
De aquí y de allá
El calor estival y el ambiente vacacional no son aliciente alguno para escribir sobre temas serios. A eso se debe el largo silencio que ha mantenido este rincón, el que trata ahora de superarlo con algunos apuntes sobre lo más importante lo ocurrido recientemente.
Celebramos que por el momento se mantiene la tranquilidad en Shderot y la zona adyacente a ese antro de iniquidad que conocemos como la Zona de Gaza, aunque el Hamás mantiene su actitud tan beligerante como siempre. Ahora parece ser que en esa lastimada región se ocupan principalmente de velar para que las mujeres se cubran debidamente, y para castigar con la dura ley de Corán a las infracciones que puedan cometer. Y el otro día un padre asesinó brutalmente a su hija divorciada de 27 años en Gaza… porque poseía un teléfono celular, con el que aparentemente conversaba con un hombre que no era de la familia. Ese individuo, de ser juzgado, es susceptible de ser condenado a una pena de entre seis meses y tres años de prisión. Mientras tanto la UN, que ya no tiene lo qué hacer, ha dado a conocer un informe en el que critica el modo como Israel atacó a los terroristas de esa calaña en el operativo Plomo Fundido. Desde siempre el judío siempre ha tenido la culpa: ahora es el israelí el chivo expiatorio de turno.
Tenemos un conflicto con Washington sobre la edificación en Jerusalén, que parece indicar que tanto EE.UU. como la UE no tienen idea de lo que significa para nosotros la capital de nuestro país. No solamente los voceros de la derecha, sino que también comentaristas israelíes de tendencia más liberal han comenzado a criticar el giro de la política estadounidense, y lamentando que la administración de Obama intente componer sus relaciones con el mundo musulmán a costa de Israel. La semana que concluye hoy ha sido testigo de la presencia en este país de importantes personalidades norteamericanas, en lo que se atribuye es una fase adicional de esas presiones. Con todo, incluso las esferas de izquierdista están acordando su apoyo al Primer Ministro Netaniahu en su negativa de acceder a las exigencias de Washington, sobre todo si se trata de su pretensión que cese la edificación judía en Jerusalén. ¡Se habrá visto!
No baja del tapete la cuestión iraní. Mientras que siguen en ebullición las tensiones de los opositores, se afirma que muchos de ellos han sido arbitrariamente ajusticiados por el régimen fundamentalista, como es la norma en cualquier régimen totalitario, Teherán sigue dando fuerte a quienquiera ose alzar la voz contra el corrupto sistema electoral. Además, ante la impasibilidad del mundo sigue con su carrera armamentista nuclear yendo hacia una situación que sería insostenible a ojos israelíes. Fuentes extranjeras han interpretado la llegada al puerto de Eilat de dos barcos de guerra israelíes, como una advertencia de que Jerusalén toma en serio la opción que menos quisiera llevar a cabo.
Las estadísticas económicas son ahora mejores que las publicadas a fines de 2008, y suben los precios de la vivienda de conformidad con el aumento del coste de la vida. En una semana la Bolsa de Valores acusa un aumento del 10%, y en general las perspectivas son ahora mejores que hace seis meses. Pero la desocupación sigue siendo la espina más dolorosa de esa crisis, y aunque un país como España, por ejemplo, acusa una tasa doble que la nuestra: 18% en lugar del 9%, ello no es ninguna compensación para quien ha perdido su puesto de trabajo y no encuentra otro empleo.
Algunos elementos ultraortodoxos, que esperamos sean los más marginados de la sociedad israelí, han realizado en julio una serie de violentas manifestaciones por razones poco razonables, lo que no ha contribuido al prestigio de la minoría ortodoxa a ojos de la mayoría laica. Se debe insistir en que se trata de un tema muy delicado que es fundamental para convivencia de unos y otros. Si no hay un medio de coexistir entre los dos bandos, y uno de ellos recurre a los violencia, se puede crear un conflicto de muy serias consecuencias.
En este azulejo estival fluye la vida como siempre. En plenas vacaciones multitudes de Israel hacen turismo interno y, en especial, externo. Principalmente e Turquía y Grecia, que están cerca y son baratos, pero también a lugares tan lejanos como Barcelona, que se ha convertido en un lugar preferente para visitar. El otro día un diario tan serio como es el Haaretz dedicó un largo artículo sobre el auge de la cava catalana entre la juventud de este país: resulta que el pequeño Israel importa más vino espumante de origen catalán que incluso países tales como Polonia.
Mientras tanto, allá en el otro costado del Mediterráneo, terroristas vascos demuestran a los españoles lo que significa el terrorismo: dos sangrientos atentados en tantos otros días, y uno de ellos en uno de los más concurridos centros turísticos de la hermosa Mallorca. Es de lamentar que tal cosa ocurra, y como israelíes bien sabemos lo que ello significa. Tal vez le haga pensar a algún que otro habitante de la península, si acaso somos tan desconsiderados con quienes es nos han cometido semejantes barbaridades durante años. Y son el agravante que no solamente quieren un Estado que hace tiempo hubiera podido tener, sino que éste esté cubierto por las tumbas de quienes esperan poder sacrificar en el proceso.
