
Proyecto israelí contra el poder del petróleo de Oriente Medio
Visionarios se dedican a ayudar a detener la adicción norteamericana a las petroleras extranjeras y disminuir el enorme poder ejercido por los productores de petróleo de Oriente Medio.Dorón Levi, director de la empresa de energía alternativa Galten es uno de ellos y supervisa, en Ghana, un proyecto que produce combustible de las semillas de una perenne planta africana conocida como jatrofa.La jatrofa, dice Levi, es rica en petróleo y no compite con los cultivos alimentarios por lo que es una muestra ideal para los biocarburantes. En Ghana está trabajando con alrededor de 30 productores para crecer y cultivar el producto que puede dar lugar a uno de los más importantes biocombustibles del mundo.Galten tiene su sede en Israel, pero optó por Ghana, donde la jatrofa ya crece. "Estamos trabajando de acuerdo con el plan de crecimiento de las plantas. Hemos construido un vivero, pero no es fácil en Africa", destacó.Con un contrato de arrendamiento de 200 hectáreas de tierra en Ghana, los fundadores de la empresa, Levi y su compañero Jonas Shlomi, ahora el CEO de Galten, tienen grandes planes para las semillas de jatrofa como bio-combustible.Aunque el método de extracción es secreto, destacó Levi, los expertos comentaron que la planta, que vive alrededor de 30 a 40 años, es una rica fuente de bio-combustible. Sus semillas contienen 35 por ciento de aceite, pero la extracción presenta limitaciones, según el empresario.Según Galten sólo una tonelada de bio-combustible se puede extraer de 0.8 hectárea de cultivos comestibles como el maíz o la soja, mientras que tres toneladas de bio-combustible pueden ser producidas en la misma cantidad de superficie de plantas de jatrofa. La empresa espera que se pueda iniciar la producción de biocombustibles en alrededor de dos o tres años.Galten fue fundada en 2006 en la localidad de Kadima, Israel. Según sus cálculos, el método de extracción no sólo produce una alta calidad de biocombustibles, sino que también reduce las emisiones de dióxido de carbono, que son secuestradas y almacenadas por la planta.Finalmente, los tallos y otras biomasas creadas por la planta podrían ser utilizados como bio-combustible y están trabajando en el desarrollo en ese sentido. Empresas internacionales ya están interesadas, como una de Brasil y una refinería en Europa.
Visionarios se dedican a ayudar a detener la adicción norteamericana a las petroleras extranjeras y disminuir el enorme poder ejercido por los productores de petróleo de Oriente Medio.Dorón Levi, director de la empresa de energía alternativa Galten es uno de ellos y supervisa, en Ghana, un proyecto que produce combustible de las semillas de una perenne planta africana conocida como jatrofa.La jatrofa, dice Levi, es rica en petróleo y no compite con los cultivos alimentarios por lo que es una muestra ideal para los biocarburantes. En Ghana está trabajando con alrededor de 30 productores para crecer y cultivar el producto que puede dar lugar a uno de los más importantes biocombustibles del mundo.Galten tiene su sede en Israel, pero optó por Ghana, donde la jatrofa ya crece. "Estamos trabajando de acuerdo con el plan de crecimiento de las plantas. Hemos construido un vivero, pero no es fácil en Africa", destacó.Con un contrato de arrendamiento de 200 hectáreas de tierra en Ghana, los fundadores de la empresa, Levi y su compañero Jonas Shlomi, ahora el CEO de Galten, tienen grandes planes para las semillas de jatrofa como bio-combustible.Aunque el método de extracción es secreto, destacó Levi, los expertos comentaron que la planta, que vive alrededor de 30 a 40 años, es una rica fuente de bio-combustible. Sus semillas contienen 35 por ciento de aceite, pero la extracción presenta limitaciones, según el empresario.Según Galten sólo una tonelada de bio-combustible se puede extraer de 0.8 hectárea de cultivos comestibles como el maíz o la soja, mientras que tres toneladas de bio-combustible pueden ser producidas en la misma cantidad de superficie de plantas de jatrofa. La empresa espera que se pueda iniciar la producción de biocombustibles en alrededor de dos o tres años.Galten fue fundada en 2006 en la localidad de Kadima, Israel. Según sus cálculos, el método de extracción no sólo produce una alta calidad de biocombustibles, sino que también reduce las emisiones de dióxido de carbono, que son secuestradas y almacenadas por la planta.Finalmente, los tallos y otras biomasas creadas por la planta podrían ser utilizados como bio-combustible y están trabajando en el desarrollo en ese sentido. Empresas internacionales ya están interesadas, como una de Brasil y una refinería en Europa.