Otra visión periodística de Israel y nosotros, los estupendos europeos
Por Jorge Marirrodriga para Guysen International News

Los españoles ya somos islámicos (qué bien). Hay un país donde.
1-) El ministro de Exteriores organiza una cena con motivo del final del Ramadán. No se le ocurre sin embargo acudir a las celebraciones de la Semana Santa cristiana y del Yom Kippur no digamos. Detalles…
2-) Cuando se producen manifestaciones contra Israel son las más numerosas de su región geográfica. Numerosos estatementos de la vida cultural y política se adhieren a declaraciones y manifiestos en los que se califica a Israel de "Estado genocida". En las manifestaciones se lanzan gritos a favor de organizaciones como Hamás y Hezbolá y se puede ver a individuos armados imitante a militantes de estar organizaciones.

3-) Con motivo del aniversario de la Segunda Guerra Mundial hay medios de amplísima difusión que dan gran cobertura a gente que asegura que Churchill fue a la guerra obligado por los judíos, que la Guerra Mundial hubiera acabado antes y bien (sea lo que sea eso) si no hubiera sido por la presión judía y que el Holocausto es una invención de los años 70.

4-) El primer ministro no duda en utilizar prendas que representan al movimiento árabe cuando hay un conflicto armado con Israel.

5-) Y la guinda. Hugo Chávez se toma un descanso en su misión divina de dejar Venezuela a la altura de los pechos de un lagarto y se pega una gira por países como Libia, Siria e Irán. Siendo el país de al que nos referimos en esta entrada el último de su Bolivarian Tour Democracy 2009.

Sinceramente, un servidor no comprende el porqué los líderes de Al Qaeda repiten de vez en cuando en sus mensajes aquello de que hay que expulsar a los infieles también de Al Andalus. Sería lógico si España fuera un país decididamente occidental pero no lo es (salvo en el mapa si se mira desde Teherán, claro). Y a las pruebas me remito. Madonna necesita gafas ¡Qué decepción! Madonna ha dado un concierto en Tel Aviv ante 50.000 personas (perdón, 50.000 israelíes) y además de cometer la tropelía de actuar en Israel (perdón, en la Entidad sionista) se le ha ocurrido decir que ese país (fruto del "orden injusto consagrado por las potencias vencedoras de la Guerra Mundial", que diría Ahmanideyah) es el "centro de energía del mundo".Está claro que el éxito le ha sentado mal y que no se entera de nada. Claro, es americana. Si fuera una artista española nunca diría esas cosas, ni se le ocurriría actuar en Tel Aviv. Ni vería esa ciudad como una de las más vibrantes del Mediterráneo con unas calles en las que se escucha hablar prácticamente en todos los idiomas y con unas ganas de vivir que sorprenden a cualquier visitante. No, a Tel Aviv no hay que ir y ya está. Y que no se preocupe por el dinero de las 50.000 entradas que los sionistas pagaron para ver el concierto. El Gobierno español ya le daría alguna subvención. Está claro que Madonna necesita gafas. Las gafas del prejuicio que usamos aquí. Para que vea las cosas claras.

El periodismo (sobre Israel), un misterio Un hecho de ayer. Soldados israelíes mataron a un chico palestino de 14 años. Muchos periodistas/opinadores se ponen como perros en celo cuando llega un despacho de agencia con este titular así. El titular cabe perfectamente en los rótulos que pasan las cadenas de televisión de noticias permanentes y para otros medios es el despiece perfecto a las informaciones donde se juntan las palabras "primer ministro israelí" y "corrupción". Vamos, la guinda del pastel. Vale, es verdad que el chico estaba arrojando un coctel molotov a los soldados. Que si está haciendo eso, en vez de jugar al fútbol o tontear con chicas, es porque alguien le ha animado y le puesto la botella con gasolina en la mano. Alguien para quien la vida de un chaval no vale nada y es sacrificable por la causa porque hacen falta mártires. Bueno, que los espectadores saquen estas conclusiones ellos solitos (aunque lo más probable es que su conclusión sea "los soldados israelíes son unos asesinos). En cualquier caso, esto es noticia.