Moshé Yanai
Celebramos que por el momento se mantiene la tranquilidad en Shderot y la zona adyacente a ese antro de iniquidad que conocemos como la Zona de Gaza, aunque el Hamás mantiene su actitud tan beligerante como siempre. Ahora parece ser que en esa lastimada región se ocupan principalmente de velar para que las mujeres se cubran debidamente, y para castigar con la dura ley de Corán a las infracciones que puedan cometer. Y el otro día un padre asesinó brutalmente a su hija divorciada de 27 años en Gaza… porque poseía un teléfono celular, con el que aparentemente conversaba con un hombre que no era de la familia. Ese individuo, de ser juzgado, es susceptible de ser condenado a una pena de entre seis meses y tres años de prisión. Mientras tanto la UN, que ya no tiene lo qué hacer, ha dado a conocer un informe en el que critica el modo como Israel atacó a los terroristas de esa calaña en el operativo Plomo Fundido. Desde siempre el judío siempre ha tenido la culpa: ahora es el israelí el chivo expiatorio de turno.
Tenemos un conflicto con Washington sobre la edificación en Jerusalén, que parece indicar que tanto EE.UU. como la UE no tienen idea de lo que significa para nosotros la capital de nuestro país. No solamente los voceros de la derecha, sino que también comentaristas israelíes de tendencia más liberal han comenzado a criticar el giro de la política estadounidense, y lamentando que la administración de Obama intente componer sus relaciones con el mundo musulmán a costa de Israel. La semana que concluye hoy ha sido testigo de la presencia en este país de importantes personalidades norteamericanas, en lo que se atribuye es una fase adicional de esas presiones. Con todo, incluso las esferas de izquierdista están acordando su apoyo al Primer Ministro Netaniahu en su negativa de acceder a las exigencias de Washington, sobre todo si se trata de su pretensión que cese la edificación judía en Jerusalén. ¡Se habrá visto!
No baja del tapete la cuestión iraní. Mientras que siguen en ebullición las tensiones de los opositores, se afirma que muchos de ellos han sido arbitrariamente ajusticiados por el régimen fundamentalista, como es la norma en cualquier régimen totalitario, Teherán sigue dando fuerte a quienquiera ose alzar la voz contra el corrupto sistema electoral. Además, ante la impasibilidad del mundo sigue con su carrera armamentista nuclear yendo hacia una situación que sería insostenible a ojos israelíes. Fuentes extranjeras han interpretado la llegada al puerto de Eilat de dos barcos de guerra israelíes, como una advertencia de que Jerusalén toma en serio la opción que menos quisiera llevar a cabo.
Las estadísticas económicas son ahora mejores que las publicadas a fines de 2008, y suben los precios de la vivienda de conformidad con el aumento del coste de la vida. En una semana la Bolsa de Valores acusa un aumento del 10%, y en general las perspectivas son ahora mejores que hace seis meses. Pero la desocupación sigue siendo la espina más dolorosa de esa crisis, y aunque un país como España, por ejemplo, acusa una tasa doble que la nuestra: 18% en lugar del 9%, ello no es ninguna compensación para quien ha perdido su puesto de trabajo y no encuentra otro empleo.
Algunos elementos ultraortodoxos, que esperamos sean los más marginados de la sociedad israelí, han realizado en julio una serie de violentas manifestaciones por razones poco razonables, lo que no ha contribuido al prestigio de la minoría ortodoxa a ojos de la mayoría laica. Se debe insistir en que se trata de un tema muy delicado que es fundamental para convivencia de unos y otros. Si no hay un medio de coexistir entre los dos bandos, y uno de ellos recurre a los violencia, se puede crear un conflicto de muy serias consecuencias.
En este azulejo estival fluye la vida como siempre. En plenas vacaciones multitudes de Israel hacen turismo interno y, en especial, externo. Principalmente e Turquía y Grecia, que están cerca y son baratos, pero también a lugares tan lejanos como Barcelona, que se ha convertido en un lugar preferente para visitar. El otro día un diario tan serio como es el Haaretz dedicó un largo artículo sobre el auge de la cava catalana entre la juventud de este país: resulta que el pequeño Israel importa más vino espumante de origen catalán que incluso países tales como Polonia.
Mientras tanto, allá en el otro costado del Mediterráneo, terroristas vascos demuestran a los españoles lo que significa el terrorismo: dos sangrientos atentados en tantos otros días, y uno de ellos en uno de los más concurridos centros turísticos de la hermosa Mallorca. Es de lamentar que tal cosa ocurra, y como israelíes bien sabemos lo que ello significa. Tal vez le haga pensar a algún que otro habitante de la península, si acaso somos tan desconsiderados con quienes es nos han cometido semejantes barbaridades durante años. Y son el agravante que no solamente quieren un Estado que hace tiempo hubiera podido tener, sino que éste esté cubierto por las tumbas de quienes esperan poder sacrificar en el proceso.
Moshé Yanai