ARTICULOS DE INTERES

La inutilidad de los gestos
La dadivosa concesión del Gobierno de Olmert, termina de hacer añicos la declamación histórica de Israel de no eximir de prisión a los terroristas con "sangre en sus manos"
por Rubén Kaplan

La decisión del Gobierno de Israel de liberar de sus cárceles 199 prisioneros, integrantes la mayoría de ellos de Al Fatah, como un nuevo gesto de buena voluntad hacia Mahmoud Abbas, el presidente de la Autoridad Palestina, sigue en sintonía con la política israelí de persistir en actitudes de generosidad que hasta el presente, nunca tuvieron reciprocidad.
La lista de los reclusos que próximamente obtendrán su libertad, incluye a los terroristas Ibrahim Mahmoud Mahmad y Said Atbari. El primero asesinó en la ciudad de Hebron en 1980 a un soldado y estudiante de Yeshivá llamado Yehoshua Saloma, que había hecho alía de Escandinavia sin su familia. Mahmad, Detenido el mismo año de su crimen, estando en prisión, le cortó la garganta a un compañero árabe, sospechado de colaborar con Israel. Por su parte, Abtari, encarcelado desde 1977, fue el autor de diversos atentados con bombas en varios lugares, incluído el del exterior del Mercado de Petaj Tikva que mató a Tzila Galili. El hijo de ésta, Zinovi Kaplan, es violinista de la Orquesta Sinfónica de Israel
La Asociación de Víctimas del Terror, Almagor, prometió litigar en la Corte Suprema contra la medida adoptada por el Gabinete en mayoría, con la oposición del Ministro Shaul Mofaz, integrante de Kadima y los cuatro representantes ministeriales del partido Shas. El Ministro de Seguridad Pública, Avi Dichter, también integrante de Kadima, votó el domingo a favor de la libertad de los condenados, mas el lunes, en una reunión de Comité Ministerial, se pronunció contrario a la liberación de los dos asesinos.
La dadivosa concesión del Gobierno de Olmert, termina de hacer añicos la declamación histórica de Israel de no eximir de prisión a los terroristas con "sangre en sus manos", traicionada recientemente con el canje de los cadáveres de los soldados Regev y Goldwasser por el criminal Samir Kuntar.
En su primera manifestación, Mahmoud Abbas, el continuador del terrorista Yasser Arafat y sus políticas de doble discurso, expresó su alegría por el retorno de los presos, pero agregó que todos los prisioneros palestinos sin excepción, deben ser puestos en libertad.
Meir Indor, integrante de Almagor, entre otras declaraciones al diario Arutz Sheva dijo que tienen una amarga experiencia con 180 víctimas fatales asesinadas por terroristas liberados en diferentes oportunidades que reincidieron en atentados.
También se mostró crítico el dirigente de la Asociación de Víctimas del Terror con el partido Shas, integrante de la coalición de Gobierno. Dijo que ellos protestan contra las medidas del Gobierno, inclusive votan en contra, pero permanecen en él negándose a derribarlo. "Ellos creen que obtener dinero para sus escuelas de Torá, justifica todo".
Se estima que los prisioneros serán liberados la semana próxima, aparentemente el día del arribo a Israel de la Secretaria de Estado de U.S. Condoleezza Rice, quien presiona constantemente al Estado judío reclamándole gestos de buena voluntad hacia los palestinos, actitud magnánima que no tiene Estados Unidos para excarcelar a Jonathan Pollard, espía israelí condenado en 1986 en su país, a cadena perpetua.
Resulta pueril la explicación del Ministro de Vivienda de Israel Ze'ev Boim, quien adujo que la liberación de los terroristas de Al Fatah ejercería presión sobre el Hamas y apresuraría a éste a negociar la pronta libertad del secuestrado soldado Gilad Shalit.
Por el contrario, todo hace presumir, que si Israel canjeó hace poco con el Hezbollah los cuerpos sin vida de los que serán llorados por siempre Regev y Goldwasser por el paradigma de asesino, Samir Kuntar, y ahora se apresta a liberar en otro exasperante gesto de buena voluntad a 199 terroristas, a cambio de nada, el costo y la demanda por traer de regreso a Gilad, será mucho más gravoso.

