poder mediático de la influencia sirio-iraní. Si España no puede mentar a una de las partes, está claro que mucho menos va a poder servir de solución. Desde los servicios israelíes de seguridad hasta la agencia alemana de Inteligencia, no son pocos los actores internacionales que afirman no ya que Hezbolá se ha rearmado, sino que está mejor que antes de la guerra contra Israel que redujo a escombros el norte del estado judío y buena parte del Lê 2bano.
¿Tiene pues Zapatero motivos de optimismo? No. ¿Cuál es la solución? Dado que las tropas de la ONU no se encuentran amparadas por el Capítulo 7 de la organización, su capacidad de maniobra es no limitada, sino prácticamente nula. Esto no sólo facilita que la situación de tensa calma (que no “paz”) sea la misma de siempre, sino que precipita al polvorín libanés a la guerra. Romper con la arcaica mentalidad sectaria de la clase política libanesa y hacer avanzar al país en el secularismo puede resolver las problemáticas, pero esto no será posible con un Hezbolastán en el sur que a todos los efectos – libaneses, israelíes, internacionales – parece protegido por las tropas españolas.
Para sobrevivir, la democracia libanesa, debe dar un paso inteligente: los ciudadanos deberán abandonar definitivamente el concepto arcaico de “comunidades religiosas”, dejar de preguntar por la religión de una persona y reconocer un Estado centralizado, que hoy no es el caso, sobre todo con un estado independiente al sur protegido (“avalado”, según palabras de muchos) por tropas españolas.
El Líbano hoy es una región en la que los chiítas perciben a los sunnitas como obstáculo y a los cristianos como estorbo; los sunnitas perciben a chiítas y cristianos como minorías a subyugar por igual; y los cristianos se plantean cada vez más la emigración a causa de sunnitas y chiítas. En resumen: Mulás, patriarcas, muftíes y Zapatero.
En este contexto llega una visita irresponsable de Zapatero que parece más labor de relaciones públicas de cara a las elecciones de marzo en España que una visita seria como la de Su Majestad a Afganistán o Bush a Irak, y sólo va a servir para que Hezbolá se sienta aún más respaldado por España y más envalentonado. Zapatero ha cometido una irresponsabilidad.
George Chaya es docente y analista político de origen libanés y ex director de la oficina de prensa para Latinoamérica del movimiento democrático libanés.
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Contar la verdad al Presidente Bush
El Presidente Bush es un verdadero amigo de Israel.
por Isi Leibler
El Primer Ministro Olmert ha anunciado que en el curso de sus reuniones con el Presidente George W. Bush, además de discutir el tema de Irán, pretende tranquilizar al presidente con que Israel seguirá siendo altamente flexible y hará todo los esfuerzos por mejorar la situación de nuestro "socio de paz", Mahmoud Abbás.
Tal mensaje sería completamente inadecuado. Ahora es el momento de que nuestro primer ministro diga la verdad al Presidente Bush. Debería alertarle de que bajo las circunstancias actuales, no es probable ningún resultado significativo de nuestras negociaciones con los palestinos, y que plantear falsas expectativas podría ser altamente contraproducente.
El Presidente Bush es un verdadero amigo de Israel. En contraste con sus predecesores, reconoció en tiempos la naturaleza perversa y falsa de Yaser Arafat, suspendió relaciones y en la práctica le marginó. También puso fin a la era de equivalencia moral durante la cual los criminales palestinos y sus víctimas israelíes eran clasificados como componentes paritarios de un ciclo de violencia sin sentido. Además, Bush respaldó el derecho de Israel a fronteras defendibles, y se convertía en el primer líder occidental en afirmar que una vez que las fronteras estén establecidas, los hechos demográficos sobre el terreno habrán de ser tenidos en cuenta -- un respaldo claro a la conservación israelí de los bloques de asentamientos importantes. Y en Annapolis, a pesar de todas sus equivalencias, el presidente reiteró inequívocamente que Israel es "un estado judío", contradiciendo abiertamente a los palestinos, que prometían no llegar nunca a ningún acuerdo con una entidad judía.
En la práctica, a menos que la Casa Blanca invierta estas políticas, la historia juzgará al Presidente Bush como el presidente más proisraelí hasta la fecha, un líder que se resistió a las presiones de muchos de sus aliados partidarios de apaciguar a los palestinos y mantuvo valerosamente un enfoque de principios hacia el estado judío.
