
Los diplomáticos occidentales salieron de la sala cuando Ahmadinejad habló en
Objeto de ataques al cada vez más sospechoso programa nuclear de su país y por repudio a sus dichos sobre el Holocausto.Ahmadinejad habló ante una cámara medio vacía, mientras actuaba como si fuera una víctima acorralada por "la decadencia" de occidente y el mundo en desarrollo al que los fanáticos religiosos tanto temen.
Al tiempo, los reiterados, punzantes e irónicos ataques del líder iraní sobre Israel, los Estados Unidos y Occidente, provocaron la salida de la delegación de EE.UU.
Como se trata de un fanático religioso, el discurso estuvo salpicado de referencias religiosas, invocando a los profetas del judaísmo, el cristianismo y el Islam. Sin embargo, la mayor parte de su discurso se centró en sus temas habituales, duros ataques verbales contra Israel y contra Occidente.
En cuanto a los asuntos internos, Ahmadinejad insistió en que ganó por una "gran mayoría" en las elecciones de junio. Afuera de