Otro hecho de ayer. La policía egipcia mata a un hombre y hiere una mujer que formaban parte de un grupo de 13 africanos que intentaban entrar en Israel desde Egipto. ¿Terroristas? No, inmigrantes ilegales que buscan una vida mejor y trabajo precisamente en Israel. ¿Pero no habíamos quedado en que Israel es un país donde reina el apartheid y que si no eres judío y blanco vives en la semiesclavitud? Pues no es lo que piensan miles de inmigrantes ilegales africanos que cada año buscan asilo en Israel. E incluso lo piensan entre ellos los mismos palestinos. Una militar encargada de la seguridad del muro-valla-lo-que-sea en la zona de Kalkiria le explicaba a este periodista en mayo que el 99% de los palestinos que había tratado de entrar en Israel por su zona saltando la valla en el último año buscaban trabajo. (y que ella estaba para impedir que el 1% restante cumpliera sus criminales objetivos). ¡Joder que hay trabajo en Israel y nosotros con el 20% de los españolitos mano sobre mano tratando de pillar los 400 euros del Gobierno! Bueno, pues un hombre que sólo buscaba una vida mejor en Israel ha muerto a tiros. Pero esto no es noticia. El periodismo sobre Israel es un misterio. Historia a la española (así nos va)

Como saben los lectores, el 1 de septiembre, se cumplen 70 años del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Los soldados alemanes levantando la barrera de la frontera de Polonia confirmaban la profecia de Winston Churchill: "Os han dado a elegir entre la vergüenza y la guerra. Habeis elegido la vergüenza y ahora tendreis la guerra". Palabras que convendría recordar de vez en cuando en nuestra comodona Europa. El caso es que Televisión Española, la que pagamos todos los españoles, emitió el domingo un reportaje sobre el asunto que da muestra de la irrealidad en la que se está sumiendo a la sociedad española. Nos están sirviendo alcohol de garrafa asegurando que es Johnny Walker y encima la factura la pagamos nosotros. Según el documental resulta que todos los bandos tenían sus pecadillos y que la Guerra Mundial "se abre con el horror" de la expansión nazi y "se cierra con el horror" que los Estados Unidos provocan con sus bombas atómicas. Tan sutil como un pedo en la ópera: los nazis y los americanos son lo mismo. Más, un historiador ponía la habitual gota antisemita subrayando que las cámaras de gas se habían inventado para matar a locos y deficientes "y no a los judíos". Coño (presunto) profesor, que una verdad a medias es peor que una mentira. ¿A qué no adivina con quién emplearon el método a escala industrial? No, claro, a usted le dieron el título antes de llegar a esa parte. Sigue el reportaje. Ni una palabra de los seis millones de judíos asesinados (aunque hay imágenes en las que se hablaba "del horror de los campos de concentración") pero sí una mención especial a los dos millones de soldados alemanes muertos en la contienda. Fin. Menos mal que esta vez no soltaron la cantinela de los últimos años de que los republicanos españoles liberaron París. Una reflexión: ¿Pero quién cojones manda en la televisión que pagamos todos los españoles? ¿Goebbels? ¿Pero va a resultar ahora que los americanos y los nazis eran iguales? ¿Y los judios de qué murieron? ¿De risa? ¿Y quiénes están enterrados en los cementarios de Normandía y del Norte de África? ¿Jovencitos yanquis que venían de juerga? ¿Seguimos la corriente absurda de deslegitimar la Victoria (con mayúsculas) de la Segunda Guerra? ¿Y yo estoy pagando esa mierda? Había prometido moderar el lenguaje después de las vacaciones, pero solo se me ocurren tres palabras ante tal bazofia disfrazada de información: Hay que joderse. Adjunto dos fotos en las que se ve de qué pie cojeaba el Gran Mufti de Jerusalén. Vamos todo un progre europeo de los de ahora. Huelga decir que esto no salía en el reportaje.
Jorge Marirrodriga - Periodista que trabaja para un importante diario español. Ha realizado coberturas en Israel, Gaza, Cisjordania, Iraq o Afganistán entre otros lugares de Oriente Medio. Y ahora opina de lo que ha visto.