HOMENAJE


Sempo Sugihara 1900/1986

Sempo Sugihara nació el 1 /1/ 1900 en Yaotsu, Japón. Se licenció en literatura inglesa en la Universidad Waseda , de Nagoya. En 1919 ingresó en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Su primer destino, (1924) fue Harbin, China donde estudió ruso y alemán. Allí se casó con una rusa, de la que se divorció posteriormente, en 1935.En 1932 fue nombrado Cónsul del ministerio de asuntos exteriores del gobierno de Manchuria. Renunció a su puesto en protesta por el trato dado por el gobierno japonés a la población local china. En 1935 regresa a Japón y se casa con Yukiko Kikuchi.En marzo de 1939, fue enviado a Kaunas, capital de Lituania, para abrir un servicio consular. Kaunas era un punto estratégico entre la Unión Soviética y Alemania. Parte de su labor consistía en informar al gobierno japonés de los movimientos de tropas soviéticas y alemanas. Cuando Sugihara apenas se había instalado en su nuevo puesto, los ejércitos nazis invaden Polonia y una ola de refugiados judíos se moviliza hacia Lituania. Consigo llevaban escalofriantes historias acerca de las atrocidades alemanas cometidas con la población judía. Lituania, hasta el momento de la guerra, había sido un enclave relativamente tranquilo y próspero para los judíos, la mayoría de los cuales no habían creído del todo sobre la magnitud del plan de exterminio nazi. Las cosas comenzaron a cambiar en junio de 1940, cuando los soviéticos invadieron Lituania. Los soviéticos permitirían a los judíos polacos únicamente emigrar fuera de Lituania a través de la Unión Soviética si disponían de visados.En ese terrible contexto, el Cónsul japonés Sugihara se convirtió en el centro de un desesperado plan de supervivencia. El destino de miles de familias dependía ahora de su decisión. En julio de 1940, los soviéticos ordenaron a las embajadas extranjeras que abandonaran Kaunas, casi todas obedecieron de inmediato. Sugihara, en cambio, logró quedarse otras tres semanas. Exceptuando al Cónsul Honorario holandés, Chiune Sugihara era ahora el único cónsul extranjero que quedaba en la capital lituana.La última oportunidad que les quedaba a los refugiados eran dos colonias de Holanda en el Caribe, Curaçao y Guyana Holandesa (hoy Surinam). Allí no se exigían condiciones demasiado rigurosas para lograr entrar. El Cónsul holandés había obtenido una autorización para sellar sus pasaportes con permisos de entrada. Pero para llegar a estas islas los refugiados necesitaban atravesar la URSS , cuyo cónsul accedió a dejarlos pasar bajo una condición: además del permiso de entrada holandés, necesitarían obtener una visa de tránsito del consulado japonés, ya que debían atravesar el imperio nipón.A finales de julio, Chiune Sugihara y su familia amanecieron con una multitud de refugiados reunidos fuera del consulado. Desesperados ante la inminente llegada de los nazis, sabían que su única escapatoria pasaba por huir hacia el este, vía Japón. Chiune Sugihara se sintió tocado por la urgencia de los refugiados. Sin embargo, no contaba con el permiso oficial de su gobierno para emitir cientos de visas. Las tres veces que Sugihara solicitó autorización para emitirlas, recibió la misma negativa del Ministerio del Exterior en Tokio. El gobierno japonés mantenía una estricta neutralidad respecto a los judíos Discutió entonces la cuestión con su esposa e hijos. Limitado por la obediencia sentía el deber de ayudar al necesitado. Era conciente de que desafiar las órdenes de sus superiores le podrían acarrear el ser despedido y deshonrado. Temió por la vida de su esposa, Yukiko, y por las de sus hijos pero, finalmente, obedeció al mandato de su conciencia: Firmaría los visados sin contar con el permiso de Tokio.Desde el 31 de julio hasta el 28 de agosto de 1940, Sempo y Yukiko Sugihara pasaron interminables horas escribiendo y firmando visas a mano. La gente aguardaba haciendo fila durante el día y la noche. Continuó emitiendo documentos incluso hasta el momento de la partida del tren que lo llevaría desde Kovno hasta Berlín, el 1º de septiembre de 1940. Cuando el tren dejó la estación, entregó su sello oficial a un refugiado, quien así podría salvar a otros judíos.Una vez que recibían sus visas, los refugiados se trasladaban a Moscú en tren, y de ahí a Vladivostok en el ferrocarril transiberiano. Desde allí, la mayoría continuó hacia Kobe (en donde había una importante comunidad judía), Japón, ciudad en la que se les permitió permanecer por varios meses. Luego fueron enviados a Shangai, China. El gobierno alemán presionó al japonés para que detuviese o eliminase los judíos huidos, pero éste ultimo gobierno los protegió. Al terminar su labor en Lituania, el Ministerio de Asuntos Exteriores decidió posponer una sanción a Sugihara ante la necesidad de sus servicios. Así, fue enviado al consulado general en Praga, en 1941 y posteriormente a Bucarest. Cuando las tropas soviéticas entraron en Rumania, Sugihara y su familia fueron encarcelados. Liberados año y medio más tarde, regresaron a Japón en 1946En 1947 renunció a su cargo. Oficialmente se trató de una reorganización tras el final de la guerra. En un principio solo encontró trabajo de media jornada como traductor e intérprete. Se estableció en Fujisawa, preceptura de Kanagawa. Trabajó en una compañía exportadora. Estuvo trabajando en Moscú durante dos décadas.con un seudónimo para evitar que las autoridades soviéticas le reconociesen como uno de los negociadores en el tema del ferrocarril de ManchuriaJehoshua Nishri, uno de los supervivientes de Lituania logró contactar con él en 1968. Tenía diez años cuando logró salir del país con uno de aquellos visados. Sugihara fue invitado a visitar Israel al año siguiente. Fue galardonado por este país con el Premio Yad Vashem en 1985.