Lamentablemente, a lo largo del último año ha habido indicaciones claras de que el Departamento de Estado ha empezado a decantar su política en contra de Israel y volver a su estrategia de apaciguamiento anterior fracasada.
Los ofensivos comentarios expresados recientemente por la Secretario de Estado Condolizza Rice comparando el sufrimiento palestino con la discriminación que sufrió ella como afroamericana de los supremacistas blancos plasma la nueva postura de confrontación. También ha venido adoptando un lenguaje que recuerda a la equivalencia moral, dando a entender que ambas partes del conflicto son igualmente culpables.
La atmósfera se tensaba aún más cuando, la víspera de la visita presidencial, Rice describía los barrios residenciales judíos de Jerusalén Este -- mencionando expresamente Har Homa - como "asentamientos". Con Olmert cediendo impulsivamente a los americanos el papel de determinar la fidelidad a la hoja de ruta, se avecina una verdadera confrontación con Estados Unidos.
En una línea similar, las brutales presiones ejercidas a lo largo del último año por Rice contra Israel han conducido por primera vez a que se cuestione su papel como árbitro honesto. Esto acompañaba a una serie de difíciles exigencias a Israel de "aliviar el sufrimiento de los palestinos" realizando concesiones unilaterales adicionales que impactaron de manera desastrosa sobre la seguridad de Israel.
El ejemplo más claro fue la insistencia de que Israel abandonase el pasillo de Filadelfia, que permite el flujo de armamento a Gaza procedente de Egipto. Pero incluso al mismo tiempo que las armas comenzaban a entrar masivamente, Rice exigía que Israel redujera controles, liberase a terroristas, y proporcionase además a las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina armas que posteriormente se utilizaron contra israelíes.
Estas acciones ya han acabado formando parte del asesinato de civiles israelíes inocentes, e inevitablemente conducirán a más derramamiento de sangre.
Parte de estos cambios desastrosos podrían haberse evitado si el gobierno israelí hubiera mostrado algo de resistencia a las presiones norteamericanas iniciales. Lamentablemente, Israel se anticipó con frecuencia e incluso superó las demandas americanas.
Por ejemplo, era el Primer Ministro Olmert, no los americanos, el que prescindía de la exigencia en la hoja de ruta de que las milicias terroristas fueran disueltas antes del inicio de las negociaciones de estatus final. Era Israel el que solicitaba que el Congreso aliviase las condiciones que pretendía imponer en relación a la ayuda financiera a la Autoridad Palestina.
El apoyo de la opinión pública a Israel puede encontrarse en un máximo histórico en Estados Unidos, pero no es realista esperar que una administración norteamericana sea más partidaria de los requisitos de Israel en materia de seguridad que su propio gobierno.
Si fuera cualquiera menos Ehud Olmert, sería de esperar que el primer ministro de Israel instase al Presidente Bush a cumplir los principios fundamentales relativos a combatir el terror y el fundamentalismo islámico que a lo largo de los años ha venido promoviendo. En lugar de ceder ante socios de paz de fachada y sucumbir automáticamente a toda exigencia norteamericana, nuestro primer ministro debería haber apelado al presidente para frustrar las iniciativas del Departamento de Estado diseñadas para convertir a Israel en un cordero de sacrificio con el fin de compensar "la imagen general".
Al Presidente Bush se le debería recordar que la presencia israelí en Judea y Samaria no es el resultado de ninguna invasión israelí, sino la respuesta a la invasión árabe diseñada para borrar del mapa a Israel. Incluso de esta manera, la mayoría de los israelíes es partidaria hoy de la creación de un estado palestino; pero ciertamente no de la creación de una expansión del Hamastán.
Nuestro primer ministro debe ciertamente instar al Presidente Bush a exigir que los palestinos afronten la realidad. En las últimas semanas, 3 jóvenes israelíes han sido brutalmente asesinados por miembros de la milicia Fatah bajo el mando de Abbás. Ciertamente el Presidente Bush entiende que si bajo las actuales circunstancias Israel sigue realizando concesiones unilaterales, se está trasladando a los palestinos todos los mensajes equivocados. Si va a haber ningún proceso serio, el Presidente Bush tiene que exigir a Abbás que sustituya sus falsas palabras por acciones y desmantele de una vez las milicias terroristas bajo su jurisdicción.
