
Mahmud Ahmadinejad, el Presidente carcelero
Por Constance Le Bihan para Guysen International News
La detención de una universitaria francesa por “espionaje”, el pasado 1 de julio en Teherán, viene a completar la larga lista de periodistas, militantes de la oposición o diplomáticos que sufrieron la cólera del primer matón de Irán, Mahmud Ahmadinejad. Obviamente con desordenes paranoicos, el Presidente reelegido hizo de las cárceles iraníes su arma diplomática contra las “injerencias” occidentales.
Se llama Clothilde Reiss. En la actualidad, detenida en la prisión de Evine, la joven francesa de 23 años, estudiante del Instituto de estudios políticos de Lille según el diario “Le Figaro”, lamenta quizá haber aceptado este puesto de lectora de francés en la Universidad de Ispahan, en Irán. El pasado 1 de julio, cuando se preparaba para volver a Francia después de cinco meses en el país de los Mollahs, es detenida por la policía. Motivo de la inculpación: espionaje. “Se trata del envío de fotografías tomadas con un teléfono móvil. No es espionaje, no puede ser. Esta acusación es absurda”, declaró el Ministro de Asuntos Exteriores francés, Bernard Kouchner. El Quai d'Orsay exigió la “liberación inmediata” de la estudiante, beneficiaria de una beca del Instituto francés de investigación en Irán. Según fuentes cercanas al expediente, la francesa habría participado en las terribles manifestaciones que tuvieron lugar en la capital iraní después de la controvertida reelección de Mahmud Ahmadinejad, el pasado 12 de junio, y envió las fotografías con su teléfono móvil. Para Bernard Kouchner, Clothilde Reiss “es una joven profesora que hacía su trabajo, que fue testigo de manifestaciones como millones de iraníes”. Espías, conspiradores o agentes secretos de Bruselas o Washington, los occidentales son sospechosos, para Teherán, de ser la causa del conflicto anti Ahmadinejad. Fueron detenidos, el 28 de junio, 9 empleados locales de la embajada británica en Teherán. Ahmad Jannati, jefe de la más alta instancia electoral de Irán, había anunciado que iban a ser llevados a juicio por “estar involucrados en los motines”. Fueron liberados ocho empleados de nueve, después de la convocatoria del 3 de julio de los embajadores de Irán por parte de los países de la Unión Europea, entre ellos Francia y Gran Bretaña. El jefe de la diplomacia británica, David Miliband, anunció que el último empleado no estaba bajo ninguna inculpación real y legal. Debería ser liberado rápidamente. También detenido por su papel en las manifestaciones, fue liberado el periodista grecobritánico del Washington Time, Lason Athanasiadis-Foden, después de diez días de detención. Teherán había informado que los medios de comunicación occidentales, “portavoces” de los “motines”, estarían en “jaque-mate”.Los ciudadanos iraníes no son objeto de la misma clemencia. Ya que la ola de detenciones no contempla sólo a los occidentales sino también a los “enemigos del interior”, partidarios de los candidatos de la elección presidencial, Mir Hossein Moussavi y Mehdi Karoubi. Este jueves 25 de junio, el diario iraní Etetmad informaba sobre la detención de 70 periodistas y universitarios que apoyaban la campaña de Mir Hossein Moussavi. Poco antes, las autoridades iraníes habían indicado que procederían a la detención de 475 personas presentes en las manifestaciones. El pasado 29 de junio, la ONG Amnistía Internacional declaró estar preocupada por la generalización de la tortura contra los prisioneros políticos iraníes. La multiplicación de las “confesiones” televisadas de varios manifestantes, reconociendo haber sido teledirigidos por medios de comunicación occidentales, habría puesto a la organización en la pista…Tras su liberación, la periodista iranoamericana, Roxana Saberi, había confesado las duras condiciones de su detención. Liberada después de 100 días en la prisión, la joven dijo estar “trastornada y apenada” por los recientes acontecimientos. “Algunos son torturados físicamente, lo que no fue mi caso”, declaró la periodista durante una rueda de prensa organizada por una ONG de defensa de los derechos humanos.
