LA EXPULSION DE LA UNIVERSIDAD ARIEL EN ESPAÑA


Universidad israelí y botellón español
Por Jorge Marirrodriga para Guysen International News

Los españoles somos unos incomprendidos. Resulta que la decisión del Gobierno español de expulsar a la universidad israelí de Ariel de un concurso de arquitectura por razones políticas ha causado malestar en algunos sectores que sin duda se mostrarían más comprensivos si se les explicaran las cosas.
1-) Verán, los españoles somos un pueblo muy culto. No se crean eso de que tenemos el índice de fracaso escolar más grande de Europa, el 31%, el doble que los demás. Para nada. De hecho aquí es raro quien no tiene un familiar que ha ganado el Nobel de Física o de Química. O ambos. ¿No tenemos acaso más premios Nobel que cualquier otro país, no sé, Israel por ejemplo? Somos tan listos que ya no nos hace falta ni estudiar, ni que vengan estudiantes. Por eso el Gobierno basa su plan para la juventud española en dos palabras: condón y botellón.

2-) El Gobierno español ha expulsado a la Universidad de Ariel porque considera que la existencia de Ariel es ilegal ya que está en Cisjordania. Y es que los españoles sabemos mucho de construcciones ilegales. De hecho el país de Europa con más construcciones ilegales es… ¡España! En parques nacionales, en terrenos públicos, en playas… El país es un catálogo de infracciones. Claro que como no se llaman asentamientos judíos no pasa nada.
3-) Al Gobierno le preocupa mucho el dinero público. Por eso ha retirado los 600.000 euros con los que iba a financiar el proyecto de los estudiantes de la Universidad de Ariel. Casualmente es la misma cifra que otorga al año a la Embajada Palestina en Madrid para que pueda funcionar. Como se imaginarán los españoles preferimos que nuestro dinero pague el teléfono y las juergas diplomáticas antes que financiar un proyecto de investigación universitaria. ¡Que esto es España señores! Encerronas mentales Andan el periodismo y el analismo europeos cabreadísimos por la reunión que mantendrán Benjamín Netanyahu y Mahmoud Abbas con Barack Obama, primero por separado y luego juntos. Es lo que sucede cuando la ideología nos impide ver la realidad; primero viene el cabreo, y luego el callejón sin salida. Durante meses hemos sido bombardeados por informaciones y análisis que pintaban a Netanyahu como un enemigo del diálogo del que no se podía esperar nada bueno. Unos análisis que negaban deliberadamente una característica que Netanyahu aprendió de Sharon en el Likud: el pragmatismo. Su decisión de seguir construyendo en Cisjordania y el en Este de Jerusalén llenó de regocijo a muchos a los que se les llena la boca de “paz”, pero deben sus carreras a la guerra. Ellos mismos se autodefinen como “expertos en el conflicto” lo que les permite escribir artículos y acudir a tertulias y conferencias… y cobrar por ello. Y ahora va Netanyahu, este intolerante, este halcón, este “jarro de agua fría para el proceso” y acude a Washington en cuanto Obama le llama… a dialogar. Y a dialogar con Abbas, el “gran traidor a la causa palestina” porque no quiere llevar a los suyos por la senda del delirio de Hamás. Poco importa que su estrategia haya servido para que en estos meses mejoren considerablemente la economía y la vida cotidiana en Cisjordania. Aquí nos importa un huevo cómo vivan los palestinos. Que lo importante es la causa, la nuestra claro, no la de los palestinos de a pie. ¡Joder que la cosa con Abbas está mejorando! ¿Pero no habíamos quedado en que Hamás representa a la verdadera voluntad de los palestinos? ¿Conclusión? Definir el encuentro como una encerrona. Y venga a repetirlo estos días machaconamente. Quienes así lo afirman, tranquilamente instalados en la comodona Europa, desean que no salga nada bueno de la entrevista. Se les acabaría el chollo. La encerrona es la suya, pero mental. En el fondo, en el fondo, lo que más les jode es que Obama, sigue peleando en Afganistán y que, en cuanto ha podido, se haya ido a veranear al lugar más pijo de Estados Unidos. Break point al antisemitismo español El antisemistismo español, cuya punta de lanza son numerosas ONGs y "plataformas", muchas de las cuales viven gracias a nuestro dinero, se ha marcado un exitazo este fin de semana. Y es que durante días se han realizado llamamientos al boicot de la semifinal de la Copa Davis entre España e Israel. Se trataba de demostrar el rechazo del pueblo español a Israel, ya saben, ese Estado genocida y racista que no tiene derecho a existir, dejando la pista vacía. Los suecos (hay que ver lo buenas que están las suecas y lo cabronazos que son los suecos) ya lo habían hecho en su elminatoria cerrando al público "por cuestión de seguridad" los partidos. Aquí se trataba de ser mas chulos y dejar solos a los tenistas. Además las mismas organizaciones habían aireado la llegada de "cientos de agentes del Mossad" a la sede de la eliminatoria. Y hasta algún periódico se había hecho eco de tan fiable noticia. Bueno pues el resultado ha sido este.No se engañen. En las fotos no hay españoles. Son todos agentes del Mossad, incluyendo al juez de silla y a los vendedores de agua. Es más, varias pelotas de tenis eran en realidad agentes del Mossad ¿acaso no vieron que daban botes sospechosos a favor de los israelíes? Sólo el que todo fuera un teatrillo sionista explica, por ejemplo, que Andy Ram, nacido en Uruguay, se ganara con su simpatía al público que le coreaba "¡Messi, Messi!" cuando tocaba la pelota de tenis con el pié. Lo dicho, un triunfo del antisemitismo español. Ahora a poner la mano para recibir el dinerito público correspondiente, que para eso nos van a subir los impuestos. ... y un milagro en Ramadán En nuestra Europa los hay que critican el que nuestros soldados estén en Afganistán apuntalando “un fraude electoral”, pero al mismo tiempo aplauden a Mahmoud Ahmanideyah que sigue en el poder gracias a un fraude como un castillo. Y es que ayer Ahmanideyah presidió en Teherán las celebraciones del día de Jerusalén eufemismo que esconde el día contra Israel. Y ocurrió lo siguiente: --Mientras Ahmanideyah repetía ante miles de sus seguidores “Muerte a Israel”, en las calles de Teherán otros miles gritaban “Muerte al dictador”. --Mientras Ahmanideyah aseguraba que “el Holocausto es una mentira” apenas dos calles más allá la multitud coreaba “Mentiroso, mentiroso”. El Ramadán también trae sus milagros