También se debe recordar al presidente que la perversa incitación contra Israel no ha disminuido en ninguna de las instancias de la sociedad de los palestinos. Y que es inconsciente exigir que Israel colabore en la creación de un estado bajo cuya jurisdicción los shahids (terroristas suicida) siguen contando con todas las bendiciones y sus familias compensadas con pensiones públicas. Por no mencionar un sistema de educación que insta a los niños palestinos a aceptar que el martirio es un noble sacrificio mientras maten judíos.
Por encima de todo, nuestro primer ministro debe ser inflexible ante el Presidente Bush, que antes de que Israel considere más concesiones en el marco de un acuerdo de estatus final, los palestinos tienen que reconciliarse con Israel como estado judío. Habiendo proclamado recientemente que no iba a renunciar a este asunto, es ciertamente indignante que el Primer Ministro Olmert proclame ahora públicamente que está satisfecho porque "él piensa" que Abbás "acepta la existencia de Israel en el fondo". Mientras los palestinos insisten con su presunto derecho árabe de retorno, están proclamando realmente que nunca se van a reconciliar para coexistir con la soberanía judía. Esa sigue siendo la fuente de conflicto.
El Presidente Bush tiene ahora que tomar la palestra. Debería manifestar que no es ninguna figura decorativa diciendo públicamente la verdad a Abbás, insistiendo en que si sigue siendo o bien reticente o incapaz de tomar medidas para poner límite al terrorismo y la incitación, ya no puede ser calificado de socio de paz.
Finalmente, se debe recordar al Presidente Bush sus repetidas declaraciones advirtiendo de que el apaciguamiento del jihadismo solamente ha servido en cada uno de los casos para reforzar a los terroristas en todas partes. El apaciguamiento no solamente contradice la propia agenda del Presidente y amenaza con destruir su herencia, también simboliza la violación de todo lo que representa nuestra civilización.
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Los paralelos históricos de Bush
Durante su mandato como secretario de defensa del Presidente Bush, Rumsfeld comparada con frecuencia las decisiones en materia de política exterior de la administración con la de la administración Truman durante los primeros de la Guerra Fría.
por Caroline B. Glick
Durante su mandato como secretario de defensa del Presidente George W. Bush, Donald Rumsfeld comparada con frecuencia las decisiones en materia de política exterior de la administración con la de la administración Truman durante los primeros de la Guerra Fría. Mientras el Presidente George W. Bush realiza visitas a Israel, la Autoridad Palestina, Egipto, Arabia Saudí y los estados del Golfo con una agenda declarada de impulsar el objetivo del estado palestino, vale la pena examinar los logros del presidente Truman y compararlos con los del Presidente Bush.
El Presidente Harry S. Truman fue en algunos sentidos un presidente accidental. Elegido vicepresidente en el cuarto mandato en el cargo de Franklin Delano Roosevelt, ocupaba la presidencia cuando fallecía en abril de 1945, un mes antes de la victoria Aliada en Europa y cuatro meses antes de la rendición del Japón Imperial.
Mientras la guerra perdía importancia, Truman fue rápido en comprender la amenaza que el imperialismo soviético y la ideología comunista planteaban para la seguridad nacional norteamericana. Un mundo dominado por el comunismo sería un mundo en el que América, como estandarte de la libertad humana y las libertades, no podría estar segura. En consecuencia, reconocía que la inminente Guerra Fría entre la Unión Soviética y los Estados Unidos sería el enfrentamiento definitorio de la posguerra.
DURANTE SU MANDATO, Truman estableció los instrumentos de gobierno y los asuntos internacionales que, en los años posteriores, contendrían y confinarían la amenaza soviética. También tomó acciones militares para empezar a combatir a los soviéticos con la intención de obligar a retroceder al dominio soviético sobre Europa Central y Oriental y evitar que la Unión Soviética expandiera globalmente su influencia.
