
Como destruir Naciones Unidas
Dr. Eduardo Kohn
El 29 de noviembre de 1947,la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó por mayoría la creación de dos Estados, uno judío y otro árabe. Israel aceptó la propuesta, la Liga Arabe la rechazó, y 60 años después, el fervor de la Liga Arabe por destruír a Israel ha desembocado en un interminable conflicto.
Sin embargo, la misma Naciones Unidas, su misma Asamblea General (hoy lógicamente con más países que hace seis décadas) ha establecido que el día que el organismo internacional decidió la creación de dos Estados, sea hoy un día dedicado a vituperar, insultar, amenazar, menoscabar a Israel y a hacer todo lo posible para que las conversaciones bilaterales entre Israel y la Autoridad Palestina y todos los esfuerzos de Estados Unidos y Europa alrededor de ese proceso sean dinamitados por exposiciones de odio ilimitado y falsedades multiplicadas.
Si ya es triste de por sí el rol que la Asamblea General se ha autoadjudicado permitiendo que en su recinto se agreda impunemente a uno de sus Estados miembros, mucho más triste y rechazable ha sido lo que ha permitido que sucediera este año, cuando el propio Presidente de la Asamblea General ha realizado una apología del odio antijudío, muy previsible que surja desde su persona, pero absolutamente descalificador para las Naciones Unidas como tal.
El Presidente de la Asamblea General de la ONU, el ex sacerdote católico nicaragüense Miguel D´Escoto Brockmann, acusó a Israel de apartheid e hizo un llamamiento "a una campaña de boicot, desinversión y sanciones" contra Israel.
Durante el denominado Día de Solidaridad con el Pueblo Palestino celebrado el lunes 24 de noviembre en la ONU, D'Escoto Brockmann afirmó también que "nuestros hermanos y nuestras hermanas palestinos están siendo crucificados" por Israel.
Miguel D'Escoto Brockmann acusó a Israel de apartheid dos veces el pasado lunes, una por la mañana en la reunión anual del Comité de Naciones Unidas sobre el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino, y otra en la Asamblea General de la tarde.
"Esta mañana he hablado sobre el apartheid y sobre lo similares que son las políticas que aplica Israel en los territorios palestinos y las del apartheid de los primeros tiempos en otro continente. Creo que es muy importante que nosotros, Naciones Unidas, utilicemos este término", afirmó.
Cuando el Presidente de Irán habló en la Asamblea General en setiembre pasado, el mismo Presidente de Irán que niega el Holocausto y que ha declarado decenas de veces que hay que borrar a Israel del mapa, D´Escoto lo abrazó con efusividad, lo felicitó y concurrió a una cena en honor del Sr. Ahmadinejad.
El Sr. Presidente de la Asamblea General de la ONU es coherente con su accionar ideológico, y lo seguirá siendo, no hay por qué dudarlo. Pero su período como Presidente terminará y pocos recordarán su pasaje por el mismo.
Quien queda y permanece es las Naciones Unidas.
El Organismo internacional que creó el Estado de Israel pero que permite que a Israel se le de un trato infame en sus Comisiones y plenarios.
El Organismo internacional que resolvió que el 27 de enero de cada año debe ser conmemorado como Día Internacional de Recordación del Holocausto del Pueblo Judío y que debe condenarse toda forma de negación del Holocausto, pero escucha desde sus podios al Presidente de irán negando el Holocausto año tras año.
El Organismo internacional que permite que su Presidente de turno inste al boicot contra un Estado miembro y lo acuse de prácticas racistas, y es incapaz de llamar al orden a sus miembros que usan su podio central para mentir, falsear e incitar.
D´Escoto llegó a este cargo que ocupa por un año con el voto de toda América Latina.
Hasta el momento de escribir este comentario no se ha escuchado ninguna voz latinoamericana diciendo que las Naciones Unidas donde Oswaldo Aranha, Enrique Rodríguez Fabregat y Jorge García Granados honraron su existencia y su valor hace 60 años, y honraron a América Latina toda, no debe permitir ataques como los del Sr. D´Escoto. El silencio es la respuesta que generalmente precede a vorágines muy negativas.
La Autoridad Palestina que preside Mahmoud Abbas sabe que con estos espectáculos de odio en Naciones Unidas, no se allanan los caminos de la paz para su pueblo. Lo saben los Gobiernos de EEUU y Europa. Lo saben Egipto, Jordania y Arabia Saudita.
Entonces, ¿hasta cuándo? . Respuesta: parece que por mucho tiempo, porque la impune incitación al odio y a la destrucción del otro son los medios de dinamitar cualquier gestión, provenga de donde provenga.