El oso dejó de hibernar
por Jose Brechner

La invasión de Georgia es tal vez el último intento ruso de mantener la supremacía sobre sus ex dominados que anhelan más democracia y modernidad. O es el primer ensayo de retorno al poder hegemónico en la Europa del Siglo XXI y el retorno a la Guerra Fría. En cualquiera de los casos el objetivo es el mismo.
Vladimir Ras-Putin fue de la KGB a la presidencia de Rusia, y como no puede desprenderse del delicioso instrumento del poder, puso a un dócil Dmitry Medvedev en su lugar. Así como Boris Yeltsin le regaló el puesto, él hizo lo mismo con su sucesor, continuando con la tradición imperial que desde la época zarista se mantiene en Rusia.
Definir quién es el que tiene la razón en el violento conflicto bélico del Cáucaso es, para decir lo menos, motivo de discusión y de confusión. Por un lado está Osetia del Sur que se declaró república independiente en 1989, sin reconocimiento internacional, ni de Georgia. Se autodefine como étnicamente rusa, y está políticamente sustentada por Moscú, aunque aproximadamente 40 por ciento de su población es georgiana. Por otro lado está Georgia que supone ser dueña de Osetia desde 1922 cuando Stalin decidió que constituyera parte de ese estado. Hoy el presidente de Georgia Mikheil Saakashvili se esfuerza por integrarla a su democracia y no acepta su separación. El añejo concepto militar soviético de que se pueden perder vidas pero no se pueden perder territorios, porque estos son irreemplazables, está detrás del pensamiento de Putin y de Saakashvili.
Si los osetos fuesen los únicos habitantes de la ex Unión Soviética con población rusa entre sus compatriotas, el problema no dejaría de ser un hecho aislado. Pero el mismo conflicto étnico aunque sin explosión, se vive en Estonia, Lituania, Ucrania y otras repúblicas que se independizaron de Moscú. Los rusos están por todas partes y deberían adaptarse al medio en el que viven o deberían retornar a la madre patria. Pero como tienen un padre poderoso que no tiene miramientos en apoyarlos, utilizarlos e invadir cualquier estado contiguo, con la certeza de que nadie puede combatir contra él, la situación se torna escalofriante.
Rusia no sólo es la segunda potencia militar del mundo, sino que ahora se convirtió en el segundo productor de petróleo del planeta después de Arabia Saudí. Tiene armas, soldados y dinero. Cuando no tenía dinero y asistía de oyente a las reuniones del G8, era un manso corderito que asentía sin chistar a las decisiones de los grandes. Ahora las cartas cambiaron de mano, se está volviendo rica, y su poderío militar-nuclear no tiene más rival que los Estados Unidos.
En un escenario más cercano, Latinoamérica está sufriendo dramáticos cambios políticos bajo la batuta y el dinero del Stalin bananero, que quiere hacer del subcontinente una copia de la ex Unión Soviética. El ridículo venezolano ya le dio su apoyo a Putin, que viene a ser como si un niño de tres años soporte al campeón de levantamiento de pesas en las olimpiadas. Más allá de la jocosidad que causa internacionalmente, Chávez tiene peso sobre la raquítica América Latina. Sus colaboradores gobiernan Brasil, Argentina, Ecuador, Paraguay, Nicaragua y Bolivia.
Es en este último que puede haber una secesión de los departamentos (provincias) orientales que conforman la Media Luna boliviana, que comprende la mitad del país. Sus habitantes son en su mayoría “cambas”, descendientes de criollos. Sin embargo con el auge económico que benefició a esa región, cientos de miles de “collas”, descendientes de indígenas quechuas y aimaras se mudaron a sus ciudades.
La situación en Bolivia es candente y podría derivar en una separación política, física y étnica de La Paz. ¿Cuál será la posición de Brasil y Argentina, que son los países colindantes con las regiones autonomistas, si hay un desprendimiento? ¿Y cuál será la actitud que asuman los mediolunenses desde el ángulo étnico?
Lula tiene una cara moderada cuando se trata del Brasil, pero sigue siendo el mismo sindicalista extremista en relación al Cono Sur. Dijo, más de una vez, que Venezuela nunca tuvo mejor presidente que Chávez. La Kirchner depende y obedece al venezolano a quien le debe más de un vestidito, y Chávez no va a permitir que su peón boliviano, Evo Morales, se quede sin la región más rica del país y él pierda control sobre el corazón de Sudamérica.
Si Venezuela, Brasil y Argentina van a defender a Morales, el único que puede salvar a la Media Luna de una masacre es Estados Unidos, que tiene ingredientes mucho más importantes para cocinar en su olla como para involucrarse en un conflicto regional en el sur, y no le conviene pelearse con Brasil ni Argentina.

¿Quién arma Guerra?
por Moshe Yanai
Que no estemos en la noticia, confirma el dicho inglés que si no hay novedades, éstas han de ser buenas. Pero la realidad confirma lo que de hecho bien sabemos: no hay tranquilidad en el mundo musulmán. De hecho, siguen matando infieles y hasta se están degollando entre ellos mismos.
Cada vez las cosas parecen aclararse más. El terrorismo parece tener la palabra. Aunque son cosas que ocurren a diario, citaré tres de los principales titulares leídos el martes, 19 de agosto, en la edición digital de los principales diarios españoles. Como ejemplo, lo que publicaba literalmente “La Vanguardia” de Barcelona: “Hasta ahora 43 muertos en un atentado contra una gendarmería en Argelia”, “Mueren varios soldados franceses en Afganistán” y “Una veintena de muertos en un atentado contra un hospital de Pakistán”. Falta desde luego, el atentado diario en Irak, aunque es posible que los terroristas locales se hallen constreñidos, o hayan tomado un día de “asueto”. Incluso esos infelices que tanto desdeñan el valor de la vida humana, habrán de descansar de vez en cuando.
Desde luego, aunque sea tomado al azar lo evidente es que todos los terribles sucesos citados han ocurrido en países musulmanes. En verdad, que nada tienen que ver con el conflicto israelí-palestino. Ello parece desmentir la creencia de algunos que son los judíos quienes enturbian el panorama de esa parte del mundo. Si no fuera por ellos suelen decir, habría paz y tranquilidad en esa parte del mundo. Me parece que ese modo de pensar es un tanto cándido. Convendría pues cavilar antes de echar la culpa de todo sobre los israelíes. O llegar al extremo de pensar que son los judíos quienes han convertido el mundo en el lugar tan agitado que demuestra ser. Por lo menos, soy tan inocente como para pensar que el conflicto entre Rusia y Georgia nada tiene que ver con nosotros. ¿No? Incluso hay quienes dicen que allí metemos baza… Realmente, eso ya es el colmo…´
Moshé Yanai