Truman estableció el Departamento de Defensa, el Consejo de Seguridad Nacional, las Fuerzas Aéreas y la Agencia Central de Inteligencia. Dispuso la Doctrina Truman, la cual evitó el dominio soviético sobre Grecia y Turquía y puso obstáculos al avance político de los comunistas en Francia e Italia. Creó la Organización del Tratado Atlántico Norte con el fin de proporcionar defensa militar a Europa Occidental. A través del Plan Marshall permitió la recuperación económica de posguerra de Europa Occidental.
Militarmente, Truman estableció la línea de abastecimiento a Berlín para garantizar el desarrollo económico de Alemania occidental como la piedra angular de la unidad europea occidental de posguerra frente a los soviéticos. También emprendió la Guerra de Corea para contener la expansión comunista en Asia.
Después de que los soviéticos sorprendieran a Estados Unidos con su logro de la bomba atómica en 1949, Truman pasó rápidamente a poner a prueba la bomba de hidrógeno. Además, rápido en darse cuenta de que con la llegada de la potencia nuclear soviética Estados Unidos ya no podía depender simplemente de su disuasorio nuclear para combatir a los soviéticos, Truman mejoró y desplegó las fuerzas convencionales norteamericanas, que en gran medida habían sido sentenciadas en la rápida desmovilización tras la Segunda Guerra Mundial.
EN EL FRENTE IDEOLÓGICO Y POLÍTICO, Truman trabajó para educar al pueblo americano acerca de la amenaza del comunismo y tomó medidas para extirpar del gobierno norteamericano a los agentes soviéticos. Truman también estableció la infraestructura para combatir a los soviéticos en una guerra de ideas dentro del bloque soviético. Fundó Radio Free Europe y Radio Libertad, las cuales llevaron los ideales, la cultura y las noticias fiables americanas directamente a la Unión Soviética y la Europa Central y Oriental controladas por los soviéticos.
Más allá de todo eso, Truman se ocupó de la burocracia de su política exterior cuando pensaba que sus miembros se equivocaban. Contra la estridente oposición de su popular secretario de estado George Marshall y lo que Truman llamaba "los conspiradores diplomáticos" en el Departamento de Estado, reconoció al Estado de Israel.
Para cuando abandonaba el cargo, pues, Truman había garantizado que Estados Unidos tenía el respaldo institucional y la voluntad política e ideológica para librar la Guerra Fría, y había mantenido el principio del control presidencial sobre la política exterior norteamericana.
AL IGUAL QUE TRUMAN, BUSH TAMBIÉN FUE EN CIERTOS SENTIDOS un presidente accidental. Su victoria electoral en la carrera presidencial del 2000 llegó a pesar de su fracaso a la hora de lograr el voto popular. También al igual que Truman, Bush se ha visto obligado a hacer frente a un estamento de la política exterior abiertamente hostil a sus objetivos declarados en materia de política exterior. Truman abandonaba el cargo con las cifras de popularidad más bajas de la historia moderna de los Estados Unidos. La guerra de Corea fue aplastantemente impopular y su sucesor, Dwight D. Eisenhower, basó su campaña al cargo en su promesa de sacar de Corea a las fuerzas americanas.
Aunque Bush era considerado un peso ligero de la política exterior cuando ocupaba el cargo, los ataques jihadistas del 11 de septiembre de 2001 contra América dejaron claro que la política exterior iba a dominar su presidencia. Y al igual que Truman, la herencia de Bush estaría determinada por su dirección de la guerra contra el nuevo combate contra la nueva lucha contra el fascismo islámico y la jihad global que marcaría una época.
Bush entiende esto claramente. En sus entrevistas con medios árabes e israelíes con vistas a su viaje a Oriente Próximo esta semana, Bush afirmaba que, al igual que Truman en su momento, espera que la historia le recuerde como el líder que identificó plenamente las amenazas del siglo XXI y sentó los cimientos institucionales, militares e ideológicos para la actual lucha del momento.
Pero aunque los paralelos históricos entre Bush y Truman están claros, al contrario que Truman, Bush no ha mantenido aún un rumbo claro para librar la guerra, y por tanto, con un año que le resta en el cargo, no ha garantizado que aquellos que le siguen vayan a tener bien las herramientas administrativas e internacionales para librar la guerra o la claridad para comprender que la guerra contra el fascismo islámico es en realidad el desafío central a la seguridad del nuevo siglo.