Por Constance Le Bihan para Guysen International News
La detención de una universitaria francesa por “espionaje”, el pasado 1 de julio en Teherán, viene a completar la larga lista de periodistas, militantes de la oposición o diplomáticos que sufrieron la cólera del primer matón de Irán, Mahmud Ahmadinejad. Obviamente con desordenes paranoicos, el Presidente reelegido hizo de las cárceles iraníes su arma diplomática contra las “injerencias” occidentales.
Se llama Clothilde Reiss. En la actualidad, detenida en la prisión de Evine, la joven francesa de 23 años, estudiante del Instituto de estudios políticos de Lille según el diario “Le Figaro”, lamenta quizá haber aceptado este puesto de lectora de francés en la Universidad de Ispahan, en Irán. El pasado 1 de julio, cuando se preparaba para volver a Francia después de cinco meses en el país de los Mollahs, es detenida por la policía. Motivo de la inculpación: espionaje. “Se trata del envío de fotografías tomadas con un teléfono móvil. No es espionaje, no puede ser. Esta acusación es absurda”, declaró el Ministro de Asuntos Exteriores francés, Bernard Kouchner. El Quai d'Orsay exigió la “liberación inmediata” de la estudiante, beneficiaria de una beca del Instituto francés de investigación en Irán. Según fuentes cercanas al expediente, la francesa habría participado en las terribles manifestaciones que tuvieron lugar en la capital iraní después de la controvertida reelección de Mahmud Ahmadinejad, el pasado 12 de junio, y envió las fotografías con su teléfono móvil. Para Bernard Kouchner, Clothilde Reiss “es una joven profesora que hacía su trabajo, que fue testigo de manifestaciones como millones de iraníes”. Espías, conspiradores o agentes secretos de Bruselas o Washington, los occidentales son sospechosos, para Teherán, de ser la causa del conflicto anti Ahmadinejad. Fueron detenidos, el 28 de junio, 9 empleados locales de la embajada británica en Teherán. Ahmad Jannati, jefe de la más alta instancia electoral de Irán, había anunciado que iban a ser llevados a juicio por “estar involucrados en los motines”. Fueron liberados ocho empleados de nueve, después de la convocatoria del 3 de julio de los embajadores de Irán por parte de los países de la Unión Europea, entre ellos Francia y Gran Bretaña. El jefe de la diplomacia británica, David Miliband, anunció que el último empleado no estaba bajo ninguna inculpación real y legal. Debería ser liberado rápidamente. También detenido por su papel en las manifestaciones, fue liberado el periodista grecobritánico del Washington Time, Lason Athanasiadis-Foden, después de diez días de detención. Teherán había informado que los medios de comunicación occidentales, “portavoces” de los “motines”, estarían en “jaque-mate”.Los ciudadanos iraníes no son objeto de la misma clemencia. Ya que la ola de detenciones no contempla sólo a los occidentales sino también a los “enemigos del interior”, partidarios de los candidatos de la elección presidencial, Mir Hossein Moussavi y Mehdi Karoubi. Este jueves 25 de junio, el diario iraní Etetmad informaba sobre la detención de 70 periodistas y universitarios que apoyaban la campaña de Mir Hossein Moussavi. Poco antes, las autoridades iraníes habían indicado que procederían a la detención de 475 personas presentes en las manifestaciones. El pasado 29 de junio, la ONG Amnistía Internacional declaró estar preocupada por la generalización de la tortura contra los prisioneros políticos iraníes. La multiplicación de las “confesiones” televisadas de varios manifestantes, reconociendo haber sido teledirigidos por medios de comunicación occidentales, habría puesto a la organización en la pista…Tras su liberación, la periodista iranoamericana, Roxana Saberi, había confesado las duras condiciones de su detención. Liberada después de 100 días en la prisión, la joven dijo estar “trastornada y apenada” por los recientes acontecimientos. “Algunos son torturados físicamente, lo que no fue mi caso”, declaró la periodista durante una rueda de prensa organizada por una ONG de defensa de los derechos humanos.