Dr. Eduardo Kohn
El 29 de noviembre de 1947,la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó por mayoría la creación de dos Estados, uno judío y otro árabe. Israel aceptó la propuesta, la Liga Arabe la rechazó, y 60 años después, el fervor de la Liga Arabe por destruír a Israel ha desembocado en un interminable conflicto.
Sin embargo, la misma Naciones Unidas, su misma Asamblea General (hoy lógicamente con más países que hace seis décadas) ha establecido que el día que el organismo internacional decidió la creación de dos Estados, sea hoy un día dedicado a vituperar, insultar, amenazar, menoscabar a Israel y a hacer todo lo posible para que las conversaciones bilaterales entre Israel y la Autoridad Palestina y todos los esfuerzos de Estados Unidos y Europa alrededor de ese proceso sean dinamitados por exposiciones de odio ilimitado y falsedades multiplicadas.
Si ya es triste de por sí el rol que la Asamblea General se ha autoadjudicado permitiendo que en su recinto se agreda impunemente a uno de sus Estados miembros, mucho más triste y rechazable ha sido lo que ha permitido que sucediera este año, cuando el propio Presidente de la Asamblea General ha realizado una apología del odio antijudío, muy previsible que surja desde su persona, pero absolutamente descalificador para las Naciones Unidas como tal.
El Presidente de la Asamblea General de la ONU, el ex sacerdote católico nicaragüense Miguel D´Escoto Brockmann, acusó a Israel de apartheid e hizo un llamamiento "a una campaña de boicot, desinversión y sanciones" contra Israel.
Durante el denominado Día de Solidaridad con el Pueblo Palestino celebrado el lunes 24 de noviembre en la ONU, D'Escoto Brockmann afirmó también que "nuestros hermanos y nuestras hermanas palestinos están siendo crucificados" por Israel.
Miguel D'Escoto Brockmann acusó a Israel de apartheid dos veces el pasado lunes, una por la mañana en la reunión anual del Comité de Naciones Unidas sobre el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino, y otra en la Asamblea General de la tarde.
"Esta mañana he hablado sobre el apartheid y sobre lo similares que son las políticas que aplica Israel en los territorios palestinos y las del apartheid de los primeros tiempos en otro continente. Creo que es muy importante que nosotros, Naciones Unidas, utilicemos este término", afirmó.
Cuando el Presidente de Irán habló en la Asamblea General en setiembre pasado, el mismo Presidente de Irán que niega el Holocausto y que ha declarado decenas de veces que hay que borrar a Israel del mapa, D´Escoto lo abrazó con efusividad, lo felicitó y concurrió a una cena en honor del Sr. Ahmadinejad.
El Sr. Presidente de la Asamblea General de la ONU es coherente con su accionar ideológico, y lo seguirá siendo, no hay por qué dudarlo. Pero su período como Presidente terminará y pocos recordarán su pasaje por el mismo.
Quien queda y permanece es las Naciones Unidas.
El Organismo internacional que creó el Estado de Israel pero que permite que a Israel se le de un trato infame en sus Comisiones y plenarios.
El Organismo internacional que resolvió que el 27 de enero de cada año debe ser conmemorado como Día Internacional de Recordación del Holocausto del Pueblo Judío y que debe condenarse toda forma de negación del Holocausto, pero escucha desde sus podios al Presidente de irán negando el Holocausto año tras año.
El Organismo internacional que permite que su Presidente de turno inste al boicot contra un Estado miembro y lo acuse de prácticas racistas, y es incapaz de llamar al orden a sus miembros que usan su podio central para mentir, falsear e incitar.
D´Escoto llegó a este cargo que ocupa por un año con el voto de toda América Latina.
Hasta el momento de escribir este comentario no se ha escuchado ninguna voz latinoamericana diciendo que las Naciones Unidas donde Oswaldo Aranha, Enrique Rodríguez Fabregat y Jorge García Granados honraron su existencia y su valor hace 60 años, y honraron a América Latina toda, no debe permitir ataques como los del Sr. D´Escoto. El silencio es la respuesta que generalmente precede a vorágines muy negativas.
La Autoridad Palestina que preside Mahmoud Abbas sabe que con estos espectáculos de odio en Naciones Unidas, no se allanan los caminos de la paz para su pueblo. Lo saben los Gobiernos de EEUU y Europa. Lo saben Egipto, Jordania y Arabia Saudita.
Entonces, ¿hasta cuándo? . Respuesta: parece que por mucho tiempo, porque la impune incitación al odio y a la destrucción del otro son los medios de dinamitar cualquier gestión, provenga de donde provenga.