Desde el 11 de Septiembre, Bush ha realizado numerosos discursos que han indicado que en la práctica sí capta los desafíos de nuestro tiempo. En un discurso ante la National Endowment for Democracy en octubre de 2005 por ejemplo, el Presidente decía, "La ideología criminal de los radicales islámicos es el mayor desafío de nuestro nuevo siglo".
En ese discurso y varios más como este, Bush argumentaba que a los jihadistas se les debe negar el control sobre cualquier territorio; que no puede haber distinción entre jihadistas y sus estados patrocinadores - ambos deben ser derrotados - y que el mensaje de la democracia y la libertad humanas tiene que ser transmitido claramente en una guerra ideológica contra aquellos que predican la jihad.
Bush evitaba el apaciguamiento, afirmando "Ningún acto por nuestra parte suscitó la ira de los asesinos - y ninguna concesión, soborno o acto de apaciguamiento cambiará o limitará sus planes de asesinato.
"Por el contrario: ellos ponen sus miras en naciones cuyo comportamiento están convencidos de poder cambiar a través de la violencia. Contra un enemigo así sólo puede haber una respuesta eficaz: nunca retrocederemos, nunca abandonaremos, y nunca aceptaremos nada menos que una victoria total”.
Pero los discursos como este se han visto en gran medida reemplazados por las acciones del presidente. Con Al Qaeda y los Talibanes renacientes en Afganistán y Pakistán, y con las fronteras de Irak con Siria, Irán y Arabia Saudí aún sin garantizar, la definición asertiva por momentos del camino a la victoria del presidente se ha visto eclipsada en gran medida por los baches del camino.
TAMBIÉN PUES, aunque al igual que Truman, Bush se dispuso a sentar las herramientas institucionales para librar la larga lucha contra las fuerzas de la jihad, estas instituciones no han hecho nada por impulsar la causa. El Departamento de Interior no ha reducido la fuerza de los agentes islámicos de subversión en los Estados Unidos. Y el National Intelligence Directorate ha causado graves daños al objetivo primordial de Bush de evitar que Irán adquiera armas nucleares. En lo que ha sido denominado un asalto burocrático al poder presidencial de determinar la política exterior norteamericana, el [informe] National Intelligence Estimate acerca de Irán privaba a Bush de la capacidad política para actuar directamente con el fin de evitar que Irán adquiera armas nucleares.
La decisión la semana pasada del Departamento de Defensa de despedir a Stephen Coughlin, el único experto en derecho islámico en el estado mayor del Pentágono porque su informe documentado acerca del apoyo institucional musulmán norteamericano a la jihad enfurecía a las fuerzas pro-musulmanas en el Pentágono, es otra indicación más de que la burocracia de la política exterior está torpedeando con éxito la agenda del presidente.
Más importante, no obstante, es el hecho de que la nueva piedra angular de la agenda de política exterior de Bush es establecer un estado palestino. El apoyo de Bush al estado palestino, establecido por primera vez sólo dos meses después del 11 de Septiembre, siempre ha sido difícil de encuadrar con su reconocimiento de la jihad global y su ideología islámica radical como los desafíos centrales de nuestra era.
Después de todo, cuando América era atacada, los palestinos entraban en el segundo año de su jihad contra Israel. Los palestinos elogiaban aquellos ataques con placer público. Y ahora, después de que el pueblo palestino eligiera democráticamente a Hamas para representarles y transformaraó Gaza en una base de operaciones para terroristas globales; mientras los líderes de Fatah como Mahmoud Abbás rehúsan aceptar a Israel como estado judío y las fuerzas de seguridad oficiales de Fatah asesinaban impunemente a civiles israelíes, el principal objetivo de la política exterior de Bush en su último año en el cargo es establecer un estado palestino.
MIENTRAS QUE BUSH argumenta que hay que enseñar a los palestinos lo que pueden lograr si prescinden del terror y aceptan a Israel, él nunca menciona el precio que tienen que pagar por su constante y abierto apoyo a la destrucción de Israel y su apoyo a, e implicación en, la jihad global. En su trato pues de la guerra de los palestinos contra Israel y su papel central en la jihad global, Bush ha hecho más por socavar la coherencia de su reconocimiento a los desafíos del siglo XXI y su propia herencia dando forma a la guerra del mundo libre contra las fuerzas del terror y la jihad que nadie.
Truman está considerado hoy uno de los grandes presidentes americanos porque su claridad nítida y políticas consistentes en el cargo pusieron a Estados Unidos en el camino rápido a la victoria contra el comunismo soviético incluso mientras acciones específicas - como la Guerra de Corea - eran profundamente impopulares.
En su último año en el cargo, el desafío central de Bush es aclarar lo que él mismo ha permitido que se atasque en materia de la naturaleza del presente combate generacional. Desafortunadamente, a través de su compromiso con el estado palestino y su rechazo a hacer valer su propia política exterior frente a los deseos de una burocracia hostil, él no trae a la mente a Truman, sino a otro presidente que encabezó a su país en el cambio de signo de otra crisis constitutiva. Al igual que Bush, James Buchanan - el último presidente en ocupar el cargo antes de la Guerra Civil - comprendió la naturaleza de la tormenta que se avecinaba; pero en lugar de plantar cara a los peligros, se vio abrumado por ellos.
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Milagro y naturaleza en la historia de Israel
La vida de la persona de fe se encuentra en algún punto entre su esfuerzo por satisfacer sus necesidades a través de la diligencia humana, y la confianza en la Providencia Divina
por Rav Iaacov Filver
La vida de la persona de fe se encuentra en algún punto entre su esfuerzo por satisfacer sus necesidades a través de la diligencia humana, y la confianza en la Providencia Divina. La confianza en D's es una de las cualidades que caracterizan la plenitud humana, y podemos diferenciar entre dos tipos distintos: La fe sencilla, cuando la persona pretende que D's le haga un milagro cuando es necesario. Y la confianza continua, cuando la persona tiene fe - todo el tiempo, día a día - que D's lo ayudará en su esfuerzo natural, en su actividad humana.
Desde la Salida de Egipto la Providencia no dirige a Am Israel (el Pueblo de Israel) según un modelo único. En los cuarenta años del desierto, Am Israel fue dirigido según un modelo milagroso, sin ningún esfuerzo humano, como les fue dicho a la orilla del Iam Suf: "El Eterno luchará por ustedes, y ustedes callarán" (Shmot 14:14). Mientras que cuando entraron en Eretz Israel (la Tierra de Israel) encontramos episodios contradictorios: A veces justamente es alabada la iniciativa del pueblo, y a veces el intento de alcanzar la meta por medios naturales es calificado como negativo. En la lucha del poblado Ai (Ioshua, Cáp. 8), al principio de la conquista de la tierra, D's le exigió a Am Israel combatir en forma natural, según pautas humanas sencillas. Pero más tarde, en la época de los Shoftim (Jueces) le fue dicho a Guidón en el combate contra los midianitas: "Mas dijo el Eterno a Guidón, es mucho el pueblo que está contigo para que Yo entregue a Midian en sus manos, no sea que Israel se vanaglorie sobre Mí, diciendo mi mano me ha salvado" (Shoftim 7:4). Y Guidón tuvo que reducir su esfuerzo, y luchar un combate basado en el milagro. Y debemos aclarar: Cuándo hay que esforzarse, y cuándo hay que limitar nuestro esfuerzo y confiar en D's?.
La respuesta, es que el esfuerzo humano necesario depende de la situación moral del pueblo: El objetivo, es que el resplandor del reconocimiento de D's alumbre en su plenitud al mundo. Por ello, cuando la persona como particular o el pueblo en general se encuentran en una elevada situación moral – cuando la fe en D's y el cumplimiento de Sus mitzvot es algo obvio – la persona o el pueblo son capaces de reconocer la intervención Divina justamente a través de una dirección natural continua, que marcha a la par de una vida natural humana. De esa forma la persona utiliza sus facultades y fuerza física para alcanzar la plenitud humana: Esa es la plenitud más elevada del hombre, cuando siente la presencia de D's que se encuentra junto a él en toda situación y obra. D’s siempre se encuentra a su diestra ayudándolo, y es capaz de elevarse y reconocer los "milagros" que D's hace cada día. Ese reconocimiento acercará a la persona a su plenitud más aún que el milagro extraordinario, que le posibilita colmar su necesidad en un momento dado.
Pero no siempre el esfuerzo humano permitirá alcanzar esa plenitud. Cuando el pueblo desciende en su nivel y se sumerge en las vanidades del mundo material, no sólo que no es capaz de reconocer la ayuda de D's que actúa a través del esfuerzo humano, en forma natural, sino que también hay un peligro: Cuanto más éxito coseche, más se convencerá que "mi mano me ha salvado" – y entonces su esfuerzo sólo lo alejará más aún del reconocimiento de la Providencia Divina.
Por ello, en la Salida de Egipto – cuando el pueblo se encontraba sumergido en 49 portones de impureza, y su fe todavía no había madurado – la dirección milagrosa era la correcta, para acercar al pueblo al reconocimiento de D's y su vinculación con Él. Una dirección natural no podría hacerlos llegar a reconocer que la realidad es dirigida por la Providencia, y semejante reconocimiento sólo lo podían obtener a través de una dirección milagrosa. Después de 40 años en los que se les reveló la Shjina (manifestación de la Presencia Divina) en el desierto, cuando el pueblo ya se elevó en su fe, llegó el momento que se acostumbre a tomar la iniciativa y obrar según las pautas humanas naturales, en todos los campos de la vida, porque ya es capaz de reconocer a D's también a través de la naturaleza. Como dice el versículo: "Levantad vuestros ojos a lo alto, y mirad. Quién los ha creado a ellos?" (Ishaya 40:26). Por ello, al principio de la conquista de Eretz Israel, en la guerra de Ai, Am Israel ya estaba acostumbrado a los milagros, y era capaz de reconocer la mano de D's. En esa situación lo mejor para la nación y su plenitud era acostumbrarlos a ocuparse ellos mismos de su éxito – porque la plenitud más elevada para la persona como particular y para la nación en general es que alcance sus metas con su propio esfuerzo y facultades. Esa es la voluntad de D's: Nos ordenó elevarnos y alcanzar nuestra plenitud a través de nuestro esfuerzo, cumpliendo las mitzvot y estudiando la Torá. Pero en la época de los Shoftim, cuando el pueblo cayó muy por debajo en su nivel espiritual olvidando a D's, su Salvador, no era capaz de reconocer una salvación Divina a través de medios naturales. Y por ello en la época de Guidón les fue ordenado limitar el esfuerzo humano, para que "no sea que Israel se vanaglorie sobre Mí, diciendo mi mano me ha salvado". Y de esa forma les será evidente la salvación de origen Divino - a través del milagro.
Majon Meir
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Shfaram participara en el 60° Aniversario de Israel
Contradiciendo a numerosos poblados arabes que anunciaron su boicot a los festejos por el 60° aniversario de la independencia del Estado de Israel, el intendente de Shfaram anuncio oficialmente que dicha ciudad arabe justamente se unira a los festejos. No puede ser que criemos a nuestros hijos en el odio a Israel, dijo.El anuncio fue hecho por el intendente de la ciudad, Orsen Yassin, en el acto de inauguracion de la sede del partido Kadima en la ciudad.
El intendente Yassin llamo tambien a los jovenes arabes de todo el pais a enrolarse en el Ejercito de Defensa de Israel. No puede ser que continuemos educando a nuestros hijos en los valores del odio a Israel. Es sencillamente imposible dijo Yassin en su discurso.
En el acto se emitio un discurso grabado del Primer Ministro israelo y lider de Kadima, Ehud Olmert, en el que dijo que el gobierno esta comprometido a hacer todo lo posible por llegar a un dialogo sincero con los palestinos. Agrego que no se olvida por un solo momento de los arabes de Israel: haremos un gran esfuerzo para resolver los graves problemas que sufre el sector arabe, dijo.
Se trata de la primera sede del partido Kadima en el sector no judio. El Ministro de Seguridad Interior, Avi Dijter, participo en el acto, y llamo a los arabes de Israel a participar en los festejos del 60° aniversario.
Si no participan en los eventos del 60° Dia de la Independencia, festejaran el 70° Dia de la Independencia y el 80°, porque no tenemos, ni nosotros, ni los ciudadanos musulmanes, ni los ciudadanos drusos, ni los ciudadanos cherquesianos, ni los ciudadanos cristianos, adonde ir. Este es nuestro pais, y el de ellos, dijo Dijter.
[Povesham - Noti-Israel]